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Me dirigí a mi heladería favorita, el camino fue a meno ya que Tim y yo íbamos platicando de nuestro día y escuchando el playlist que estábamos armando juntos. Llegamos, bajamos del auto y nos dirigimos por nuestro helado, después regresamos a donde el auto y nos quedamos afuera platicando de todo, riendo, incluso él me embarro un poco de su helado en la nariz cuando yo le pedí a este que me diera una probadita.
A decir verdad, estar con él me gustaba demasiado, tanto que perdí la noción de tiempo. Caí en cuenta de la hora cuando Tim saco su celular para mostrarme un video y me percate de la hora que marcaba el móvil.
- ¡¿Las 4:30?!- dije exaltada, saqué mi celular y en efecto tenía miles de llamadas perdidas y ni hablar de la cantidad de whatsapp del grupo que tenía con todos mis amigos, todos preguntando donde estaba
- ¿Qué pasa? ¿Deber v irte? - cuestiono Tim angustiado
-Oh cielos, si, digamos que tengo un viaje con mis amigos, al cual voy tarde- dije metiéndome al auto enseguida- pero no te apures, tu casa queda de paso- sonreí, si iba a llegar tarde iba a llegar tarde bien y aprovechar el último tiempo que tendría con Tim hasta la próxima vez que lo viera.
Tim subió al auto y nos dirigimos a su casa, nos despedimos con un abrazo amistoso y tierno antes de que este bajara de su auto, maneje lo más rápido que pude y al llegar a casa de Simón ya todos se encontraban ahí, esperándome, con cara de pocos amigos; Antes de bajar mire la hora, 5:15 pm...
-Hola- dije nerviosa esperando el regaño mientras bajaba del auto
- ¿Dónde estabas? - dijo Alexa bastante molesta
-Perdón- baje la mirada- me quede dormida- mentí
- ¿Dormida? ¿Y no escuchaste ninguna de las mil llamadas? - dijo Simón dudoso
-Bueno es que...- Danie me interrumpió
-Ya chicos, vamos con una hora y 15 minutos de retraso, el hecho es que __ ya está aquí, mejor vámonos- dijo mientras se subía al auto no sin antes guiñarme el ojo.
Los demás imitaron su acción, Fer se fue con Alexa y Simón entro a mi auto del lado del copiloto. Se sentía la tensión, y sabía que el viaje al menos la primera hora sería incomoda, así que encendí el auto y antes de ponerme en marcha, un mensaje llegó a mi móvil.
Mensaje
Timothée C.
Que tengas buen viaje, perdón por retrasarte, espero haya valido la pena, cuídate.
Sonreí al ver el mensaje, sin responder comencé a conducir el auto siguiendo a Fernando, pero si, en efecto, había valido la pena.
