Capítulo 21

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Twitter: @Karla_Matos_

3ºPersona P.O.V

El conjuro de Nicolás duraba una semana, pasada una semana, todo aquel que no despertase, moría al instante y por ahora ni Hermione, ni Draco, habían despertado de aquel hechizo. Hacía ya varios días que Harry y Ron  habían ido a por los padres de la castaña. Nicolás les había devuelto la memoria y estaban al tanto de todo lo que había pasado en la dimensión mágica tras su pérdida de memoria. Los señores Granger tan solo deseaban que su hija despertase y abrazarla y besarle como si la vida se les fuese en ello, la amaban y querían brindarle la protección que ella les brindó al alejarlos de las oscuras y frías manos de los mortífagos y del mismísimo Voldemort. Todos estaban mal, ninguno despertaba y tan solo faltaba un día para que la semana se cumpliese. Nerviosos y tristes se iban turnando para vigilar a los hechizados, mientras Nicolás intentaba hallar una forma de despertarlos, pero era inútil, era demasiado efectivo y oscuro su hechizo, no podía hacer nada, salvo esperar.

La luz que provenía de la ventana de la habitación se dispersó por la estancia. Unos párpados se movieron inquietos intentando abrir los ojos, pero todo intento era inútil. Estaba débil, le pesaban hasta los párpados. Respiró hondo y se tranquilizó, una vez más intentó abrir los ojos y lo consiguió, pero enseguida los cerró porque la luz la cegó durante unos segundos, en un intento más los abrió y parpadeó para adaptarse  a la luz. Miró a su alrededor y vio que estaba en la madriguera, sobre una cama. Giró la cabeza a la derecha y la imagen que vio la sorprendió mucho. A su lado, Draco se encontraba dormido profundamente, pero su piel no era su piel, estaba más pálida de lo normal y bajo sus cerrados ojos había grandes ojeras. ¿Por qué estaba Draco en ese estado? Lo último que recordaba la castaña era que habían llegado de su viaje y que con ellos venía Nicolás Marslow y que entablaron una conversación, luego este le dijo algo que no entendió “Ahora tienes que dormir” fueron las palabras del mago y luego, no recordó nada más. Odiaba no tener la respuesta de sus dudas.

-Draco-su voz era apenas audible así que tosió para aclararla- Draco…Draco despierta, ¿Qué te pasa? Draco-parecía como si Draco Malfoy estuviese muerto, en un intento desesperado se levantó de la cama y fue hacia donde se encontraba el rubio-Draco, ¿me escuchas? Draco-sus lágrimas empezaban a bajar por sus mejillas.

La puerta se abrió y Harry junto con los padres de Hermione entraron por ella. Los tres se sorprendieron y alegraron por ver a Hermione despierta, pero enseguida se preocuparon por las lágrimas de la chica.

-Hermione…-la llamó Harry, la castaña giró su cabeza y vio a Harry, su mejor amigo y a su lado a sus padres.

-¿Papá? ¿Mamá?-enseguida la castaña corrió hacia ellos y los abrazó.

Entre besos y abrazos se saludaban los Granger, y por el alboroto que montaban subieron los demás, los Weasley y los Malfoy junto con Nicolás. Hermione al verlos les preguntó por Draco, pero al ver que Narcissa, lloraba, supo que algo iba mal.

-¿Qué le pasa a  Draco?-preguntó desesperada.

-Tranquilízate Hermione-le dijo Nicolás.

-¡¿Qué me tranquilice!? No puedo, quiero saber que le pasa a Draco.

Nicolás y Lucius empezaron a contarle todo, desde el plan de rescatar a los Granger de su exilio por pérdida de memoria hasta la parte del conjuro. Hermione supo entonces cuanto amor le tenía el rubio. Cuando le dijeron que Draco podía morir lloró como nunca lo había hecho, salvo cuando no sabía dónde estaban sus padres. Se dirigió de nuevo a la cama donde se hallaba Draco.

-Draco mi amor, sé que no fui la mejor esposa, pero prometo serlo, por favor despierta, no me dejes sola, yo te amo, te amo Malfoy. Despierta mi amor, despierta Malfoy-dijo mientras lloraba y besaba los pálidos labios de su esposo.

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¿Qué os ha parecido? Saludos y besos

Cásate conmigo, Granger. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora