25. ¿Quién eres tu y por qué te comportas como un cobarde?

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Beatrice:

La vida..

Es la vida dándome un segunda oportunidad con el hombre que amo.

Estoy en shock y no he dejado de estarlo a pesar de que Luciano se marchó de la sala y ahora estoy con el.

Con mi Adrianno.

Mis dedos recorren su rostro y mis ojos están llenos de lágrimas, jodidas lágrimas de felicidad.

Mis manos tiemblan sobre sus mejillas. —Adrianno...

Me muerdo el labio y mis mejillas se empapan con las mojadas gotas de mis lagrimas.

—No puedo creer .. no puedo creer que estés vivo.

—Lo siento, Beatrice, ha de haber sido muy difícil.

—No imaginas cuanto. —Aprieto los labios. —¿Cómo?

—No me asesinó, mi amor.

—Pero yo huí, oí el disparo…

Solo huí, corrí y me detuve al oír el disparo, pero seguí corriendo.

El pánico me aturdido, santo dios, soy una completa idiota.

Adrianno me sujeta el mentón y me hace mirarlo.

—Eso ya no importa, cariño.

Lo rodeó con los brazos y el me presiona contra su pecho.

—No imaginas la falta que me hiciste..

Mis ojos se cierran.

—Que alegría..  que alegría. —Repito sin cesar. —Que alegría que esté vivo.

—Aún no podemos estar tranquilos.
Me aparto de él.

—No.

—Cariño ,no podemos luchar contra el.
Mis ojos se abren. —¿Ahora te sometes a lo que te dice tu hermano menor? ¿Es por eso que no has ido a buscarme? ¿Por qué el te lo ordeno?

—Luciano estaba esperando el momento correcto, dijo que no podía adelantarme.

—¿De que estás hablando, Adrianno? Intento matarte.

—Luciano toda su vida ha vivido bajo mi sombra, lo entendí después, el quiere esto y se lo di, si haces lo mismo, nos dejara ir y seguiremos con nuestros planes.

—¿Realmente crees que nos dejará ir? . —Le suelto indignada. —¿Acaso no ves que su deseo era atrapar me y ahora matarnos a los dos?

—No, Beatrice.. quiere empezar correctamente.

—¡Abre los ojos, Adrianno!. —Le grito. —¡El ya lo tiene todo, lo tuyo, lo mío! ¡ El te odia y lo único que le hacía falta era acabar con este bebé que llevo! ¡ Nuestro bebé!

Adrianno baja la mirada.

Niega con la cabeza y mi boca  se abre.

Esta aterrado, lo se y es por eso que se ha hecho a la idea de que las palabras de su hermano son ciertas por más ilógicas que parezcan.

Adrianno quería encontrar una posibilidad, sin embargo cuanto más afectado este no puedo reconocerlo.

Mi Adrianno no hubiera actuado de esta forma, no se hubiera rendido, no hubiera esperado que Luciano nos atrapará a mi y a nuestro hijo.

Ahora que nos tiene a los tres porque estoy segura de que eso quería.

Ahora que nos tiene va a matarnos y hará que su hermano me vea morir, hará que Adrianno sufra.

Porque así es Luciano.

Mis labios se separan. —¿Quién eres tu y por qué te comportas como un cobarde?

—¿Cobarde es como me llamas cuando lo único que deseo es  proteger a mujer que amo y a mi hijo?

Mi corazón duele.

—Esta no es la manera mi amor. —Mi voz se rompe. —Se ha aprovechado de tu debilidad y a jugado con tu mente.

Los ojos de Adrianno se llenan de lágrimas.

—Tienes razón, soy un cobarde.

Aprieto mis labios.

—Pero quiero que haya una posibilidad para nosotros.

—No la habrá si permanecemos aquí, Adrianno.

—Beatrice…

—Tenemos que irnos. —Pronuncio. —Hay que irnos ahora.

El toma mi mano y escucho unos aplausos, todo mi cuerpo se tensa.

Luciano esta observando la escena.

—Excelente manera de volver la fe en un hombre.

Aprieto la mano del padre de mi hijo.

—¿Una de tus virtudes, Reina de la mafia?. —Me pregunta con un tono burlesco.

Observa a Adrianno.

—Para ser mi hermano menor es muy manipulable ¿No te parece? Solo cogi su mayor miedo y lo tuve como un idiota comiendo de mi mano.

Mira a su hermano.

—Da vergüenza que seas un Mansini, Adrianno.

—Eres un hijo de puta.

El regresa la mirada hacia mi.

—Tu eres lo que deseo, Beatrice, solo tu. Abandona a mi hermano y unete a mi.
Este hombre ya de volvió completamente loco.

—Reinemos en la puta mafia juntos.

Una mueca cruza mis labios.

—¿No oíste lo que te dije?

Luciano frunce el ceño.

—No hay un rey de la mafia, solo una reina.

Vuelvo a ver su cuerpo tensado.

—Y si lo considerara serias el último candidato para reinar a mi lado.

Luciano encoge los hombros. —Eliminemos candidatos entonces.

Mete la mano en el bolsillo y mi cuerpo se tensa cuando apunta con ella a Adrianno.

Me interpongo.

—¿Qué crees que estás haciendo?

Luciano sonríe.

—Voy a dispararle.

No.

No

Luciano baja el arma. —O podemos cambiar eso si tu lo decides.

Toda la vida Luciano a querido todo lo que Adrianno tiene, incluso a mi.

—Tu decides, Beatrice.

Me extiende la mano, me giro a ver al padre de mi hijo.

Solo hay dos personas que deseo proteger ahora mismo y por esas personas...

—Lo lamento.

Voy hasta el mismo infierno con un hijo de puta como Luciano Mansini.

Tomo su mano y una sonrisa cruza los labios de Luciano.

Su mano aprieta la mía. —Excelente respuesta.

El corazón me late muy rápido y el se dirige al padre de mi hijo .

—Hermano, parece que hoy tendremos una boda.



Hola..

Se nos casa Beatrice :0

Nos quedan cinco capítulos.

Denle mucho amor a los pocos que nos quedan.

Nos leemos.

>> Yiemir.





Nacidos en la Mafia (#6 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora