Capítulo 22.

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Me encontraba acostada en mi cómoda y pequeña cama.
Al fin estaba en casa.
Hogar, dulce hogar.
Pero mi cabeza no paraba de dar vueltas.

Después de la fiesta no habia podido dormir, y me la pasé dando vueltas por toda la cama y nada.
Incluso abracé a Yachi, pero no logré nada.
Cerca de las 5 a.m. camine por toda la casa e inconscientemente llegue al "estudio".
No era un estudio normal.
Era El estudio.
Ese lugar me daba pesadillas ahora.
Cuando era pequeña amaba estar aquí junto con mi hermano.
Ambos saltabamos, cantábamos y bailabamos mientras que mi padre tocaba algún instrumento.
Pero a cierta edad... él no enseñó a tocar.
Al principio era algo que nos unía a los 3.
Luego se convirtió en nuestra pesadilla.
Horas y horas frente al piano dieron frutos y logramos ir a concursos.
Pero la rivalidad entre hermanos nunca puede faltar.
Y más si son medios hermanos.
No importa cuánto amor nos tuviéramos.
Siempre queríamos ser mejor que el otro.

Me senté frente al fino instrumento, que sin duda alguna valía más que todos mis estudios combinados con los de mi hermano.
Toco la primera tecla y un escalofrío recorre todo mi cuerpo, esto era algo que no sentia hace tiempo.
Cierro mis ojos y dejo que mis manos se muevan por si solas tocando diferentes tipos de melodías.
Comencé con algo básico,  pero como el tiempo pasaba el ritmo cambiaba.

Escucho unos aplausos detrás de mi y veo a Noya.— Suena bien.
Niego con la cabeza y el bufa molesto.

El paso de los días no fue mejor ya que el sueño no llegaba a mi, e inconscientemente siempre llegaba al mismo lugar y tocaba música sin parar hasta que el sueño llegaba y terminaba dormida sobre las teclas.
Misteriosamente siempre llegaba a mi habitación.
¿A caso estanera señal de que debía de dejar el voleibol?

Él último día no fue mejor que los anteriores.

—¿Están listos?- nos mira Kuroo pero mi hermano y yo no entendemos.— Armador contra armador.

Mi hermano niega con la cabeza y le regala una sonrisa. — ya tuvimos nuestra batalla.

Nuestra batalla...

Ambos chicos nos miran confundidos.

—eso no puede ser posible. - se quejó Bokuto. — yo quería verlos jugar.

—será para la otra.- les sonrió a ambos chicos.

—Pero este es nuestro último año.- se queja Bokuto.

—Siempre van a ser bienvenidos aquí. - les sonrió dulcemente. — así que los espero el próximo año porque Bokuto san y yo vamos a ganar.

—Eso si que no, gatita.- Kuroo toca mi nariz. — les enseñaré quién va a ser el número uno.- río ante su comentario.

Cerca de las 5 de la tarde llegaron nuestras madres por nosotros.
Pero para la mala suerte de ambas mujeres no pudieron escapar de mi padre esta vez y pudimos salir de la casa cerca de las 8 de la noche.

—Joven Nishinoya espero verlo pronto.- dijo sonriente mi padre y el mencionado le contesto de una forma muy primitiva.
Para sorpresa de todos mi hermano y mi padre lograron hacer buena amistad.
Le enseño la lengua a mi hermano en señal de Victoria,  pero soy regañada por mi padre cuando vio la acción.

—¿Quién ganó?- nos preguntó Hinata antes de que se despidiera de mi hermano.
Al parecer todos los chicos de Karasuno estaban tristes ya que no iban a apreciar ese tremendo espectáculo del que tanto escucharon hablar.

—La Victoria fue de Akaashi _____.

—¡Wow!- grito el pequeño. — eres grandiosa  ____ san.

Cuando el pequeño se fue me giré a mi hermano.— no estoy satisfecha con esa Victoria.

—Te ganaré en la próxima.

—Te ganare tanto en voleibol como con la música.- le sonrió arrogante.
No  había sido una competencia equitativa.
Cuerdas contra teclas...
88 teclas contra 4 cuerdas.

—Ya lo veremos. - fueron sus últimas palabras antes de dirigirse al auto de su madre.

Balones y sentimientos.  (Sugawara y ____).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora