11. Creí que no tenías relaciones con tus misiones, agente Marchetti.

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Angelo:
La casa que nos otorgó los Selina y Beau era justo lo que necesitábamos para ocultarnos los próximos 20 días antes del juicio , me costó trabajo convencerlos, especialmente a Beau Lombardi, pero al asegurarles que  los desvincularíamos de nuestros problemas, Selina acepto y al aceptar ella, a Beau no le quedo de otra.

Además por el hecho de no encontrarse ninguno en Apulia ayudó bastante, sin embargo eso nos metía en un problema porque quería decir que si nos atacaban, no íbamos a recibir ayuda de ningún modo, solo podía protegernos con las armas que nos entregó Selina.

Quitando eso de lado, es nuestro segundo día aquí y al mirar a Beatrice Sorrentino, es fácil distinguir lo aburrida que está, porque yo me encuentro igual.

Tomo un respiro.

—¿Un festival? . —Beatrice repite mis palabras.

—Debes saber que Apulia se distingue por sus festivales de vinos en esta región.

Beatrice sonríe. —Estoy embarazada y me ofreces tomar vino.

—También celebran en queso.
Ella permanece callada.

—Solo busco algo en que distraernos.
Ella duda y yo suelto un respiro.

—Estamos seguros aquí Beatrice.

Quiero pensar que lo estamos, de ser así, permanecermos aquí hasta unos días antes de regresar para el juicio.

Beatrice pronuncia.—Me gusta el queso.












(*)










—Su queso es muy bueno. —Dice ella probando de uno de los puestos.

Quesos duros, cheddar, parmesano, quesos semi blancos y queso rebanada son alguno de los que encontramos en los puestos del festival y cada uno de ellos Beatrice los prueba.

Sonrio al verla probar de los quesos en rodajas.

—¿También quieres de esos?

Ella no responde, pero de todas maneras compro ese queso también.

Pasamos por los puestos de vino y uno de los dueños de este me planta una botella en la cara.

—Un vino de 1994 para la bella pareja.
Al ver la fecha en la botella, es exactamente como me dijo.

¿Pareja?

—No, gracias. —Beatrice se adelanta.

—¿No son de aquí, verdad?. —Insiste el, sin embargo yo si soy de aquí. —No pueden irse de Apulia sin probar un buen vino, es un crimen.

—Ahora mismo no podemos tomar vino. —Le responde mi acompañante, Beatrice me toma del brazo.

Ella señala su vientre y el dueño lo entiende enseguida, decepcionado baja su vino.

—Felicidades.

—Gracias.

Beatrice tira de mi brazo y lo suelta cuando ya estamos lejos de ese hombre, ella se acerca a ver otros productos que se presentan en el festival y otros puestos.

Me acerco a ella, esta comiendo otro queso.
Otro más que comprar.

—Un no deseo era mas fácil.

—A veces no basta eso. —Me indica y con un palito me ofrece un queso del muestrario.

Alzo las cejas y ella insiste, lo termino probando.

—¿Sabias que el queso hace muy bien a las mujeres embarazadas?

—Ahora lo se.

Ella sonríe y va hacia otro puesto de comidas, aunque en esta ocasión es de dulce.

Estoy conociendo un lado que no veía de Beatrice Sorrentino.





















(*)















—Debo decirlo, fue agradable. —Me dice mientras cenamos sobre la encimera, para mi alivio la comida no contiene queso más que solo la crema.

Beatrice señala el vaso lleno de vino a mi lado y lo compara con su vaso  de agua natural.

—Es verdaderamente injusto, Agente Marchetti.

—Quizás cuando tu embarazo termine pueda invitarte uno. —Pronuncio llevando el vaso a mis labios.

Beatrice guarda silencio por un momento, enseguida hace lo mismo que yo, pero con su casi de agua.

Pasa el agua y me mira con sus ojos verdes. —Creí que no tenías relaciones con tus misiones, agente Marchetti.

—Solo es una invitación.

Dejo el vino en su lugar.

—Y dime Angelo, ya me llamabas por mi nombre, suena tosco que sigas llamándome así otra vez y más en público.

Su sonrisa crece. —De acuerdo, Angelo.
Ella baja la mirada y juega con el vaso en su mano, delineando con sus dedos la orilla.

—No recuerdo la última vez que me sentí como hoy.

No respondo.

—Sin que dejen de perseguirle al menos un día, gracias.

Su mano se coloca sobre la mía, la apartó despacio.

—Que no se te haga costumbre, lo de hoy fue excepcional, no podemos andar en las calles de Apulia todos los días.

Hoy era un festival, así que esa fuera excepción, por la cantidad de gente que había y en la que podíamos perdernos con facilidad del ojo de cualquier asesino.

—Lo tomaré en cuenta.

—De igual forma, gracias.

Ella sonríe.

Mirando sus ojos, le digo. —¿Te han hecho una ecografía?

Ella baja la mirada.

—Aún no he tenido tiempo con todo lo que sucedió, además es muy pequeño aún.

—Eso no detiene que te hagas una.. ¿ Sabes lo importante que son las ecografías?

—No, pero tú pareces saber mucho.

Ella ríe, yo sonrio.

—Le diré a mi amiga que me diga los mejores ginecólogos que hay en Apulia a los que ella a asistido y así la siguiente salida será esa.

—¿Esa amiga tuya estuvo embarazada?

Frunzo el ceño.

—Eso descarta más en las posibles personas que pudieron haberte ayudado.

Yo sonrio.

—Pertenece a la mafia y estuvo embarazada, vive en Apulia, creo saber de quién se trata.

—Si ya lo sabes solo mantente callada.

—Lo haré, puedes confiar en mi como yo lo hago contigo.

Su mirada baja de mi rostro, no, se dirige a mi boca y siento que ya he bebido suficiente vino esta noche.

Beatrice Sorrentino se me acerca y yo me levanto.

—Descansa. —Le digo.

Su expresión seria la cambia enseguida y me sonríe llena de disimulo.

—Buenas noches, agente Marchetti.

Su voz a sonado decepcionada de alguna manera y ese “Agente Marchetti" a terminado por corroborarlo.

Tomo un respiro y mis manos se forman puños.

Selina y Beau.

Gabriella y Dante.

Ya he visto como termina esto, no cometere el mismo error que ellos.

Nacidos en la Mafia (#6 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora