EL AUTOBÚS

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El único sonido que se oía eran sus pasos a al correr,  constante pero ya con dificulta, el joven Mathin llevaba más de quince minutos corriendo, ahora comprendía que todo lo que había escuchado de aquel sitio y sobre la carretera era cierto. El camino iluminado simplemente por un pequeño rayo de luz de la luna, que lograba colarse entra las nubes grises de la tormenta que caía en ese momento y que dificultaba el correr de Marthin, su cuerpo totalmente mojado se hacía más pesado y su corazón latía setenta veces más rápido de lo normal, sus pulmones se inflaban com el aire caliente que entraba con gran dificulta por su nariz, mientras que los músculos ya empezaban a doler, tranquilizó un poco el paso pues sentía morir y en lo único que podría pensar era en alguien que lo pudiera ayudar, una casa cercana o un maldito auto pensó, perdió el equilibrio con una pequeña piedra que se encontraba en un costado de la carretera por donde corría, su golpe con el asfalto fue fuerte, se lastimó la rodilla derecha y se fisuro el pie.

Ya estaba agotado no podía mas, y entre el sonido de la lluvia y el respirar agitado de sus pulmones lo escucho nuevamente, el sonido endemoniado de un motor, automáticamente le fue tan familiar que no tuvo la necesidad de voltear a verlo, sabía que tenía que correr, que tenia que perderlo nuevamente o estaría perdido más de lo que ya estaba, se levantó con dificulta, el dolor del pie era insoportable pero el sentido de la supervivencia le podía más que cualquier otra cosa, nuevamente a correr pero tambaleaba en cada paso que daba y aún más que la humedad del suelo no le daba tanta  estabilidad, mientras su mente se concentraba en correr el rugir del motor a acercaba cada vez más a sus pasos, estoy perdido pensó Marthin, diez minutos más y sus pulmones  comenzaban a arder con cada bocanada de aire que pasaba por su garganta, sus músculos se entumieron por completo ya no lo podría controlar, sus pasos perdieron toda seguridad y corría como un papel a la deriva del viento, sus piernas se dieron y cayó brutalmente contra el camino, rodando sobre sus manos fractulandolas por completo, ya con su puerto adormecido por el dolor, y su ropa llena de su sangre, logra sentarse en su piernas y queda de frente mirando hacia atrás de donde huía. Y allí sentado y con todo el dolor en su cuerpo logra ver a lo que tanto le temía.

Su grande cuerpo color amarillo se dirigía hacia Marthin a toda velocidad, sus luces delanteras iluminaban el cuerpo ensangrentado del joven, mientras su parachoques se convertían en una gran boca muy grande  y profunda, mientras se abría mostraba tres hileras de dientes largos y afilados en la parte superior e inferior, y al volante un conductor semejante a un humano, pero sus ojos eran bastantes  oscuros y alargados, su cabeza bastante alargada nada normal y en su rostro se dibujaba una sonrisa de placer nada igual que se haya visto antes. El autobús escolar comienza a soltar por su boca en líquido negro espeso semejante al aceite utilizado para lubricar los autos.

Marthin cierra sus ojos inundado de temor, los aprieta fuertemente como si todo fuera una pesadilla y que al abrirlos todo estaría bien, pero eso no ocurriría y muy adentro de él lo sabía, no alcanzo a abrir sus ojos cuando sintió unos grandes afilados dientes metálicos impactando contra su cuerpo, entrando muy profundo en él  y el grito sofocado por el dolor salió de su boca mientras sentía ser despedazado y devorado por aquel monstruo.

La luz del sol marcaba el amanecer, al fondo se escuchaba el timbre de la escuela que invade a ca rincón del pueblo anunciando el inico del día escolar, a las afueras del colegio varios niños descienden del autobús amarillo riendo, otros cantando otros se despiden de su conductor y en papeles que se riegan por toda la ciudad una información de un niño desaparecido, SE BUSCA A MARTHIN KING, se vio por última vez el 31 de octubre cuando se dirigía para su casa, Por el viejo camino Clinton Road.

30 NOCHES DE TERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora