DESDE MI TUMBA

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Otro día más en esta obscuridad, no logro ver nada por más que lo intento, he hecho de todo para conseguir ver aunque sea un poco de luz, pero en este lugar no tengo esperanzas de ver una mañana o una noche, el traje de paño, hecho de tela fina me pesa en el cuerpo, siento ese desespero sofocante que genera la corbata en mi cuello, aveces siento que me voy a ahogar, no se quien diablos la dejo tan apretada, el saco produce una especie de calor e incomodidad que me desespera por completo, me siento estrecho, apretado, como si me estuviera engordando, que fastidio siento cuando todo me queda pequeño, lo que más odio es que ese saco, mejor el trage completo de noche no sirve, pues el frío que entra me congela, me hiela hasta los huesos, y no tengo como abrigarme.

El insomnio es constante, aveces descanso, pero no logro dormir bien, por más oscuro que este este lugar, es incómodo dormir boca arriba, siempre ame dormir boca abajo, rodeados de almohadas, con la pierna de mi esposa sobre mi, o quizas abrazandola toda la noche a ella, como estará? Aveces esa pregunta me entristece, la extraño, muchas preguntas llegan a mi mente, me atormentan pero después de varios días, uno se acostumbra a esos pensamientos, igual que puedo hacer, por más preocupado que este nada puedo resolver.

Los sonidos son escasos, pero los pocos que llegan son aterradores, y muy tenues, duran un par de horas, en otros momentos duran toda la noche, en ocaciones todo el día, recuerdo el primer día, escuche como una lluvia de árena que caía en el lugar que estoy, era perturbador, desesperante, pensé que rompería el techo,y lo desee mucho pensando que podría escapar si eso pasaba al final todo se calmó y el lugar se puso más oscuro, también siento la lluvia, gota a gota caer sobre donde estoy puedo oler mucha humedad como si estuviera rodeado de tierra, lo peor de todo son los rasguños, siento muchos seres diminutos tratando de entrar, como desesperados, aveces me siento seguro mientras más los escucho por que se que están afuera, aveces lo oigo correr de un lugar a otros, con sus patas diminutas y huesudas, pero cuando los rasguños se detienen, siento miedo, por que puede ser que amaneció o entraron a donde estoy, igual no los puedo ver, pero una vez sentí una cosa peluda correr por mis manos, las voces es lo más perturbador, no se si las crea mi mente, o son voces reales, hay días que unas voces pequeñas me llaman papá, me cuentan historias absurdas, historias de la escuela, de notas, de cosas que le han pasado, otras veces solo lloran me dicen que me extrañan, pero no reconozco de quien son, de mis hijos no pueden ser, bueno eso creo por que yo logro distinguir, otra voz aveces me llama amor, pero es una voz muy triste, solo llora, entonces no es la de mi esposa ella solía reír todo el tiempo, hacerme bromas, es una mujer muy feliz, entonces es ilógico pensar que es ella, esta mujer está tan triste que quiere morir, Belinda no era así, pero cuando las voces se van, me siento por un momento en paz, pero esos insectos babosos que suben por mi manos, mi rostro aveces son desesperantes, y esta incomodidad no me permite espantar los, solo puedo pensar en otra cosa para distraerme y así poder ignorarlo, como las pequeñas pisadas de las pocas ratas que atravesaron mi caja, desde hace quince días que estoy aquí y no me he acostumbrado a nada de lo que me sucede, el sacerdote dijo que descanse en paz y no he podido hacerlo desde que morí y me enterraron aquí.

Algo em este lugar comenzó a oler muy mal!

30 NOCHES DE TERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora