28. Hagámoslo de la manera tradicional

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Beatrice:

La estúpida música de piano suena mientras el espera ahí, en el altar, junto a un padre que parece no saber lo que ocurre y con los ojos llenos de temor, lo más probable es que lo hayan secuestrado para celebrar esta absurda boda.

Adrianno está parado junto a Ángelo, quienes están siendo amenazados con dos armar.

No sé cómo terminamos en esto, pero ahora debo proteger a dos personas.

Así deba casarme con este hombre.

Aprieto el ramo en mis manos y llego hasta el altar, lo miro a los ojos y Luciano me quita el velo para mostrarme una sonrisa macabra y feliz, disfrutando todo lo que está pasando.

—Novio, Novia.—Empieza el padre.

Tengo el corazón acelerándome.

—¿No era más fácil firmar los papeles y ya en lugar de montar este teatro, Luciano?

Luciano mantiene su sonrisa.

—Hagámoslo de la manera tradicional.—Me responde y se vuelve hacia el padre.—¿No le parece, padre?

Temeroso por su vida le da la razón.

Este hombre se lo ha tomado muy en serio, todo el lugar está perfectamente ordenado aunque no haya muchos invitados más que solo nosotros, Ángelo y Adrianno y todos los hombres, mis ex hombres que están vigilando a que no se me ocurra cometer la mínima idea de huir.

¿Huir a dónde?

Tiene atrapado a Ángelo y Adrianno.

Me tiene amenazada y con un arma apuntándome directamente el vientre, ni siquiera sé cómo puedo seguir de pie después de todo esto.

—No intentes nada.

—No hay nada que intentar.

—Veo tu rostro, Beatrice, se cuándo buscas las posibilidades de salir de aquí, pero ,te recuerdo que mis hombres están apuntando a la cabeza a esos dos hombres.

Mantengo mi mirada sobre él.

—Al menos intento..

—Ya lo dije, no intentare nada.

Vuelve a sonreír.—Entonces prosigamos.

Se vuelve hacia el padre y le da la orden.

—Estamos aquí reunidos para celebrar el matrimonio de Beatrice Sorrentino y Luciano Mansini.

Luciano sonríe.

—Antes de continuar si alguien quiere decir algo para que estas dos personas no se unan en matrimonio..

—Yo tengo algo que decir.

El corazón se me acelera, Luciano frunce el ceño y yo me vuelvo hacia él.

Hacia Ángelo.

Incluso Adrianno está mirándolo.

—Beatrice, no lo hagas.

¿Qué estás diciendo, Ángelo?

No puede..

—Te amo.

El corazón se me acelera, todo se detiene.

—Sé que debí habértelo dicho en nuestros días en Apulia, debí seguir el consejo de Selina y haberte admitido desde entonces que me traías loco.

No puedo mirar a nadie más que a él. No puedo hacerlo.

—Tal vez es tarde, pero tienes que saberlo, incluso si es probable de que terminemos muertos todos hoy mismo.

Ángelo...

—Te amo, Beatrice Sorrentino.

Los ojos me arden.

—Realmente estoy odiando que seas una jodida puta que le mueve el corazón a más de un hombre, Reina de la mafia.—Me dice y se vuelve hacia Angelo, baja el arma.—¿Qué demonios crees que haces, policia?

Angelo aparta la mirada de mi a él, pero no le responde.

Tengo el corazón completamente acelerado.

—Te pregunte qué haces.

Vuelve a mantenerse callado.

—Policía, hijo de puta, te pregunte..

—Distracción.

Mis ojos se abren, Luciano frunce el ceño.

Ángelo sonríe.—Solo distracción.

Entonces lo escucho.

Disparos dentro de la casa, una lluvia de disparos para ser exactos, el padre que iba a casarnos huye y Luciano le dispara por la espalda, su cuerpo se desploma y Luciano se vuelve hacia Adrianno.

—¿Qué demonios hiciste?

—¿Yo? Nada. Tú cavaste tu propia tumba ese mismo día en Florencia.

Florencia...

Luciano no comprende lo que dice, pero es Ángelo quien lo deja claro con una sola frase.

—Esto es lo que sucede cuando dañas a la amante del mayor narcotraficante de Sicilia.

Por dios, Dante Grimaldi.






Hola...

No te metas con la mujer de un hombre como Dante Grimaldi.

¿Qué les parecio? Ya casi llegamos al final :o :o

>>Yiemir. 

Nacidos en la Mafia (#6 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora