El joven e inexperto sacerdote Freddy, avanza por un pasillo oscuro, él sabe que se dirige a un lugar, donde muy pocos tienen permitido ir, una gran estructura de cuevas antiguas y muy poca iluminadas, se conectan con habitaciones de puertas hermeticas que su interior ocultan secretos muy oscuros.
El sacerdote iba siendo guiado por su mentor y al cual pronto relevará de su cargo, con una voz que reflejaba los años y la experiencia el viejo sacerdote se sonríe mientras se fija en la cara de susto que tiene Freddy, le comenta con voz suave y segura
- no hay nada de que temer sacerdote Freddy, todo esto después se hace rutinario-
Y le da una palmadita en el hombro izquierdo de Freddy mientes sigue caminando a su lado, Freddy sentía la humedad de aquel pasillo por el cual iban, era un poco mas retirado de lo normal y de más demás puertas, y al final de este estaba el salón a donde se dirigían, el temor y la incertidumbre se encarnaban en todo su cuerpo, pero ya era muy tarde para renunciar, paso a paso llegaba a su destino al lugar más oculto donde quizás entendería uno de los misterios mas silenciados por la iglesia católica.
Mientras Freddy estaba absorto en sus pensamientos la puerta se abrió, el sonido de revelaba lo pesada que podría llegar hacer, y de la nada, de la oscuridad de quel sitio un grito agudo llego hasta él, su alma le gritaba que algo estaba mal, que todo esto no era normal, quiso salir corriendo de aquel lugar, pero debía enfrentar cualquier cosa, era su deber, su obligación y con esta idea acalla el grito de su alma.
-Por acá! una voz más joven comenzó a guiarlo por el salon, y al fondo de aquel lugar se encontra una joven mujer, el cuarto estaba iluminado con velas, en el suelo se sentía los pequeños fragmentos de vidrio que dejan los bombillos al estallar bruscamente.
-Freddy - la voz que lo había acompañado todo el camino volvía a dirigirse a él, - no tengas miedo, a esto has sido llamado-
Le dijo el viejo sacerdote, Freddy mostraba temor en su mirada y aún más cuando la joven voltea a verlo y una ronca voz sale desde lo más profundo de su ser. Se sentía metálica, pesada como si un ejército de hombres hablaban por medio de ella
- Se quien eres, y por que estas aquí, Freddy por fin has venido a nuestro encuentro-
El asombro lleno el cuerpo temeroso de Freddy que hasta el momento no entendía nada de lo que estaba pasando.
-Ofrenda, ofrenda, ofrenda, entiendes Freddy,-
Freddy Quito sus ojos de aquella mujer que aún no lograba ver bien, solo podía oírla, y rapidamente su rostro gira y enfoca todo su entendimiento al hombre anciano a su lado,el cual le estaba hablándo, Freddy no comprendió ninguna palabra que salía de aquel viejo sacerdote, camina temeroso hacia aquella mujer, mientras esta lo veía con sus ojos blancos en el cual no se divisaba ninguna pupila, eran totalmente lechosos, su rostro tenía un color gris mortesino, opacó, su cuerpo totalmente lleno de cicatrices, que se había auto propinado, de su pecho salía un sonido igual el rugir de un León, y sus dientes sobresalían de su boca, el joven sacerdote inexperto en estas cosas respira profundamente, y logra articular una pregunta con su voz temblorosa
- quien eres?
La chica se rie, el sonido retumba por todo el lugar, el miedo está tan espeso que se puede cortar con un cuchillo, mientras el joven Freddy, está petrificado viendo semejante escena, los dos acompañantes salen de la habitación, atrás de Freddy la pesada puerta se escucha dar un gran golpe mientras es cerrada, pero él no se entera no se inmuta, simplemente voltea a ver por encima de su hombro, y por microsegundos pierde la mujer de su vista, rápidamente la busca por todo el lugar, su corazón se acelera, mientras una a una las velas se comienzan a apagar. Una voz burlona contesta la pregunta
- mi nombre es balam- somos legión, vivimos en este cuerpo, somos el príncipe del mal-
Mientras estas palabras llegaban a Freddy, el joven sacerdote comienza a correr hacia la puerta de salida, al llegar nota que no tiene como abrir de adentro, se siente perdido, mientras las voces siguen sonando por todo el lugar, sus pasos retroceden automáticamente a buscar la poca luz que aún dan las únicas dos velas que están prendidas, siente que algo está serca de él y toca su piel, se detiene bruscamente, no puede seguir, hace memoria a las palabras de aquel viejo sacerdote, trata de recordar pero su mente nublada de miedo no le permite, su mirada enfoca en donde una sombra pesada salta contra su cuerpo, solo siente el golpe de su cabeza contra el suelo, y el peso de aquella mujer en su pecho, la saliva de la mujer cae sobre su rostro, mientras lo olfatea como un perro, su mente recuerda algo alcanza a recordar una palabra ¡ofrenda! Y hay lo supo, él era una ofrenda para aquella aberrante criatura, pero cae en cuenta muy tarde, se arrepiente de no aver escuchado su alma antes de ingresar a aquel lugar, y mientras todo eso pasa por su mente, siente un fuerte mordisco que atraviesa la piel de su cuello y de un tirón arranca un pedazo de él, esta acción se repite una y otra vez, mientras agoniza, Freddy siente el líquido caliente y espeso que corre por el suelo, grita de dolor pero no hay quien lo ayude, ya es tarde para hacer algo, no tiene fuerza, está muriendo, y en manos de los que una vez confío y en lo que una vez no creyó.
Balam come por completo su cuerpo, Freddy desapareció en un lugar oculto, frío ,húmedo, bajo la superficie de una vieja iglesia, donde ningún ser humano logra ni lograra imaginar que habita un extraño, maligno y satánico ser.
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30 NOCHES DE TERROR
TerrorUn conjunto de historias cortas de miedo, que cautivan la mente del lector y lo lleva a vivir esos momentos cruciales de la vida de los personajes.