❈ | Capítulo 14: Elemento Espectral | ❈

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—¿Cómo murió?

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—¿Cómo murió?

Think Lebrancel se abraza lejos de la ventana de la cabaña tan pronto escucha la pregunta, en la oscuridad y de espaldas a nosotros pese a la calidez de la chimenea. Schneur se queda incómodo junto a la puerta luego que Anyalys le insistiese entrar a la habitación de dos doncellas. Las noticias todavía no han sido esparcidas en el pueblo, pero tampoco demorarán en tomar vuelo.

La muerte de Johanne Erling agarra al reino por sorpresa, en especial al Consejo, su mayor aliado. El navío en el que viajaba la oficial bélica continúa anclado en el medio del Mar Sin Nombre mientras dos autillos fueron enviados hacia Dirwyl y a las manos del siervo.

—Fue hallada ahogada en su cabina —responde el lóbrego centinela a Anyalys—, la líder  sacerdotisa, Amelice Folcher, certificó su muerte.

—¿Alguien la ahogó? —inquiero con dificultad, pues es enrevesado procesar el incidente desde El Olvido de las Montañas.

—No —Schneur me atisba con temor—. Ella solo se ahogó, mademoiselle.

—Pero, ¿cómo? —se empeña insatisfecha la pelirroja con un quejido de injusticia—. Uno simplemente no se ahoga así de la nada.

El siervo mira a la Guardiana esta vez de la forma en que dos cómplices guardan un secreto. Ella percibe el silente recado y la exigencia de Anyalys, y se hace más pequeña al encogerse de hombros en un intento por alejar la venenosa aura que la invade.

—Es la segunda víctima —anuncia Lebrancel en un residuo de voz.

La pulcra llamarada escarlata se gira a verla.

—¿Quién fue la primera?

—Hace varias fases lunares atrás...Ser Jeremiah —revela.

Rasco mi nuca sin saber de quién se trata, mas a Any parece afectarle. Sus pupilas se dilatan y la pelirroja aleja la mirada de mi madre sumida en sus propios pensamientos.

—No fue un buen hombre, usted tiene un par de guardias que...hostigan a otros, se aprovechan de ellos y abusan de su poder autoritario. No significa que debía morir. Era un hombre fuerte y joven, le quedaban estaciones de servicio por delante. Tenía un hijo, tengo entendido, un niño... —dice mi amiga en un tono tenue, la Guardiana asiente con levedad. Any repara en su rostro—. El reino no puede culparle.

—Mi posición frente al Consejo Real no es la mejor...

—Estuve contigo cuando asesinaron a Johanne Erling —reitera Anyalys decidida en respaldar a mi madre—. Tienes que decirle al reino.

—Johanne Erling no fue asesinada —le recuerda Think Lebrancel sin fuerzas.

—¿Estaba comiendo o bebiendo algo, Johanne Erling? —me dirijo hacia el siervo.

—La oficial Erling no estaba ingiriendo nada. Ella solo intercambiaba cartas con el mariscal segundo en su cabina —el mestizo fricciona el pergamino de las primicias entre sus manos como si lo desmenuzara—. Su cuerpo aún no ha sido abierto, pero Folcher asegura que se ahogó con agua, como si literalmente hubieran sumergido a Erling en...agua. Los papeles estaban húmedos y había un charco de agua que parecía haber salido de su boca. Tal parece que intentó pedir auxilio, mas fue en vano.

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