Día 8: Haciendo Compras

169 24 21
                                    

Era la primera vez que le preparaba una cena exclusiva a Makoto y quería hacer algo que realmente le gustara. Una vez llegó a mi casa salimos para comprar los ingredientes que me faltaban y aproveché para comprar algunas cosas que también necesitaba.

Tomé algunas verduras para la cena y también para mi comida de los siguientes días y algo de fruta que pudiera cubrir mi semana. Ahí Makoto parecía totalmente de acuerdo, hasta que...

—¿Para qué necesitas tantos refrescos?

Miré hacia el carrito que él se había prestado a llevar. Ni siquiera eran tantas, sólo dos packs.

—Para beber. —dije simplemente.

—Sou deberías dejar de tomar estas cosas, no son buenas para tí.

—Son light. No tienen azúcar. —me defendí.

Makoto suspiró y dio por perdida la batalla, sin embargo, tenía razón y sabía que me lo decía por mi bien y el de mi futuro. Arrepentido, tomé uno de los packs y lo cambié por algunas garrafas de agua. Yo mismo sabía que tenía que comenzar a reemplazar las gaseosas y nunca era mal momento para comenzar.

Makoto sonrió satisfecho y deseé robarle un beso en ese mismo instante. Descargué las fuerzas en darle un pellizco en esas entrañables mejillas rosadas que adoraba, recibiendo una queja por su parte.

Se sentía bien. Lo cotidiano se había vuelto indispensable y relajante. Había pasado de acciones robóticas a ratos placenteros. Con Makoto las cosas más simples y mundanas del día a día eran divertidas, más agradables, como si de repente cada momento se hubiera convertido en pequeños tesoros que de los que no me quería deshacer jamás. De alguna forma, me dí cuenta que podía enamorarme de Makoto cada día un poco más.

—Makoto.

Él se detuvo y dio media vuelta para responder con un sonido que me indicaba que estaba escuchando. Verlo parado, llevando el carrito de la compra me hizo imaginar que parecíamos una pareja de recién casados, lo que me dio aún más seguridad para decirle lo que quería:

—Necesitamos un cepillo de dientes, una esponja, tu gel y champú habituales y cosas que suelas tomar con frecuencia como el latte.

Makoto no respondió. Alzó una ceja pero no esperó una explicación.

—¿Me vas a raptar? —dijo como si no estuviera avergonzado pero, le temblaban las piernas.

Me acerqué a su oído, no había mucha gente alrededor, podía jugar un poco con él y su bochorno.

—Y preservativos. Muchos.

Romantic days belong to youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora