Aprieto fuertemente mis ojos, una y otra vez, es algo difícil de creer los que mis ojos están viéndo, y a pesar que fui una de las muchas personas de la tierra que utilizaban la frase hasta no ver no creer, y aunque ahora veo no quiero creer lo que está sucediendo, el último recuerdo que tengo es un gran dolor abdominal, el llanto de mi esposa y las luces Rojas y azules de la ambulancia en donde iba a la clínica.
ahora solo estoy flotando atado de pies y manos, con unas cadenas bastantes gruesas, hechas de un metal refulgente, que quema mi piel el calor de estas cadenas traspasan mi carne y lo siento en mi huesos, es un dolor difícil de describir es una maldita tortura, pues el calor en mis manos y pies no disminuye, pero tampoco aumenta lo suficiente para que sea capaz de calcinar mis extremidades para que caigan de mi cuerpo y así poder descansar un poco.
cuerpo está sobre un gran pozo, no tengo claridad de las dimensiones, pero por más que mis ojos ven a los alrededores solo veo este imenso hueco, lo curioso es que no es necesario girar mi cabeza para ver todo lo que me rodea.
Abajo de mis pies este gran pozo se hace más y más profundo, y aunque yo este tan arriba de el, alcanzo a ver todo lo que se mueve al final de este hueco con gran claridad, pero no es nada agradable estar sobre este pozo, solo el vapor que sube de el es capaz de quemar por por completo mi cuerpo, esta sensación es bastante aterradora, soy capaz de sentir cada célula de mi cuerpo siento calcinada una por una, siento como cada fibra muscular se rompe, se contrae del calor que penetra en cada músculo, y siento mi piel recogerse como cualquier material plástico envuelto por el calor, luego de este suplicio veo como caen de mi cuerpo trozos totalmente carbonizados al pozo, donde los esperan bestias hambrientas de gran tamaño, diferentes a todos los que he visto sobre el planeta, son salvajes completamente más que cualquier León o tigre que este sobre la tierra, de un pelaje grueso de color negro, sus patas son como piernas humanas su cola semejante a las cola de los dragones que había visto en diferentes ilustraciones, su rostro es como el de un León, pero su trompa era remplazado con el pico de un águila con dos colmillos como las de la serpientes, los cuales penetraban en los humanos que se en encontraban en aquel pozo gritando desesperadamente por ayuda, mientras eran consumido por el calor y castigados por estos monstruos, que ahora muchos de ellos se alimentan de los pedazos de mi cuerpo cuando cae en pedazos hecho carbón, lo más tormentoso en este momento es que mi cuerpo se regenera inmediatamente y por más pedazos que caen de mi desgarrandose de mis huesos no pierdo no muero, no dejo de sufrir, el dolor al contrario es más intenso, y este dolor se repete una y otra vez, haciéndome aullar de angustia, cada grito de mi boca es irreconocible, son aullidos de desesperación en esta agonía constante, no se cuanto tiempo llevo aquí colgado, no se si es lunes o martes, tarde o noche no hay tiempo en este lugar, pero siento que llevo meses aquí como un animal que han casado, aprieto mis ojos fuertemente otra vez y no puedo creer lo que veo.Al frente de mi una sombra me mira ya hace rato, y cada palabra que sale de su boca me juzga, me llama culpable, pero no entiendo de que soy culpable, en sus manos esqueléticas tiene un libro bastante grueso, sus hojas se ven ya vieja de siglos, de un color amarillentas y su portada es de un color negro, este demoníaco ser lee ojalá por ojalá y al finalizar grita su sentencia sobre mi.
-Culpable!!! - es la palabra que retumba mis pensamientos.
Grito desesperada mente, y aún que realmente soy un hombre que nunca creyó en Dios en este preciso momento es en el único que puedo pensar, de mi boca sale un grito en forma de llanto.
-Dios ayudame- y por primera vez siento el terror de a verle dado la espalda a Dios y la desolación invade mi cuerpo maltrecho, adolorido y maldito.
Un grito invade todo el lugar y resuena en todas partes como una gran explosión, todos en el pozo se callan y escucho por primera vez a los monstruos caníbales chillar como perros callejeros al ser pateados, y los veo huir a la nada en ese gran pozo.
- Aquí no existe Dios, Aquí no está Dios para ayudarte, deja de llamarlo.
Y a pesar de su reclamo yo más alzo mi voz a Dios por ayuda, pero sabía que era tarde, y aún más tarde cuando aquel ser de donde salió el grito, terminó de leer la última página de ese libro y de la misma manera que silencio mi grito de ayuda, comunicó su sentencia.
- Maldito eres tú, maldita tus obras sobre la tierra, maldita tu alma, maldita tu sentencia y MALDITA SERA TU ETERNIDA!.
El golpeteo de sus palabras invadieron mi mente y su sentencia llenó mi cuerpo de angustia y terror. mi cuerpo se liberó de aquellas cadenas y comenzó a caer a quel pozo profundo y mientras más caía en el, el calor quemó por completo mi cuerpo mi carne se puso negra como el carbón y los gritos de dolor se perdieron entre los gritos de las demás almas que pedían ayuda en este lugar, antes de caerte, de sumergirme por completo en este pozo la misma voz que me sentenció exclamó por última vez.
-BIENVENIDO AL SUFRIMIENTO ETERNO. AL POZO DE LOS CONDENADOS!.
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30 NOCHES DE TERROR
HorrorUn conjunto de historias cortas de miedo, que cautivan la mente del lector y lo lleva a vivir esos momentos cruciales de la vida de los personajes.