El KARMA

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Nuevamente el pequeño destello de luz que salía de la mesa de noche iluminaba su habitación, y el pequeño zumbido intenso como el revoloteo de una abeja comenzaba a aumentar.

Tiffany voltea a ver aquella luz de reojo, y miles de pensamientos se cruzan por su mente, mientras automáticamente sus manos llevan la almohada sobre su rostro y cubre su cara de espanto, las lágrimas rodaban sobre sus mejillas, se sentía acosada, se sentía perdida, asfixiada, desolada y confundida, pero sobre todo aterrada, no era la primera vez que su celular sonaba a altas horas de la noche, y tampoco era la primera vez que sonaba esa noche, esta era la sexta vez que sonaba su móvil, no había podido dormir nada, y fuera de eso ya llevaba a si más de dos semanas, por eso el miedo la consumía cuando aquella llamaba llegaba de sorpresa. Tiffany arroja la almohada contra la pared y decidida   camina hasta su mesa de noche, mira la pantalla, no se refleja ningún número solo letras que dice privado, desliza su dedo sobre la pantalla  y lleva su móvil al oído, su voz sale en forma de susurro casi inaudible, carraspea un poco y vuelve a hablar pero esta vez aunque sale más clara su voz se siente como se parte del miedo que la consumia.

-ha  ha Halo! -tartamudea un poco - que quieres, quien demonios eres!.

Mientras hablaba se sintió valiente por primera vez esa noche, pero sabía que esa valentía no dudaría mucho, así que la aprovechó para gritarle  a su receptor

- vete al infierno déjame en paz!  de su boca salió un grito lleno de seguridad se sintió aliviada de tener tanto fuerza en ese momento.

Aparto el cel de su oído y llevaba su dedo directo al pequeño teléfono rojo que veía en la pantalla, iba a colgar no quería saber nada más de esa llamada se sentía con el control y fue hay en esos segundo que una voz ronco, metálica y tenebrosa salió de su móvil, solo dijo.

- puedo verte puta!- me encanta la pijama de hoy-

Esa voz congeló a Tiffany  y su maldita seguridad se fue a la mierda, se sintió perdida y mientras ese sentimiento invadía su mente, a fuera de su cuarto el crujir de un vidrio la hizo brincar, se quedó en blanco nada paso por su mente, su móvil cayó el suelo  mientras en el aire las risa de aquella voz tenebrosa sonaba muy fuerte tan fuerte que Tiffany estaba seguro que al abrir la puerta estaría aquel hombre misterioso.

Estaba petrificada no se movió solo cayó al suelo y lloró, como una pequeña desconsolada, pero el sonido del móvil nuevamente la trajo a la realidad. Su mirada se fijó en aquel aparato, solo esperaba que se callara, se sentía volando sobre la nada todo le parecía tan irreal, pero su deseo no se hizo realidad sono, sono y sono varias veces,  todo estaba en silencio y su mano automáticamente tomó el celular y contestó pero no hablo solo se oía su respiración entrecortada por el llanto.

- eres infantil, pero te vez hermosa mientras lloras. La voz del otro lado se oía desafiante.

Ella sabía que tenía que huir, que era hora para hacer algo no podía sentirce débil ni un minuto mas, rápidamente miro al rededor de donde estaba buscando algo con que defenderse, pero sus ojos no vieron lo que buscaba al contrario se enfocaron en un extraño rostro que se veía asomado en la ventana de su cuarto mirándola directamente,  su cuerpo en reacción inesperada se tumbó para atrás como en una acción de defensa, y de su boca salió un grito que llenó toda su habitación.

-Aaaaaaah!!!!!!!!-

su grito fue más de miedo y terror que de valentía. Mientras una pequeña voz  salía de su móvil que se encontraba en su mano.

- contestame estupida, hoy no podrás escapar de mi, hoy es el dia de jugar.

Tiffany  se levantó y salió corriendo torpemente de su habitación, la puerta del cuarto sonó fuerte al golpear la pared del pasillo, estaba agitada, sus ojos no veía absolutamente nada, la oscuridad se apoderó de todos lados y la soledad se apoderó de ella, mientras corría sus torpes piernas se golpearon con la mesa de la sala y su delgado cuerpo cayo a la mesa de vidrio como una piedra, fragmentando lo en miles de pedazos mientras los más grandes entraban en su carne, grito de dolor y desesperación, mientras al frente de su rostro un hombre se detenía a contemplar la.

Ella levantó lentamente su rostro y solo vio sobras, el dolor y la sangre de esos pequeños vidrios no la dejaban ver bien, tenía miedo, su corazón resonaba rápidamente, su cuerpo perdió fuerza ya no pudo moverse se sintió perdida.

- No me gusta que me dejen hablando sólo- maldita como se te ocurrió gritarme -

Mientras desia esto su pie pateó el rostro de Tiffany el cual se movía como un muñeco sin fuerza, mientras ella no entendía nada de lo que pasaba, no podría creer que todas esas llamadas de noche, que todo ese temor de sentirse acosada, y sus fugaces momento de valentía  no había servido para nada, estaba siendo atacada por un acosador y mientras estos pensamientos cruzaban por su mente, sintió como una delgada hoja metálica atravesó su cuerpo de lado a lado, estaba fría, pero no sintió dolor en el momento, solo de fondo podía oír a su acosador riéndose,  y antes de perder el conocimiento  lo pudo reconocer, y pudo asegurar que era él  su expareja su amor de segundaria, un maldito  que no había aceptado su rotura, y menos que lo había engañado con el chico más popular de la escuela, que lo había traicionado con su mejor amiga, lo había engañado con su hermano y con muchos otros tantos chicos de la secundaria, ella no lo podía creer lo vio por última vez mientras sus ojos se cerraban poco a poco muy lentamente, antes de ser impactados con el pie de aquel hombre y mientras su alma se apartaba de su cuerpo pudo escuchar el crujir de su cabeza contra la baldosa de su apartamento,  y solo un pensamiento inmundo por última vez su mente.  Quizás me lo merezco  quizás fui bastante mala con él,  y la sangre de aquella mujer se esparció por todo el lugar, mientras el hombre se alejaba silenciosamente sin dejar de verla,camino lentamente hacia la puerta.

Mientras tanto yo por fin al ver esa escena colgué el celular de donde la había llamado, de verdad era una maldita y se merecía morir pensé, después de destruirnos por completo en el colegio, después de haber visto a mi hermana quedar invalidad, cuando Tiffany la empujó por las gradas. Al ver las fotos que subía de mi al internet burlándose de mi pequeño pene, y de como había destruido la vida de mi hermano al traicionar lo conmigo, si era una maldita y lo de esta noche se lo merecía.

30 NOCHES DE TERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora