Peter en multimedia
Ok, no lo golpeé, no fui yo.
En serio, yo jamás había golpeado a nadie y no comenzaría con el mejor amigo de mi exnovio, eso sería raro. No deseaba parecer la enfadada y tóxica chica que fue engañada descaradamente.
— Joder, chicos, miren. Casi no reconozco a Lorelai —expresó Simon con una voz que me pareció insultante. Sinceramente, era casi repulsiva—, estás exquisita con esa ropa.
— ¿Quieren ordenar algo o...? —no sé por qué, pero pegué un salto. Debí golpearlo y dejarle el ojo morado, pero mi inocente niña interior solo se limitó a hacerme saltar y retroceder un paso cuando la mano de Simon acarició mi pierna.
— ¿Estás en la carta? —sonrió con burla igual que sus dos acompañantes, que me miraban como si fuera cualquier cosa.
— No —dije sobre la música—, ¿van a pedir algo? —pregunté una vez más, y ellos finalmente decidieron que pedir una cerveza era mejor que verme irritada. Cuando volví a la barra para preparar las cervezas y recoger el cuenco con maní que ellos pidieron, Nina combatía con un chico empujando su brazo como si fuera muy fuerte, pero él le ganó fácilmente.
Sonreí forzadamente al pasar junto a ellos y evadirlos.
¿No les ocurre que a veces se sienten fuera de lugar y lo único que pueden desear es jamás haber hecho algo? Bueno, en aquel momento me sentía llena de rabia, deseaba llorar como una niña y llamar a mi madre para pedirle perdón por huir de casa sin decir nada, me sentía tan extraña entre esas personas.
Yo era una mujer, mi cuerpo era el de una mujer, pero no me sentía como una estando en aquel lugar; me sentía como una niña disfrazada.
Me apoyé en la barra y miré desde allí al grupo tocar, Jackson y el chico negro de cabello rizado compartían micrófono en el coro y luego él se alejaba para seguir cantando solo.
— ¡Lola! —miré con curiosidad a Anne, estaba sobre una encimera ubicada al centro del club, era más un lugar para dejar olvidadas las copas, pero ella la utilizaba como pista de baile o pasarela de modas. Se me escapó una risita, a pesar de no ser delgada ella se veía realmente envidiable con la falda corta y la blusa escotada, sus curvas eran algo que yo desearía tener— ¡Ven aquí, Lola!
Supongo que aquel mote terminó por convencerme. Ella no me estaba llamando Lorelai como los amigos de Peter, ella no me estaba llamando como lo hacían mis padres... Anne estaba tratándome diferente, estaba diciéndome sin saber realmente que era lo que yo necesitaba.
Me apresuré en ir hacia ella, para subir a las encimeras similares a una barra como aquella donde estaba Nina tuve que sentarme sobre ellas, girar sobre mi trasero y ponerme de pie con ayuda de Anne. Había gente bailando y saltando alrededor gracias a la música que tocaba la banda, así que no me sentí demasiado fuera de lugar cuando comencé a bailar imitando a Anne.
Me sentía expuesta bailando sobre aquella superficie tan alta, estaba segura de que no se nos permitía hacerlo, todos nos veían bailando como si se nos fuera la vida, como si no existiera nadie más. Y tal vez fue lo que olvidé. Que había más personas.
Reía con Anne ante su extraño paso de baile, me tomó las manos y giré mientras balanceaba las caderas al ritmo de la canción, di saltitos dejando que la electricidad corriera dentro de mi cuerpo, la encimera vibraba bajo mis pies gracias a la batería, gracias al eco de la voz del cantante de la banda. Es un momento que jamás olvidaré. Fue la primera vez que me sentí diferente, fue la primera vez que tiré a la basura a Lorelai y me convertí en alguien diferente.
Me convertí en aquello que mis padres jamás quisieron para mí.
Y ocurrió algo que jamás creí que ocurriría.
No a mí.
Bueno, supongo que debí verlo venir. Supongo que era algo predecible, aunque me sorprendí tanto en aquel momento que desesperé. Simon había llamado a su amigo.
