3ºPersona P.O.V
-Señor yo…si, acepto.
Con aquellas palabras pronunciadas por Hermione, Draco pudo soltar un suspiro, al igual que sus padres.
Ya estaba hecho, ya no había vuelta atrás.
-Yo los declaro marido y mujer, puede besar a la novia, señor Malfoy.
Y dicho esto Draco miró fijamente a Hermione, este iba a ser el primer beso que se diesen y quería que en él Hermione sintiese todo el amor que él le tenía, realmente quería a esa chica.
Se había propuesto algo, ese algo era que después de la boda y del banquete, cuando estén de luna de miel, se iba a declarar a la castaña, iba a decirle cuanto la quería y que intentaran tener un buen matrimonio, a cambio, él la enamoraría todos los días, sería todo aquello que ella quisiese, Draco Malfoy, dejaría el orgullo a un lado por su querida esposa.
El rubio posó sus ojos en los de Hermione, el corazón de ambos latía con fuerza, sus respiraciones se hacían irregulares y sus rostros se iban acercando lentamente, mientras que Draco sujetaba dulcemente la cara de Hermione entre sus manos, tenía la piel tan suave y delicada como él la había imaginado siempre. Sus rostros se encontraban a pocos centímetros, tanto que sus respiraciones se mezclaron…
-Ni se te ocurra acercarte a ella Malfoy-gritaba Ronald Weasly haciendo que todos los invitados, incluido los novios mirasen en la dirección de la que provenía el grito.-Hermione, no le amas, dime que no le amas. Tú me amas a mí, seguramente Malfoy te embrujó para hacerte sufrir, Hermione…
-Cállate ya Ronald, no tienes nada que hacer aquí. Me casé con Malfoy porque le amo, entiéndelo, ya no te amo a tí, lo estropeaste todo con tus engaños, déjame ser feliz, es mi momento de ser feliz-decía Hermione enfadada. Draco la había escuchado decir que lo amaba, pero ¿será cierto o solo era parte de su papel como esposa?
Ronald al escuchar tan decidida a Hermione, avanzó hacia el altar y te puso frente a ella.
-Entonces lo que pasa es que quieres tener el poder que tienen los Malfoy, claro quieres su riqueza y su poder. Sabías que yo no podía darte eso y fuiste corriendo a los brazos de él-decía mirando a Draco con asco- Hermione Granger o mejor dicho Hermione Malfoy, eres una cazafortunas y una cualquiera.
Después de que el pelirrojo dijese esto, Draco avanzó hacia él y al puro estilo muggle le dio un puñetazo en la cara por decirle todo eso a Hermione, no tenía derecho a decirle eso.
-Ni se te ocurra volver a decirle algo así delante de mí, porque lo que acabo de hacer será una simple caricia comparado con lo que te haré si te vuelves tan siquiera a pensar en ella. Vete de aquí comadreja o yo mismo te echaré a patadas de mi casa.-decía el rubio mostrando su lado Malfoy, frío, arrogante y calculador.
Esa faceta suya había quedado en el pasado, pero Ronald Weasly había hecho que saliese de nuevo y es que Draco, no iba a permitir que esa comadreja le faltase el respeto a su esposa, la chica que amaba y que estaba sorprendida y dolida de cómo le había hablado su amigo de la infancia.
Las lágrimas se habían acumulado en los ojos de la castaña, pero no se iba a mostrar débil delante de nadie y menos de aquel ser que creía que era su amigo.
-Vete de aquí Ronald Weasly, no vuelvas a dirigirme la palabra. Acabas de estropear mi boda, lo mejor será que te vayas-le dijo fríamente-Y a todos los invitados, disculpen las molestias, pueden ir pasando al salón donde se celebrará el banquete-lo dijo tan seria que los invitados fueron rápidamente al salón junto con los padres de Draco.
-Hermione…¿estás bien?-preguntaba Harry que se quedó a consolar a su amiga. Hermione asintió.
-Estoy bien, no dejaré que Ron arruine mi boda, ahora voy al salón, necesito estar sola un momento-Harry hizo caso dejando a la castaña acompañada por Draco.
Por una parte Draco quería dejarla sola, para que dejase que se le fuese el enfado, pero también la vio muy triste, seguramente por las palabras de Ronald, así que decidió no dejarla sola. Mientras tanto Hermione no se había dado cuenta de que Draco estaba con ella y al creer que estaba sola decidió soltar las lágrimas que antes se habían asomado a su ojos.
No lloraba por que se había casado con Draco, lloraba porque Ron era su amigo desde que entraron en Hogwarts y después se había enamorado de él, habían estado juntos y ahora después de que él la engañase, le decía que era una cazafortunas y una cualquiera, ese no era el Ron Weasly que ella conocía y que consideraba su amigo.
-No soporto verte llorar, no quiero verte triste y mucho menos por la comadreja…siempre que lloras es por su culpa…no sé cómo puede decir que te ama si lo único que hace es engañarte y hacerte llorar,¿ aún lo amas?-le dijo Draco haciendo que Hermione se secase rápidamente las lágrimas.
-Creía que estaba sola…-"te amo a ti" quiso decirle-No, Ron solo forma parte de mi pasado, me duele que me haya dicho esas cosas, se supone que era mi amigo, bueno en eso habíamos quedado después de que le encontrase con otra.
En ese momento Draco sintió que tenía un poco de esperanza, podría enamorarla y hacerla feliz y sobretodo nunca la haría llorar.
-¿Qué puedo hacer para que dejes de estar triste? Haría lo que sea por verte sonreir, el mundo se ilumina con tu sonrisa y todo parece bueno.-le decía dulcemente mientras levantaba su cara con delicadeza y limpiaba las lágrimas haciendo que una corriente viajase a través de sus cuerpo y provocando la sonrisa de Hermione al escuchar las palabras que le decía Draco.-Así me gusta, me gusta tu sonrisa Granger.
-Ya no soy Granger, ahora soy Malfoy-decía con cierto orgullo a verse convertida la esposa de aquel chico tan guapo.
-Para mí siempre serás Granger, mi Granger-dijo dándole un suave beso en los labios y olvidándose de lo que había pasado y disfrutando de aquel dulce momento.
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Saludos y besos.
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Cásate conmigo, Granger. (EN EDICIÓN)
Roman d'amourDraco Malfoy ha acabado su último curso en Hogwarts,ahora por tener mayoria de edad puede ser juzgado por el ministerio de magia por haber sido seguidor de Lord Voldemort,pero...¿irá a Azkaban o se librará?Hermione Granger tambien ha acabado sus e...