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Namjoon le pareció tan extraño ver charcos de agua afuera del cuarto de Jin. Su corazón latió deprisa, por lo que toco la puerta pero no recibió respuesta.

Tenía un mal presentimiento. Tomo la perilla de la puerta y la giro, descubriendo que estaba abierta. Olvido cerrarla cuando salio y eso lo hizo sentir culpable, pero, ¿por qué?

Decidió entrar de cualquier forma, solo para saber que ya estaba bien. De seguro ya se había terminado de bañar.

Todo el cuarto estaba a oscuras, las cortinas cerradas para que no entrara absolutamente nada de luz. Se acerco a un estante donde tenía sus figuras y encendió una que era también una lámpara, le ayudaba a iluminar el lugar sin molestar los ojos de Jin, que estaba acostado en la cama, hecho bolita con las sabanas.

Sentía una presión en su pecho al verlo de esa forma. Se aproximo y se sentó en la orilla, tratando de recordar cuando lo vio así de decaído, pues tenía noción de que eso había pasado, pero jamás por su culpa. Ni si quiera cuando le confeso sus sentimientos y lo tuvo que rechazar, no era un buen momento para ser novios.

Levanta la mano para ponérsela en la espalda y acariciarlo, pero en cuanto lo hizo, el cuerpo de Jin se hizo más bolita y comenzó a temblar.

- No... por favor... ya... basta...- escucho que sollozaba.

- Jinnie, despierta - lo movió un poco preocupado porque parecía asustado más que dormido - Jinnie, es una pesadilla.

El mayor volteo a ver a Namjoon, para saber si realmente era él. No dormía solo se había acostado. No pudo evitar tener miedo cuando escucho que alguien entro al cuarto.

- No pasa nada Jinnie - le puso la mano en la mejilla y lo acaricio - Ya paso.

Noto que usaba una playera sin mangas y de cuello casi en forma de v, dejando expuesto su cuello largo y las marcas moradas y rojas al rededor de este, como si fuera un collar, y justo cuando quito su mano, vio la mejilla un poco inflamada. ¿Qué le había pasado?

- Joonie...- susurro el mayor al verlo.

- Tranquilo - le sonrió mostrando sus hoyuelos - Todo esta bien - le acomodo su fleco.

Verlo de esa manera tan frágil, le hacía que le doliera el corazón, le daban muchas ganas de llorar. También le daba mucho coraje pues era su Hyung, era el Hyung de los seis, ser el mayor de todos tenía cierto peso, pero no quería pensar en eso porque lo vio que comenzó a llorar.

- Oh Hyung, no llores - le limpio las mejillas despacio - Vuelve a dormir, descansa, yo me voy. Solo quería saber que estabas bien.

- Quedate - dijo el pálido casi como suplica - No te vayas...- ¿cómo negarse ante esos ojitos?

- Claro Jinnie, me quedare.

El mayor sonrió, se acomodo para dejarle mayor espacio a su compañero. A veces, cuando Namjoon leía en su cuarto y se quedaba dormido, al moreno le pesaba despertarlo, por lo que decidía dormir junto a él.

Sin embargo, esta ocasión era distinta. Ambos se sentía diferentes. Algo en su relación había cambiado y ninguno sabía qué hacer, como si tuvieran estancados, como si quisieran que todo volviera hacer como antes, pero ya no eran los mismos. Namjoon veía otra perspectiva a Jin, y el mayor creía que era él el del problema. Debía aceptar aquel hecho que muchos pasan.

Namjoon quería acercarse a Seokjin pero había una barrera que se lo impedía. Quería estrecharlo contra su pecho y amarlo.

Había días en que se arrepentía de haber rechazado a Jin, pero aun estaba asustado y no sabía qué hacer o qué debía decir.

- Jin Hyung...- le llamo - ¿Puedo... puedo abrazarte? - El mayor levanto la mirada. Había temor.

- Sí...- dijo débilmente.

El moreno se acomodo para que Jin se acostara en el pecho, que la calidez los invadiera y de cierta forma, ahora se sentían un poco tranquilos y entonces, Namjoon comenzó a tararear una canción tranquilo para que Seokjin se relajara.

Y de cierta forma, el que le acariciara el cabello y que cantara, lo hacía sentir querido y que nada malo le pasaría.

Believe meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora