Capítulo 14

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-¿Esta es tú nueva casa?- preguntó Jimin aparcando su coche en la entrada.

-Si. 

Era evidente que Taehyung no tenía el más mínimo interés por entablar una conversación con él, claro, alguien que lo había lastimado tanto no podía aparecer de repente esperando que todos los problemas inconclusos se solucionaran.

El castaño desabrochó el cinturón de seguridad y amagó a bajarse del coche, pero Jimin volvió a hablar.

-Oye, Taehyung, ¿de verdad tú ya no me extrañas?.Desde que te fuiste de la ciudad nada volvió a ser lo mismo. Te extraño Tae, extraño besarte, extraño tus caricias, extraño todo de ti- apoyó una de sus manos en la mejilla del menor y acarició su pómulo.

-Jimin, ahórrate el cuento- bajó del auto y se posó con un brazo en la ventanilla para mirarlo.-Cuando te besabas con otros en los estacionamientos, no pensabas en cuanto me amabas, cuando me mentías diciendo que estabas en tu casa jugando vídeojuegos, en realidad, estabas tirándote a otros. No soy estúpido, Jimin.

-Taehyung, esas cosas ya pasaron. Lamento el haberte lastimado, pero te juro que cambié. Dame una oportunidad.

-No, me cansé de ser el único que aportaba algo a la relación. Siempre que me necesitabas yo estaba a tu lado consolando y tú solo ibas a acostarte con la primera persona que se te cruzara. 

-Pero, yo si te quería, de verdad.- tomó la mano de Taehyung que estaba apoyada en la puerta de su coche.

-Exacto. Tu me querías y yo te amaba, ahí está la diferencia- sacó su mano-. Tal vez nunca debimos ser más que amigos- una lágrima salió a la vista.

-No digas esas cosas bebé, podemos volver a intentarlo. Te juro que yo no...-  soltó una risa seca.

-Nos vemos, Park. 

Y sin más se fue, dejando atrás a su primer enamoramiento y su primer corazón roto.

Todos los recuerdos de su relación lo golpearon de repente.

(2 años atrás)

Bailar cinco canciones seguidas provocó un calor y una sed inmensa en mí.

-Chicos, voy a la barra, ya vuelvo.

Me alejé de mi grupo de amigos y caminé entre el tumulto de gente bailando en la pista bajo una enorme ola de humo, luces, transpiración y hormonas alborotadas.

-Buenas noches- dije al chico del otro lado de la barra para que notara mi presencia.

-Buenas son ahora que te veo- sonreí ante aquel piropo trucho, corrí mi pelo a un costado y lo observé.

Camisa blanca, jeans negros, pelo oscuro como la noche y unos labios esponjosos que podían hacer caer en la tentación a cualquiera que los mirara.

-¿Quiere algo?- asentí.

-Tu número, ¿puede ser?- una leve sonrisa apareció en su rostro. Colgó el trapo con el que había estado limpiando unos vasos minutos atrás en su hombro y se acercó peligrosamente a la mesada inclinando su rostro a unos centímetros del mío.

-Que atrevidos son los quinceañeros de hoy en día- agregó el pelinegro sin quitar la vista de mis labios.

-Pues tengo dieciséis- dije acercándose más.- ¿Puedes darme tu número ahora que aclaramos el tema de la edad?

Ya no tenía una pizca de vergüenza. Ese era el efecto del alcohol en mí.

-Mi servicio termina en diez minutos- miró la hora en su celular.- si me esperas, puedo darte más que mi número.

Bingo.

-De acuerdo. Te espero en la pista.- y comencé a alejarme en dirección a mi grupo de amigos. Aún podía sentir su mirada penetrante a mis espaldas, así que comencé a bailar lo más sensual que mi ebriedad me permitía sin caerme al suelo.

-¿No ibas por un trago?- preguntó Yeonjun.

-Conseguí algo mejor.

- x -

Sus manos se posaron en mis caderas con una leve presión en ellas.

-Si sigues bailando así contra mi vamos a tener un problema- sonreí y me di la vuelta para plantar un feroz beso contra sus labios.

Pasados esos diez minutos, finalmente llegó a donde habíamos acordado, y desde entonces, la tensión sexual aumentó con unos besos y bailes descarados.

-Los problemas no son un detenimiento- solté antes de empezar a repartir pequeños y húmedos besos por todo su cuello.

-Mierda, Taehyung- su voz se había oscurecido. El "Poder Kim" me gusta decirle.

Tomó mi mano y empezó a caminar por el lugar con rapidez hasta llegar a los baños. Me sonrojé al ver sus intenciones, pero no era momento de dar marcha atrás con este bombón en mis manos.

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Dejo a su imaginación lo que pasó luego...

Autism | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora