Bokuto no era una persona muy disimulada. Su emoción relacionada a ciertas situaciones, o sus nervios, terminaba llevándole a delatarse solo. Reía algo fuerte, se despeinaba su cabello, sus movimientos eran un tanto toscos, o se accidentaba chocándose con cualquier cosa en su entorno.
Tsukishima lo notaba, pero había decidido no prestar atención a lo que sucedía, o más bien, creer que había sido una idea rara de su cabeza. Pero no fue así.
Llevaban ya tiempo de conocerse y había visto esas actitudes en el mayor, pero no relacionadas con él. Se ponía nervioso ante la cercanía de alguien que le interesara, era torpe para intentar coquetear y terminaba arruinando lo que quería conseguir. Al principio verlo era divertido, ahora sentía compasión.
Tal vez no debió tener ese pensamiento en su cabeza o verle de ese modo, porque terminó siendo, sin saber en qué momento, el blanco de interés ¿Amoroso? ¿Pasajero? ¿Platónico? De Bokuto. Pero no duraban demasiado en la mente del joven de cabello bicolor.
Su tolerancia tenía un límite al igual que su paciencia. Que los días que frecuentaban con sus amigos Akaashi y Kuroo, siguiera comportándose del mismo modo, le llevó a darle una oportunidad.
—Bokuto—san, tengamos una cita...
Lo había tomado muy desprevenido. Deseó haber tener su teléfono en mano para sacarle foto a su expresión desencajada. Bokuto seguiría ese modo de actuar hasta que juntara valor para decir o hacer algo, o simplemente terminaría resignándose a no hacer nada, pero quien sabe cuánto tardaría.
—Tu decide a donde ir y que día... Avisa con anticipación —Dijo sonriendo sutilmente, por el hecho de que Bokuto siguió petrificado en su lugar un minuto más, incluso cuando se fue.
Dos semanas habían pasado de eso y no recibió algún mensaje. Se sentía un idiota porque dudaba de sí mismo, de si las señales que vio habían sido correctas.
Suspiró de alivio cuando su teléfono, a los dos días, sonó y tuvo una fecha para la cita. Sintió ahora una rara sensación en su estómago. ¿Alivio? No, no podía ser.
Había tenido unas citas y una pareja en toda su vida, pero nunca había programado una salida tan temprano como esa. Era la primera vez que despertaba a las seis de la mañana, pero agradecía que Bokuto hubiera comprado bebidas calientes antes de subir al tren bala.
Eran fechas frías, debía estar abrigado y se había olvidado sus guantes, aunque estaba cálido dentro del transporte. Noto un ligero nerviosismo en Bokuto al hablar o tal vez emoción, no sabía cuál de ellas era la que le abordaba.
— ¿A dónde vamos? —Preguntó al ocultar un pequeño bostezo con sus manos antes de calentarlas con su aliento. Bokuto no le dijo, pero se dejó guiar y recomendó descansar mientras viajaban. Lo dudó, pero terminó cerrando sus ojos unos instantes hasta que un suave movimiento en su hombro le hizo despertar.
—Lo siento...—Se disculpó por haberse dormido casi todo el viaje. Bokuto argumentó que también lo había hecho, pero había sido una mentira, su emoción se lo impidió y disfrutó del viaje, como también, de a momentos, ver las facciones del rubio.
Bajaron junto a más personas. Le sorprendía que estuviera lleno a pesar de ser día de semana, pero al haberse concentrado en eso, no se percató de otras cosas en su entorno hasta salir. Sus ojos se abrieron algo sorprendidos y, mientras iban caminando, era cada vez más notorio a donde estaban yendo. No estaba alucinando, ¿Verdad?
—Bokuto—san...—Le llamó para poder preguntarle, pero el mayor señalo donde debían ir y apresuró su paso, haciendo que él también le imite para no perderse entre tanta gente— ¿Vamos a entrar? —Le preguntó algo muy obvio, pero aun así necesitaba que dijera, aunque sea una palabra.
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30 vidas no es suficiente
Random30 días Challenge con la pareja BokuTsukki. Imagen de la portada, créditos correspondientes a su artista. Los personajes no me pertenecen. Pertenecen a Haruichi