LA VENTANA DE ATRÁS

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Alicia solía pasar horas mirando por la ventana de su cuarto que daba  a la parte trasera  de su casa.
Ella había crecido en una granja a las afueras de la ciudad, sus padres se  habían dedica al cultivo de trigo, de igualmanera a la crianza de conejos y gallinas, para venderlos  en el mercado de la ciudad que se realizaban los días sábados.

Alicia no fue una bebé deseada menos amada, siempre percibió esa obligación que sus padres sentían por su crianza, pero nunca el amor que esperaba de ellos, creciendo así sola y distante de su familia,  absorbida por sus ideas  y sus fantasías que la inundaban cada noche mientras su mirada se perdía en las estrellas del cielo, solia  pasar muchas horas sola en la ventana de su habitación que se encontraba ubicado en el ático de la casa, siempre lejos de sus padres y hermanos.

De igual manera ya estaba  acostumbrada además Alicia solo esperaba las noches con ansias, pues era en esos momentos de soledad mientras se sentía miserable y rechazada por su familia que había conocido a alguien que se había vuelto su protector, su confidente, su amigo y hasta parte de ella misma.
La primera vez cuando lo vio fue cuando contaba apenas con seis años, y lo veía caminar detrás de los árboles que conducen al bosque, mientras los perros de la casa ladraban con gran fuerza y los animales se sobresaltaban al sentir la presencia de este ser, en cambio Alicia se alegraba de verlo, poco a poco fueron tomando más y más cercanía, hasta el punto de el ir a la habitación de Alicia, en algunos momentos Alicia lo veía como un gran amigo, en otros momentos Alicia le temía, se asustaba más cuando lo veía comerse a los conejos del granero  con sus enormes dientes y ver la sangre como bañaba su cuerpo, además los fuertes gritos que daba del placer al sentir la tibia sangre de aquellos animales, pero para ella era todo lo que tenía en esa habitación, no existía ningún por que, de no compartir una rato o una relación con ese ser nocturno.

Ahora mas grande Alicia seguía escondiendo el secreto de todo el mundo, y seguía viendo a escondidas a quel ser, todas las noches y aunque su aspecto era aterrador cada vez que pasaban mas los años ella soportaba verlo, su cara desfigurada como una mezcla entre el rostro de un sapo, con dientes de León y su piel cubierta con escamas como la de los pescados, húmeda y fría como la de las serpientes, sus manos en forma de garras y esas patas en forma de caballo que hacían mucho ruido al caminar, había aprendido a aceptar a quel Demonio, tal y como era,  y mucho más por la forma de ser con ella, pues la liberaba de esa soledad y la hacía mas fuerte, capaz de cualquier cosa  y que en los momentos más duros de la vida de Alicia el  estubo y ahora estaba allí para socorrer la, como aquella vez que el demonio desmembró con una desbastadora furia  a la madre de Alicia en su defensa, todos en la casa y en granjas cercanas pensaron que era un animal feroz que habitaba en el bosque, Alicia guardo siempre ese secreto, pero aunque le causo temor siempre supo que fue por protegerla a ella.

Hoy Alicia se ha sentido sola, ofendida y asustada más que nunca, encerrada en su habitación y con lágrimas en los ojos Alicia nuevamente se a cortado la muñeca, y con su sangre fresca a dibujado un pentagrama encerrado en un círculo, en la mitad se logra ver el cuerpo de una de las gallinas que se mueve fuertemente mientras agoniza, las velas negras iluminan tan magistral invocación y entre la oscuridad de la ventana  logra verse la imagen de su mejor amigo y confidente caminando hacia su habitación para darle ese amor y esa compañía que siempre necesito. 

30 NOCHES DE TERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora