El sonido de la cremallera fue tan fuerte con el retumbar del un tren a toda prisa que pasa por las dos barras de metal duras y occidadas.
El joven se sonreía satisfactoriamente mientras se acomodaba su pantalón y sentía su ego masculino satisfecho, a sus pies el cuerpo de una joven se hacía tendido con las tetas de afuera y sus calzones a un lado de su cuerpo, destrozados con si hubieran sufrido el ataca de una manada de lobos, destrozados brutalmente por un mostró, de igual manera su alma estaba fuera de su cuerpo arrancada por la fuerza de uno de los jóvenes más aristócrata del pueblo.Sus pasos torpes caminaron accidentadamente al bar de costumbre, su apariencia de hombre hermoso había desaparecido totalmente, tenía su pelo castaño desorganizado con las hojas de los árboles que lleva el viento en sus brazos, su camisa perfectamente planchada y pulcra de la mañana había desaparecido, ahora no era más que un nido de mugre y arrugas que se apoderaron de tan blanca prenda.
Está era la apariencia de Frederick siempre al anochecer, uno de los más codiciados jóvenes del pueblo, y de los más influyentes económicamente, aunque realmente nadie conocía su doble vida, de mañana se paseaba por la plaza principal con sus mejores prendas, siempre se sentaba bajo la sobra de un hermoso ángel esculpido que se levantaba orgullosamente en medio de aquel terreno con árboles de escasas hojas acompañado de los pasos de los visitantes que nunca paraban de resonar, presumiendo el talento de su creador.Luego de que caía la luz del sol, su educación y etiqueta desaparecía de su lenguaje, y en los pasillos vacíos del pueblo arremetía contra las jóvenes vírgenes que solía ver pasear por la plaza, las escogía como un experto cazador las acechaba felina mente hasta acorralar las y devorarlas sexualmente en un ritual de fuerza desenfrenada que arrancaba la vida de sus víctimas sin ningún remordimiento, exitado por los gritos y las súplicas de sus presas y la sensación de verlas como poco a poco dejaban de respirar mientras sus manos fuertes hacían sonar sus delicados cuello.
Y fue allí una mañana debajo de la sombra de aquel ángel en la mitad de la plaza que Frederick posó su mirada en aquella joven que caminaba de un extremo de la plaza a otro, sus pasos eran seguros como danzando en el aire, lentos pero rítmicos, su piel blanca que lograba hacer contraste con la nubes que ha esa hora enmarcaban el azul del cielo, su cabello oscuro nacía como un delicado riachuelo que al final de su recorrido caía como la más elegante cascada hasta desembocar en el constante contoneo de su cintura.
Una presa perfecta que despertó en el joven lascivo un ardor profundo y deseo de poseer tan delicado y frágil cuerpo, sin pensarlo dos veces sus pasos se dirigían hacia la misma dirección de la perfecta joven, serenos, lentos, sin levantan polvo ni sospechas en la mirada de los traseúntes que pasaban a su alrededor. En el recorrido cada parada que hace la pequeña presa cautiva más la mente de Frederick, su sonrisa, sus forma de mirar su curiosidad por la vida, y su delicada voz excita más y más su deseos carnales, endureciendo su falo cada vez más, qué ya está apunto de explotar, la tarde cae y la luna comienza a pestañear para despertar de su más profundo sueño, siendo la creadora perfecta de los recovecos propicios para que un buen depredador aniquile por completo su ingenua presa.Los pasos danzarines han llevado a la víctima al callejón diagonales, enquel lugar ningún alma que conozca el pueblo se aventura a caminar, menos al caer el sol.
El golpeteo de unos zapatos de material retumban por el callejón acompañando los pasos de la joven que han acelerado al escuchar a un entrometido acompañante, el eco de sus pasos se hacen más fuerte por la respiración asustada y agitada de la frágil chica, la luna se ha centrado en el cielo tan redonda y amarillenta como un pequeño sol sin brillo, opaca, testigo ciego de los acontecimientos de la ciudad.Frederick se percata que la chica a volteado en la esquina de una casa vieja sin puertas abandonada, no ve ni un alma a su alrededor, es el momento de atacar, mejora el sentido del oído y aguda su visión, el bulto en su pantalón no se puede disimular más, ha llegado el momento y la exitacion posee su cuerpo, su cara sale de contesto y ahora tiene una mirada demente está dispuesto a atacar otra vez y saciar su sed, lentamente se hacerca a la casa donde la chica se a ocultado, la nubes grises que opaca el semblante de la luna se han abierto en el cielo dejando una vista perfecta a la testigo silenciosa, un pequeño brillo ilumina la escena, la luna está viendo todo como en un palco de millonario, paso a paso se acerca el joven enfermo a la puerta de la casa vieja, sus ojos tardan un par de minutos para acostumbrase a la oscuridad de aquel lugar pero en el fondo logra divisar un bulto oscuro moviéndose de un lado para otro en silencio, dirige otro paso apunto de atacar la saliva de su boca caen como la lluvia en el invierno, relamiéndose del deseo de sentir aquel frágil cuerpo en sus manos, lentamente y sin vergüenza alguna sus dedos baja el cierre de su pantalón mostrando al aire la herramienta de un experto violador, la toma entre sus manos da un paso más y levanta su mirada para observar la sombra que está en el fondo de la oscuridad, pero su ojos no logran ver nada,el golpe de una locomotora contra su cara lo a impulsado hacía callejón que se encuentra fuera de la casa, el hecho fue tan rápido que no logra entender que está pasando, un peso aprieta su pecho evitando que respire, una dientes largos se entierran lentamente en sus frente y en su menton, derramando mucha sangre sobre su cara,unas manos frías y largas sujetan sus muñecas con fuerza evitando se que pueda defender, su corazón se acelera los nervios se adueñan de su ser, su gran y duro miembro del que se había valido para destruir tantas vidas ahora no era más que un cuerpo flojo colgando del cierre de su pantalón, su respiración se entrecorta, mientras unos cabellos largos cubren el cuerpo que está en el suelo.
Una succión constante empiesa a sentirte en el rostro ensangrentado de Frederick, el frío comienza apoderarse de él, mientras sus ojos logran entender que está dentro de la boca de un ser, apunto de desmayarse, el dolor interno no lo deja siente como su oscura alma comienza a abandonar su cuerpo, el cosquilleo de la muerte paseándose en sus pies y como lentamente va subiendo por su ser, por el desespero hace el intento de luchar pero su maldito cuerpo no responde ya, no tiene poder sobre el, su alma se desprende más y más de ese estuche adolorido que está en el suelo maltrecho y ensangrentado, logra divisar las entrañas de un extraño ser y de alguna manera sabe que es un alimento,un simple bocado, absorbido por un experto cazador, su cuerpo se sacude con violencia contra el suelo, los golpes de su cabeza logran escucharse por todo el callejón pero no hay nadie quien lo pueda socorrer, y muere solo sucio y ensangrentado como muchas de sus víctimas.
Como una ráfaga de viento el ser que se alimento del desgraciado Frederick sale despedido por el callejón, dejando atrás a su presa, el demonio se pase varios metros de aquel lugar y se oculta en la oscuridad de la plaza que la luna ha creado y de aquella sombra surge una hermosa joven de tez blanca que camina como si danzará de cabellos largos que llegan a su cintura una joven de aspecto delicado frágil. Pero entre la luna y ella guardan un oscuro secreto.
Y en el fondo de aquel callejón el cuerpo putrefacto de el destingido y millonario joven Frederick es encontrado, un casador casado.
Un pobre bastardo más para la historias, clandestinas de espíritus y demonios de un viejo pueblo.
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30 NOCHES DE TERROR
TerrorUn conjunto de historias cortas de miedo, que cautivan la mente del lector y lo lleva a vivir esos momentos cruciales de la vida de los personajes.