Capítulo 24. Robert Parks

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Día 28 de abril de 2018.

-¡Humphrey!

-¿Inspector? ¿Qué necesita?

-Lo he encontrado.

-¿Qué es lo que ha encontrado?

Humphrey estaba revisando las cámaras de seguridad de la zona en la que la familia de John Fitzgerald vivía, en busca de algo que delatase al asesino. Llevaba toda la mañana, desde que había llegado a la comisaría enfrascado en eso, pero su vista ya empezaba a cansarse. La llegada del inspector supuso un alivio para su cabeza y sus ojos, que ya necesitaban un descanso de la pantalla.

-Inspector, no le entiendo. ¿Qué tiene?

-La figura del ajedrez que faltaba. Esta vez es un caballo, también de color negro. Estaba en uno de los botes de la miel que le gustaba a John Fitzgerald. Pero no te vas a creer lo que he encontrado... otra nota.

-¿Otra nota del asesino? ¿Qué dice?

-Léelo tú mismo.

Grant le tendió la mano con la carta a su detective y se sentó en la mesa. Humphrey la leía asombrado por lo que decía... gran parte de sus dudas habían sido resueltas nada más y nada menos que por el mismo asesino.

-¿Recibirás otra carta mía?

-Si no resolvemos el caso de 1961 volverá a matar. Nos está pidiendo que lo resolvamos...

-Sí, está claro que lo hará.

-Humphrey. Manos a la obra.

***

-Inspector Grant.

El inspector había llegado a la casa de Allan Ness. Después de conocer la advertencia del asesino, el inspector había puesto a Humphrey a investigar a todas las personas que estuvieron implicadas en el primer asesinato. En 1961. Él había decidido volver a hablar con el hombre que estuvo a cargo de aquel asesinato. Quizá por alguno de los dos caminos lograban encontrar o descubrir algo.

-Señor Ness. -saludó cordialmente el inspector mientras le daba la mano.

-¿Qué tal está? ¿Cómo va el caso? Tengo entendido que detuvieron a la hija menor y a un tal Nathan Jenkins por el asesinato, además de que encontraron otro cuerpo. ¿El hijo mayor verdad?

-Sí, lo encontramos colocado igual que al padre.

-¿Disparo en la frente?

El inspector asintió a modo de respuesta. Lo último que sabía la gente externa al caso y a la policía era que ambos habían sido asesinados por un tiro en la frente, pero lo que no sabían era que lo que realmente les había causado la muerte había sido una planta venenosa. Estaba claro que el exinspector no conocía lo que había ocurrido de verdad y quizá debería saberlo.

-Señor Ness... Tengo que comentarle algo, pero debe prometerme que no va a contar nada a nadie. Es secreto y ya hemos tenido suficientes filtraciones a la prensa que nos han retrasado. No necesitamos ninguna más.

-Claro, inspector. Lo entiendo perfectamente. Estuve en su mismo lugar hace muchos años.

-Está bien. Verá... Edgar Fitzgerald y su hijo no fueron asesinados por un disparo en la frente. Murieron por envenenamiento, de una planta venenosa que el mismo Edgar estuvo cultivando en su jardín meses antes de ser asesinado. El asesino los disparó únicamente para reforzar la idea de que o bien imitaba al asesinato de 1961, o que ambos casos estaban relacionados.

-Con las anotaciones que encontraron en las notas en el despacho del señor Fitzgerald quedaban claras sus intenciones de venganza, ¿no?

-Sí. Pero hay algo más. Hemos encontrado otro mensaje del asesino, en el bote de miel donde puso el veneno para que John lo tomara.

El Asesino del AjedrezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora