30. ¿Qué carajos sucede contigo y Gabriella?

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Angelo:

—¿Cómo que se te escapo?

Ya me había dicho Gabriella que lidiar con el jefe seria jodidamente difícil.

—Se me escapo, jefe.

Martin me da una expresión decepcionada.—Discúlpame, Ángelo, pero no puedo creer esa mierda.

Tomo un respiro.—Lo lamento, jefe, no sé qué espera que le diga, pero como oye es como ocurrieron las cosas.

Esta mucho más enojado que cuando Gabriella resulto estar guardando información de Dante.

—Ángelo, si no me das la información...

—Suspéndame si así lo desea, mis palabras son exactamente como se dieron los hechos, no hay mentira en ello.

Mi juramento de policía.. ¿Dónde quedo?

—No puedo creerlo, Ángelo.. ¿Qué carajos sucede contigo y Gabriella?

—Solo decimos la verdad.

—Que te pongas en el mismo saco que esa puta dice mucho de ti.

—Con todo respeto, no voy a tolerar que se refiera así a mi ex compañera y mi amiga.—Prosigo.—Y si no tiene nada que decirme, me encantaría retirarme.

Mi jefe me observa furioso.

—Nos vemos, jefe. Un gusto dar todo mi reporte.—Finalizo y salgo de la oficina.










(*)










—¡Eres un completo idiota, Ángelo Marchetti!.—Selina está gritándome.—¡¿Cómo has podido ocultarme algo como esto?!

Ahora mismo quiero asesinar a Gabriella, aunque al final termine por hacerlo Dante conmigo.

—No vuelvas a ocultarme algo así ¿Has entendido?

—Copiado y entendido.

Ella suspira.

—Estoy tan aliviada que todo resultara bien, que tu estés bien. ¿Estás bien, no?

—Estoy bien, Selina, no te preocupes.

Ella vuelve a suspirar.

—Exactamente por esto no quería decírtelo.

—Bueno ya lo sé y si no lo haces, mandare a mi esposo a que el mismo te asesine.

Me rio.

—Estoy seguro que Beau está encantado con la idea.

—Ahora mismo está sonriendo.

Escucho un llanto, es mi ahijado.

—Tengo que dejarte y recuerda...

—Ya entendí, Selina.—La detengo.

—Eso espero y adiós.—Me cuelga.

Dejo el móvil y observo el calendario colgado en mi refrigerador, la fecha del día de mañana está en un círculo coloreado con lápiz, la fecha del juicio.

Es mañana...

Era mañana...










(*)













—¿Por qué demonios hay fotógrafos fuera de la casa judicial?.—Pregunto a uno de mis compañeros, quienes están custodiando.—Se supone que el juicio fue suspendido.

Vine enseguida apenas vi esto en los noticieros, aunque no había una respuesta clara con lo ocurrido y no me tome el tiempo de seguir viendo solo para venir aquí y averiguarlo por mí mismo.

—Míralo tú mismo, Ángelo.

Mi compañero cabecea hacia adelante, los policías se mueven y los fotógrafos no dejan de tomar fotos a ese coche negro con lunas polarizadas.

¿Qué demonios?

Todo mundo se amontona y cuando baja del coche todo tiene completo sentido para mí.

La Reina de la Mafia, Beatrice Sorrentino está aquí.

¿Por qué?

¿Por qué demonios Beatrice está aquí?








Hola...

Beatrice cumplió su promesa con Ángelo y fue a declarar, a pesar de que días atrás el la dejo escapar y la dejo irse de su vida.

¿Qué clase de destino le espera a la Reina de la Mafia?

Lo sabrán mañana con el epílogo.

Mucho amor para ustedes.

Nos leemos en el final.

>>Yiemir.

Nacidos en la Mafia (#6 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora