7. ¿Nos ponemos al día?

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30 de abril de 2018.

¡Buenos días! ¿Cómo estás? Empieza ya a hacer un poco más de calorcito, ¿verdad? Se nota que estamos apuntito de entrar en mayo. Yo estoy muy bien, gracias por interesarte. La verdad es que todo está yendo bastante bien, no ha habido muchos incidentes de los que tenga que preocuparme.

Hoy vengo a hablar contigo porque te echaba de menos. Sí, yo en el fondo también tengo sentimientos y después de varios días hablando contigo te he cogido un poco de cariño. Aunque no sepa tu nombre, tú pronto podrás saber el mío. Tengo la sensación de que ya no falta mucho.

¿Recuerdas qué te conté en nuestra última charla? O más bien ponencia, porque solo hablo yo... En fin, a lo que iba. El último día te conté cómo había llevado a cabo el asesinato del pobre John Fitzgerald. No podrás quejarte, no me dejé nada por contar. Como se suele decir: te lo conté todo con pelos y señales. ¿Que qué vengo a contarte hoy? No seas impaciente, ahora mismo empiezo.

Mira, hoy vengo a hacerte un resumen, desde mi punto de vista, de los avances de la policía, que no se puede decir que sean muchos; y luego te haré una avanzadilla de mi siguiente jugada maestra. ¿Te parece bien?

Allá voy.

Para empezar, tengo que admitir que el inspector ha hecho un buen trabajo con el tema de la herencia. Además, todavía ha hecho mejor trabajo al descubrir esa adopción un tanto fraudulenta, por no decir excesivamente, del hermano ¡nada más y nada menos que gemelo! de Edgar Fitzgerald. Eso sí, no estarás pensando que es algo que no me esperaba ¿no? Pues claro que esperaba que lo descubriera. Lo estaba deseando, y no sabes lo que me ha costado no contártelo antes de que te enteraras por el inspector. ¡Qué liberación!

Ahora que el señor inspector Ian Grant ha descubierto que Edgar tenía un hermano, todo será más fácil. Espero que siga investigando por ahí y que no se duerma en los laureles. Cuanto antes acabe todo, antes se sabrá toda la verdad.

Me he enterado también de que la policía les ha puesto patrullas a todos los miembros de la familia Fitzgerald, incluido al exnovio de Agatha, William Morris. Ya sabes que tenía varias opciones para liberarlo y descartarlo definitivamente como sospechoso. Bueno, al final que se liara con una de las detectives del caso me hizo un favor y yo no tuve que hacer prácticamente nada. Aunque reconozco que es lógico que ahora le hayan puesto una patrulla, dado que el asesino intentó inculparlo una vez... ¿por qué no iba a volver a hacerlo? ¿o a querer hacer algo mucho peor? Pues está claro: porque no soy tan cruel. Como ya te dije un día, implicarlo era necesario pero no soy tan mala persona como para culpar definitivamente a alguien de mi rango que, por mala suerte, se vio metido en ese asqueroso mundo de riqueza, poder y soberbia.

Bueno, volviendo al tema de las patrullas. ¿De verdad la policía también se cree que no contemplaba que fueran a hacer eso? ¡Si estaba clarísimo! Cuando empecé a desarrollar mi plan de venganza contemplé, casi desde el minuto uno, esta situación. Y, por consiguiente, contemplé varias opciones a partir de las cuales desarrollar mi siguiente jugada.

Sí, a eso voy.

¿Cuál es mi siguiente jugada? Pues si todo va como yo espero y no hay muchos impedimentos, mi próximo movimiento será otro asesinato. Tengo fe en que todo vaya bien. Así podré dejarle más pistas al inspector... ¡me muero de ganas!

Quizá la próxima vez que nos veamos ya estés hablando con un triple asesino.

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Hola a todos.

Perdón por la tardanza. He tenido unas semanas complicadas con trabajo, exámenes, defensa del trabajo final de la carrera y cositas de casa. Sin embargo, para compensar, voy a intentar subiros otro capítulo más.

Muchas gracias,

B.

El Asesino del AjedrezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora