EL VISITANTE

34 3 0
                                    

Hay estaba otra vez, mirándome secretamente desde la habitación, no puede dejarme solo, no me he acostumbrado a sentir su presencia. Las últimas noches no he dormido bien, por que cuando despierto inconscientemente a la madrugada, el esta cada vez más serca de mi, la única forma de tenerla lejos  es verla constante mente o mejor ver el lugar donde se oculta esperando por algo.

Miro el reloj son las cuatro de la madrugada la noche a sido tormentosa, me levanto despacio del sofá en mi sala, todo el cuerpo me duele, nunca creí estar solo a esta edad, busco mi bastón con la mirada,  lo sujetó rápidamente con mi mano temblorosa, me pongo mis pantuflas favoritas, las de color café que me mantiene caliente mis pies, tengo otras pero estas son mejor, me dirijo a mi vieja cafetera a preparar un café para ver si soporto estas dos horas más despierto,  solo necesito que un pequeño rayo de sol en mi habitación para descansar por fin en mi cama, desde que comenzaron sus visitas nocturnas todo en mi vida a cambiado duermo de día y vivo de noche, aunque creo que no es lo mismo, cada vez estoy más cansado y me cuesta mucho respirar, las articulaciones están pesadas y duelen mucho, por este olor a café vale la pena vivir, sirvo mi taza de café, ya camino con dificulta apoyándome más de la cuenta en mi bastón, me dirijo a la ventana pero debo pasar por la habitación donde se encuentra él mirándome, se que mientras este despierto no hará nada, aunque paso lo más rápido posible por el frente de aquel lugar y lo ignoro en lo más posible, el frío de la madrugada entrea por mi ventana mientras la abro para asomarme a recibir la luz del sol, tomo un sorbo de mi café, amargo y cargado, como toda la vida me a gustado, siempre he dicho que lo extrañaré cuando parta de esta tierra, mi reloj marca las seis, por fin, bostezo fuertemente, la luz del sol entra por la ventana de mi habitación y se que él ya no se encuentra allí, es hora de dormir,estoy camino a mi cama ya era hora, por ahora ya en mi cama logro cerrar mis ojos para dormir.

-Todo está oscuro- ya no hay ninguna clase de sueño, creo que los he perdido.
Me levantó sobre saltado como cuando sientes que caes a un abismo, miro mi reloj son las ocho de la noche no puedo creerlo  he dormido todo el día, no he sentido hambre, no siento ya ganas de nada, estoy muy cansado, se que debo ponerme de pie y huir de a quel ser que me esta mirando nuevamente por la puerta queda a mi habitación, pero siento que no puedo luchar más hoy, mis párpados caen y hago lo posible para abrirlos pero ya no puedo hacerlo tan rápido - todo vuelve a estar profundamente negro- siento que algo toca mi hombro y me levanto sobre exaltado, esta vez logró sentarme en el borde de la cama pero hay estaba él, frente a mi, lo observó de pies a cabeza, ya no siento tanto miedo al tenerlo tan serca, no logro describirlo, no tengo las palabra para detallar su rostro, su cuerpo, solo me pierdo en esa mirada profunda que tiene sus ojos, son más negro  que la misma noche, y me siento caer cuando los veo tan de serca, es raro la sensación que da su mirada, me extiende su mano algo fría y me ayuda a ponerme de pie, ya no siento ningún dolor, no necesito el bastón, aunque este descalzo no tengo frío en mis pies, miro mis pantuflas  a mi lado pero no las usaré hoy, esta noche no, que raro que su presencia tan serca me quite tanto sufrimiento de mi cuerpo, lo hubiera sabido antes no hubiera luchado tanto, comenzamos a caminar y mientras voy a su lado volteo a ver un momento para atrás, y e aún me veo durmiendo cómodamente en mi cama, no lo entiendo, creo mil preguntas en mi mente, pero se que no necesito ninguna respuesta  estoy mejor acá en este nuevo lugar caminando al lado de aquel ser alto y delgado, lo más curioso y agradable es que en su mano derecha lleva mi taza de café favorito.

- Creo que ya no extrañaré nada de vivir-

30 NOCHES DE TERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora