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El mayor ya estaba guardando las cosas, no sabía a que hora llegarían los chicos por ellos al rancho. Le alegraba verlos, pero no el hecho de tenerse que ir, pero había que volver.

Gracias a Namjoon pudo calmar su ansiedad que le provocaba pensar el volver a casa. Solo le quedaba seguir adelante y hacer un esfuerzo.

Mientras guardaba sus cosas, encontró el tinte que Namjoon había comprado.

- Joonie, - lo tomo para enseñárselo - ¿por qué compraste esto?

- ¿Qué cosa? - Voltea a verlo.

- Este tinte.

Namjoon se acerco y lo tomo en sus manos, mirándolo extrañado, tratando de recordar.

- ¡Ah sí! Lo compre en la tienda antes de tomar el bus.

- ¿Para qué? - Lo miro confundido – ¿Te lo pintaras?

- Ah... no... es que...- se veía un poco avergonzado – Jimin me contó que te querías pintar el cabello...- Jin inclino la cabeza hacía un lado.

- Lo compraste, ¿por mí? - ahora lo miraba sorprendido.

- Sí, bueno... creo que no fue buena idea...

Por un momento recordó aquella pelea que habían tenido a Taehyung y él con referente a pintarse el cabello. Todo frente a Jimin. Tal vez él le habría contado sobre lo sucedido.

- Creo que es mejor tirarlo – hablo Namjoon.

Jin reacciono un poco tarde, pues su compañero ya se estaba retirando con la caja del tinte entre sus manos para desecharla.

- ¡No! ¡Espera! - Lo logro detener – Píntamelo.

- ¿Qué?

- Sí, píntamelo – ahora el confundido era Namjoon – Sí, estoy harto de ser rubio.

- Pero, nos van a regañar...

- No, a mí me regañarían en todo caso. Además, si no lo haces tú, lo haré yo mismo.

- Pero...

- Nada – extendió su mano para que se lo entregara.

- De acuerdo, te ayudare.

- Excelente.

Jin sonrió al salirse con la suya, y aquello lo hacía sentir bien. Hace tiempo que no se sentía así.

Fueron al cuarto de baño, y en cuestión de minutos, RM ya le estaba pintando el cabello en un banquito sentado.

- ¿Crees que nos regañen? - pregunto el rapero dando unos brochazos de tinte.

- Tal vez, pero no me importa – cerro sus ojos y levemente sonrió.

- Me gusta tu actitud – sintió un beso en su mejilla – Quiero que seas mi novio.

- ¿Me lo estás pidiendo? - Lo volteo a ver para asegurarse que no estuviera bromeando.

- No es pregunta, es un hecho.

- Esa no es la forma de pedirlo.

- De acuerdo, pero tú sabes que quiero que seas mi novio.

- Haz la pregunta – se cruzo de piernas, mirando seriamente al menor – Vamos, ¿qué esperas? - Nam no entendía lo que pretendía, solo suspiro y se puso frente a él.

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