EL JARDIN INFANTIL

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Atónito, no encuentro otra palabra para describir este preciso momento, había leído, investigado, y oído acerca de este lugar, pero es más sorprendente de lo que pude imaginar.

Mis ojos se fijan temerosamente en todo lo que me esta rodeando, el pánico se adueña de mi cuerpo y no hay nada lógico en lo que veo, calculo que en este lugar podían estar más de  sesenta  niños y eso en este solo cuarto, es una habitación bastante amplia de unos ocho metros de largo por seis metros de ancho, y como este salón de clases hay muchos más en este lugar.

Logro distinguir por sus pequeñas voces, que son niños de diferentes edades, desde los tres años hasta  los de seis, su risa llena el gran espacio en donde estoy de pie, escuchos sus pequeños pasos corriendo a mi alrededor y otros tratan de tocarme con sus manitos, todo en este lugar estaba tan vivo, era increíble, estaba tan perplejo que no pude sostener mi cámara para grabar y menos cuando los osos se peluche tiznados y llenos de suciedad que estaban en el suelo  comenzaron a pasar de un lugar a otro, los carros de control remoto  despertaron de ese sueño de años y prendieron sus pequeños motores, y corrían a gran  velocidad,y esas pequeñas sombras eran los niños que comenzaban a jugar, era poco lo que lograba distinguir todo esta oscuro aquí,  doy unos cuantos pasos torpes buscando la salida, pero el frío se a sumergido en mi. La energía en el hambiente a crecido, como el llanto de los niños, no veo nada pero se hacen sentir. Mi respiración se acelera el pánico se esta adueñando de mi, de igual manera que el olor a la carne chamuscada que ingresa a mis pulmones, es como si todo se volviera a repetir.
Escucho los pasos de la gente correr, gritos llantos, las puertas se cierran por donde  paso, todo en esta vieja escuela vuelve a estar en silencio, vuelve a la calma, como si nada hubiera pasado en este lugar, la noche  esta por acabar, salgo despacio cámara en mano, miro lentamente atrás y veo el resto de esos pequeños niños mirando  por la ventana,  quizás con ganas de escapar de ese lugar, pobres almas atormentadas, pobres niños que nunca crecerán, pobre condena que deben pagar, desde el trágico día de abril donde el calor infernal consumió sus pequeños cuerpos sin piedad, donde el gran jardín infantil fue consumido por las llamas con todo lo que se encontraba allí.

30 NOCHES DE TERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora