23. Reina de la mafia hay una, no un rey, solo una reina

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Beatrice:

Me trasladan en un  vehículo, el principal llevándome con dos hombres custodiados y en el de atrás van otros dos cuidando que no se me meta en la idea escapar.

¿Escapar por que?

Cometer una estupidez a estas alturas no era algo a lo que podía arriesgarme y probablemente Lucianno haya dado la orden de disparar a muerte, aunque disfrutara hacerlo con sus mismas manos, prefiere eso a dejarme escapar.

Y en caso me equivocaba, no iba a permitir que por una imprudencia mía, la bala lastimada lo único que he deseado proteger.

—Llegamos. —Me anuncian.

Abren la puerta y me cogen del brazo, me bajan del coche y me llevan hacia dentro de la mansión.

El esta ahí esperándome, mi corazón cada vez más acelerado que antes y el recorrido parece una eternidad.

Llego a la sala y lo veo de pie, parado junto a la ventana y dándome la espalda.

—Señor Luciano.

Escucha a su hombre hablar y se vuelve hacia mi.

—Déjame a solas con ella.

Los dedos de ese hombre se desprenden de mi piel, me deja a solas con el luego de hacer una reverencia.

Sin temor voy hacia el aunque el corazón me traicione en ocasiones.

—Beatrice Sorrentino.

—En persona justo como quería verme. —Le hago saber y me detengo. —¿Cuál es tu plan ahora?

Alzo mis cejas.

—¿Asesinarme a mi y a mi hijo?

—No vayamos muy rápido, Beatrice.

¿Qué es lo que trama ahora?

—¿Qué es lo que quieres ahora? Ya me tienes aquí.

—Digamos que he decidido darte una oportunidad.

Siempre pienso que ya lo he visto todo de este hombre, cada vez me sorprende más.
Y esta no es la excepción.

—Quédate a mi lado y hagamos esto juntos.
No puedo creerlo.

—Asesinas al hombre que amo, mandas a todos tus hombres, corrección , mis hombres, a que me busquen en toda Italia.

—Ya no son tu hombres, cariño, no olvides tu lugar.

—Mi lugar sigue siendo el mismo, por algo llevo teniendo ese título incluso en  esta situación. —Yo sonrio y lo miro de pies a cabeza. —Pero tú… ¿Que eres?

Se tensa.

—Jamás serás ni la mitad de lo que soy aunque me hayas quitado todo.

Los puños de Luciano se aprietan y yo continuo.

—Reina de la mafia hay una, no un rey, solo una reina.

—Haremos que exista uno. —Me asegura convencido. —Haré que nadie recuerde tu nombre si sigues provocándome.

—Hablo con la verdad.. ¿Quienes conocen a Luciano Mansini? El segundón de su hermano, nadie. Ni siquiera con ese nombre saben de tu existencia.

—Tienes las agallas para hablarme así, perra.
Sonrio.

—Estas obligándole a retirar mi oferta y asesinar ahora mismo.

—Estas fuera de principios si piensas que voy a aceptar tu propuesta.

Luciano guarda silencio, su pecho se infla con la respiración, pero vuelve a relajarse.

Escucho pasos detrás de mi, pero no me giro.

—Entonces que te convenza el.

Sigo su mirada y siento que todo vuelve a mi, todo lo que he perdido.

Esta de regreso conmigo.

Los ojos se me llenan de lágrimas.

—Adrianno…










Serán 30 capítulos.

>> Yiemir.

Nacidos en la Mafia (#6 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora