—Te invito esta noche a cenar...
Las palabras salieron abruptamente de la boca de Bokuto. No dudó ni un instante en hacer aquella invitación al sorprendido rubio frente suyo.
—¿Por qué tan repentinamente? —Quiso saber Tsukishima, aún intentando comprender las palabras de su, hace pocas semanas, pareja.
Estaban en la biblioteca de la universidad buscando un libro en especial. Bokuto le hacía compañía, porque nunca entraría a una, no luego de haberse perdido y quedado atrapado una noche.
—La primera cena que tuvimos no fue como lo planeamos... Pero quiero compensártelo... —Sonrió en grande con mucha ilusión, viendo a Tsukishima con sus ojos de cachorrito que eran un arma mortal.
—Está bien...—Terminó rindiéndose el rubio, que silenció a su pareja cuando festejo en alto, recordándole donde estaban, mientras Bokuto, sin dejar de sonreír, le daba la ubicación del lugar.
Sueño hecho verdad...
La dirección dada era de un restaurant elegante, algo que sorprendió en verdad a Tsukishima. Lo corroboró un par de veces, incluso a su pareja que afirmó sobre el nombre del lugar antes de finalizar la llamada sin dar más detalles. Aunque dudo, se vistió acorde a la situación.
En la recepción no fue necesario anunciar su nombre, fue guiado dentro de aquel hermoso salón con mesas llenas de velas, pero una destacaba en medio del gran recinto. Las ventanas tenían las cortinas cerradas, las luces bajas dando aquel toque íntimo, pero, para Tsukishima lo más maravilloso fue ver a Bokuto en medio. Estaba nervioso, tímido e inquieto.
Llevaba puesto un traje gris que le quedaba bien, aunque no traía puesta, una corbata.
Belleza y fealdad juntos hallaran
más que una amistad—Bokuto... ¿Qué es esto? ¿Y la gente?... —Le preguntó al llegar a él, sin poder decir más cuando le robó un beso que le hizo fruncir el ceño al ser interrumpido.
—Este es el restaurant de mis padres... —Le confesaba tomando sus manos— Reserve todo el lugar para los dos... Para que no estés incomodo, ya que en la primera cita estabas apenado...
—No es necesario que recordemos eso ahora...—Interrumpió Tsukishima presionando ligeramente las manos del mayor— Era nuestra primera cita... —Y estaba nervioso, lo confesó ese día que salieron a hacer un picnic.
—Hay que sentarnos... —Asintió Bokuto, dejando el tema ahí.Algo allí cambió, en su corazón
una historia ideal, mágico final
bella y bestia son...El joven de cabello bicolor apartó la silla para Tsukishima antes de ir a su lugar con prisa. Había un mesero para ambos que tomó sus órdenes, todo el restaurant estaba para ellos. La decoración, la privacidad, la cual, Bokuto sabía, Tsukishima quería y donde podía soltarse un poco más.
Bokuto lo había conocido tiempo atrás. Sabía que Tsukishima era alguien reservado, no haría ese tipo de cosas en público, aunque tampoco era distinto para él, ambos sabían que sería algo vergonzoso. Al menos hasta que pudieran acostumbrarse, después de todo, aquella relación seguía siendo algo completamente nuevo.
Siempre será igual
siempre sin pensar,
siempre existirá como la verdad de que el sol saldrá
Sin pena Bokuto bromeó y jugó. Tsukishima reía sosteniéndose el estomago con una mano y la otra limpiaba una pequeña lágrima. Juntos, en aquella hermosa velada, se veían iluminados por las velas en las mesas y alrededor, junto a las luces bajas del recinto, pero los ojos de ambos tenían una luz propia e intensa.Los roces de mano se daban de manera casual como con intención. La curiosidad de probar lo que el otro pidió y convidarle uno mismo, ensuciándose un poco el rostro, con el pretexto de limpiar luego con una servilleta.
Bokuto no podía estar más feliz de ver a Tsukishima de aquel modo; tan natural, deseando que la noche sea eterna como su vida juntos. El joven rubio pensaba lo mismo, quería seguir así toda su vida.
Fabula ancestral
La música de ambiente cambió y el volumen aumentó un poco. Las luces bajaron aún más de intensidad, siendo más notorias todas las velas que estaban encendidas.Canto celestial
Tsukishima vio confuso a Bokuto que se levantaba, pero comprendió lo que quería al estirar su mano hacía él.Es tan singular
que te hace cambiar lo que estaba malNo eran bailarines, no sabían como moverse, pero no fue necesario para los dos el recorrer todo el espacio que tenían. Fue suficiente para Tsukishima rodear el cuello de Bokuto y que él posará sus manos en su cintura, balanceándose suavemente de lado a lado mientras se veían fijamente.
Siempre como el sol
surge la ilusión—Gracias por todo esto... —Susurró Tsukishima, como si temiera romper aquel hechizo en el que estaban sumergidos.
—Si tengo que lavar los platos de todos los días por una semana, para tener otra noche como ésta. Lo haré sin dudarlo un segundo...—Confesó Bokuto cual fue su acuerdo con sus padres para tener el lugar solo para ellos.
—Puedo ayudarte...—Se ofreció ya que era algo para los dos. Fue una hermosa e inolvidable velada.
Fabula ancestral, música inmortal
bella y bestia son...—Solo quiero que me ames... —Susurro Bokuto viendo como las mejillas contrarias se sonrojaban ante sus palabras, sin dejar ambos de moverse suavemente con pequeños pasos lentos.
Fabula ancestral, música inmortal...
—Eso no es necesario que lo pidas...
Bella y bestia son...
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30 vidas no es suficiente
Acak30 días Challenge con la pareja BokuTsukki. Imagen de la portada, créditos correspondientes a su artista. Los personajes no me pertenecen. Pertenecen a Haruichi