Alguien me tomó de las piernas, no vi quién, pero me tiraron de la encimera y me echaron sobre un hombro. Intenté hacer que me soltaran, pero las manos masculinas no dejaban de sujetar mis muslos y tocar mi trasero. He de decir que en aquel momento no me di cuenta que intentaba cubrirme para que no se me vieran las bragas, solo creía que estaban toqueteándome.
Y los demás debieron de pensar lo mismo.
— ¡Lorelai, para de moverte! —ordenó Peter. Ahogué una exclamación luché con rabia, sacudí las piernas sin parar hasta que alguien más me bajó de su hombro. Caí de espaldas, sin embargo, choqué contra el pecho de alguien que me sostuvo por debajo de las axilas y evitó que cayera al piso.
Elevé la mirada, se trataba de Ben. Me miró con una frialdad que no iba dedicada a mí, sino a Peter.
— Lorelai, vamos —ordenó mi exnovio tomándome del brazo para llevarme con él, me sacudí sin poder evitarlo, pero alguien más se interpuso y empujó a Peter descaradamente. Fue cuando me di cuenta que la música se había detenido, solo nos iluminaban las luces cargadas con las miradas de las personas que habían estado bailando o bebiendo en el club—. ¿Quién te crees para tocarme? —exclamó como si las manos de uno de mis defensores tuvieran gérmenes.
— ¿Y tú quién te crees que para venir a mi club y armar este escándalo? —preguntó Jackson con un tono de voz ronco y tan frío que me hizo temblar. Miré a Peter, su rostro blanquecino enrojecía considerablemente, era posible notarlo incluso entre la oscuridad del club.
— Soy su novio, y me la llevo ahora —. Qué patética. Fue cuando comencé a llorar. Odio recordar eso, en serio. Pero amo recordar cómo Jackson me miró en aquel momento, parecía sorprendido de mi reacción, sus cejas claras se fruncieron logrando que el piercing de una de ellas se moviera unos milímetros.
— ¡Hey, mal parido! —gritó Anne desde su lugar sobre la encimera—, tú no eres su jodido novio desde que la engañaste, hijo de tu puta madre —. Bueno, supongo que debería censurar eso, pero Annalise es la mejor insultando a la gente, y creo que Peter en ese momento se merecía ser llamado de aquella forma.
— No te metas en lo que no te importa —exigió mi exnovio mirándome con dureza mientras respondía a Anne—, tú te vas conmigo. ¿Saben tus padres que estás aquí trabajando como prostituta?
Anne gritó "mama huevo" seguido por "uh, eso debió doler". Sí, pues Jackson le dio un puñetazo. Lo juro, jamás había visto a alguien pegar a otra persona, nunca había visto ese nivel de agresión, ni siquiera por la televisión pues mi padre odiaba el boxeo y los combates de lucha libre, todo lo que fuera agresivo él lo llamaba carnicería, y mamá se encargó de proteger mi prodigiosa mente de cualquier tipo de escena similar.
Me cubrí la boca con terror al ver la sangre emanando de la nariz de Peter, ¿por qué era tan estúpida? Debí darle una patada en las pelotas, solo que... en ese momento yo seguía siendo una ingenua.
— Caballeros, caballeros —el muchacho de la banda, ese que parecía niño, se interpuso entre Jackson y Peter, parecía bastante seguro de sí mismo mientras sonreía y realizaba movimientos de calma con sus manos—, les tendré que pedir autocontrol. Tú ve y bebe una cerveza, cálmate —dijo señalando a Jackson—, y tú te vas de aquí. Solo.
Peter me miró mientras se cubría la nariz. Esperaba, esperaba a que lo acompañara. Es una suerte que fuera ingenua pero no idiota.
— Vete, Peter —dije retrocediendo un paso—. Ve y busca a mi hermana, tal vez con ella consigas una follada y no un puñetazo —. Anne hizo un ruido de burla de fondo, oí a Ben reír y decirle sin mucha amabilidad a Peter que lo guiaría hasta la salida.
Supongo que esa noche salió bastante bien.
Principalmente porque no volví sola al apartamento.
ESTÁS LEYENDO
El piso 17
Подростковая литератураTras huir de casa Lorelai ha decidido comenzar su vida desde cero, lejos de la burbuja en que sus padres la pusieron toda su vida. En sus planes no estaba previsto conocer a Jackson, el vocalista de una banda en ascenso. "Esta es la historia de cómo...