7. Los policías no se meten entre líos de mafiosos

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Beatrice:

—Empieza a hablar.

Una orden directa es la que me lanza después de llevarme de regreso a mi habitación.

—No lo repetiré, Beatrice

Los ojos del agente Ángelo Marchetti están llenos de enojo y aunque en otra situación me hubiera valido poco lo que desea decirme, de cierta manera entiendo lo que él y Dante Grimaldi están pasando.

Gabriella Rizzo resulto herida por mi culpa.

Su amiga y el amor de Dante.

Es normal que ambos me estén deseando la muerte ahora mismo, cosa que es prácticamente lo que todos esos hijos de puta desean, sin embargo por primera vez en mi vida, yo Beatrice Sorrentino, me siento culpable.

—Beatrice.

Trago saliva.

—Es Luciano Mansini, —Respondo y Ángelo frunce el ceño. —El hombre que seguramente causo la explosión en casa de Gabriella.

—Explícate.

—Luciano es quien ahora es el dueño de todo lo que era mío y lo que conseguí. —Respondo.

—No conozco ese dato. Ese hombre.

—Tal vez no a él. —Le interrumpo. —¿El nombre Adrianno Mansini te suena?

Ángelo guarda silencio.

—Hice unos negocios con él, con el hermano de Luciano y terminamos involucrándonos juntos.

Sonrio.

—Sabes que nada sale bien cuando involucras el trabajo con el placer.

Angelo me observa en silencio.

—Nos enamoramos y esas cursilerías, le di el poder que necesitaba y acceso a todo lo que fuera mío, así como el hizo conmigo.

No me arrepiento de eso, ame mucho a Adrianno, nos amamos mucho y lo que vino después para nada es su culpa.

—Ocurrió un incidente que nos dio la decisión de alejarnos de todo. —Prosigo. —Luciano había vivido todo el tiempo a sombras de su hermano mayor y solo esperaba el momento perfecto, así que cuando Adrianno fue a decirle nuestra decisión, él no lo tolero, aunque ese no fue motivo de preocupación para Adrianno.

—¿No lo fue?

—Había actuado enojado, pero Luciano siempre tenía esa misma actitud, no era algo de lo que debía preocuparse o eso creía el, por mi parte yo tenía mis dudas, sin embargo el me hizo olvidarme de esa inquietud.

Las imágenes regresan a mi mente.

—Esa misma noche, Luciano Mansini asesino a su hermano y se adueñó de todo, incluso de lo que me pertenece. Adrianno me ayudo a huir y luego fui a la policía .. y te encontré.

—Todo este tiempo... —Pronuncia Ángelo molesto. —Todo este jodido tiempo has tenido el nombre de un hombre del que no tenemos conocimiento y decidiste ocultarlo.

Paso en duro nudo de mi garganta. —¿Por qué no decirme?

No respondo.

El cambia de pregunta.

—¿Y la lista? ¿La lista es una maldita farsa?

—Si hay una lista.

Angelo me observa en silencio.

—Pero nadie sabe sobre ella.

—¿Entonces es mentira que todo la jodida mafia italiana está persiguiéndote? Maldita sea, Beatrice.

—¿Y qué iba a decir?. —Suelto con el ceño fruncido. —¿Decir que el hermano de mi ex amante fallecido está persiguiéndome, Ángelo? ¿De verdad crees que la policía me hubiera dado protección de haber contado esa historia?

—Has puesto en riesgo a todos, a mí, a Gabriella... Gabriella.. —Pronuncia.. —Ella está en una maldita cama inconsciente y sobreviviendo solo con respirador.

No digo nada.

—Esto se hubiera evitado si hubieras dicho la verdad.

—Si hubiera dicho la verdad, al igual que todo.. —Me detengo por un instante. —Tampoco tú me hubieras ayudado.

El no responde, prácticamente dándome la razón.

—Los policías no se meten entre líos de mafiosos, a menos que eso les interese ¿No?

Lo observo tragar.

—Cuando les convienen actúan, si no, no lo haces. —Le respondo en la cara. —Acabas de demostrármelo, Ángelo, no te esfuerces en negarlo.

No lo hace.

—De igual forma tengo la información, daré los nombres que se requiera en el juicio. Eso no ha sido mentira.

—Eso solo ha sido una excusa para mantenerte protegida.

—¿Y eso qué? Todos salimos ganando ¿No? Yo obtengo protección y tú la lista. Seguramente hasta recuperes tu nombre y te hagan ascender.

—Eso me tiene sin cuidado, Beatrice. —Me asegura. —El asunto es que mi amiga ahora mismo está luchando entre la vida y la muerte por tu culpa.

Aparto la mirada.

—Así que quiero que me digas todo.

—Ya te lo he dicho todo.

—No, no es así, aun no me has dicho porque desea tanto asesinarte.

—¿No ha sido suficiente el estar presente antes de que asesinaran a su hermano? El solo quiere acabarlo, no dejar cabos.

—Esto va más allá de eso, no puedo solo creerlo.

Trago saliva.

—Así que.. ¿Cuál es la maldita verdadera razón?

En este momento recuerdo a Adrianno, su rostro y su sonrisa vienen a mi mente.

—Beatrice...

Me prometí no decirlo..

No iba a decírselo a nadie.

—Beatrice.. ¿Cuál es la otra razón?

Quiero protección.

Necesito protección.

Por él.

—Estoy embarazada.

Los ojos de Ángelo se abren. —¿Qué?

Ignorando su sorpresa, yo sigo.

—Ese es el motivo de porque Luciano quiere asesinarme. —Continuo y el no sale del shock. —No quiere dejar ningún cabo suelto, ningún heredero que pueda quitarle todo.

Llevo la mano a mi vientre.

—Estoy esperando un hijo de Adrianno Mansini, Angelo.








Hola..

Y lo que ocultaba Beatrice salio a la luz.

¿Cuántos de ustedes acertaron? 

Nos leemos.

>>Yiemir.

Nacidos en la Mafia (#6 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora