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3ºPersona P.o.V
Hermione subía a su habitación a buscar a su ebrio esposo, pensaba que con suerte se habría quedado dormido y no le diese tanta guerra como se la habían dado Harry y Ron, que seguían comportándose como unos niños traviesos y para colmo a sus travesuras se les había sumado nada más y nada menos que el mismísimo Draco Malfoy.
Si le hubiesen dicho que algún día esos tres estarían juntos, haciendo tonterías, hubiese llamado ella mismo a San Mungo para decirles que un loco se les había escapado del psiquiátrico; pero bueno, aunque esa noche hubiesen llegado ebrios, le alegraba mucho que ya no hubiese enemistades entre ellos y que el pasado estuviese enterrado; pero lo que más le alegró a Hermione es que Ronald estuviese con ellos. Reconocía que le había sorprendido su presencia, y sobretodo que estuviese abrazado con Malfoy cuando abrió la puerta; la castaña creía que había perdido a un gran amigo al aceptar casarse con Draco y sobretodo creyó no poder recuperarlo después del numerito que armó en su boda, diciéndole de todo, pero bueno, si Draco, después de años de enemistad con Ron, decidió darle una oportunidad, ella no iba a ser menos, además que ella siempre quiso a Ron, pero en el pasado había confundido sus sentimientos y se había hecho daño a ella misma diciendo que amaba a Ron, cuando tan solo sentía una sincera, bonita y profunda amistad. Pero eso formaba parte del pasado y ahora seguiría siendo amiga de Ron y seguiría casada con su querido hurón, al que cada día quería más, pero que la sacaba de sus casillas.
-¿Qué haré contigo Malfoy?-decía Hermione Granger de Malfoy, mientras abría la puerta de la habitación del rubio. Cuando la abrió del todo no le vio por ninguna parte-¿Draco?-decidió entrar, agudizó más el oído y no escuchaba ningún ruido.
Decidió buscarlo por la habitación, pero no le encontró por ninguna parte. Cuando quiso salir de los aposentos del Slytherin; algo le sujetó la mano y la tapó la boca, para que no saliese ningún ruido de ella. Hermione se tensó, pero cuando reconoció ese tacto se relajó y le dedicó una mirada asesina a quien le cubría la boca de manera delicada pero con decisión. Poco a poco la mano se fue alejando de los labios de la castaña, dejando un cosquilleo en ellos.
-¿¡Qué demonios te pasa Malfoy?! Me asustaste idiota.-decía enfadada la castaña.
-Vaya…nunca creí que de tus labios saliese mi nombre…Draco…sonó tan…dulce-decía el rubio mirando fijamente a la gryffindor.-Ya sé lo que tengo que hacer para poder tenerte más veces en mi habitación…Hermione-dijo él pronunciando lentamente su nombre saboreando y sintiendo cada una de sus letras.
-Sólo quería saber cómo estabas, ya veo que estás bien MALFOY así que me voy-dijo recalcando su apellido.
-No estoy bien Granger-decía agarrándose la cabeza, porque ya le empezaban a dar los dolores de cabeza de la resaca- Se buena esposa y cuídame.
-Si fuese buena esposa ahora estarías en el sofá durmiendo, pero ah, no puede ser porque Draco Malfoy trajo ebrios a mis amigos ¿Qué estabais haciendo los tres a estas horas de la noche?-interrogaba Hermione a su esposo.
-No te lo puedo decir, secreto de hombres Granger…
Hermione sabía que Draco no le diría nada, él era de esa clase de personas que se guardan todos los secretos que le cuentes y si no querías que lo contases no lo hacía. Así que decidió darse por vencida, ya probaría a sonsacarle el "secreto de hombres" a alguno de sus amigos, puede que a Harry, pero sería como hablar con una piedra, se quedaría mudo…así que optó por sonsacárselo a Ronald, no es que Ron sea de esa clase de personas que van contando cualquier cosa, claro que no, él era un amigo leal, pero sabía que a Ron podía engañarle fácilmente hasta que le contase lo que ella quería saber.
-Lo que sea, buenas noches Malfoy-dijo la castaña decidida a irse.
-No, Granger, por favor, quédate conmigo; hasta que me duerma-Hermione arqueó una ceja-Es que me duele la cabeza…podría darme una enfermedad rara muggle-decía exagerando agarrándose la cabeza cómo si un mismísimo Crucio cruzase su cabeza.
-Eres un exagerado Malfoy, está bien, me quedaré para que no mueras mientras duermes-decía Hermione riendo por la mala y exagerada actuación de Draco.
El rubio caminó con dificultad hacia su cama mientras quedaba en pantalones. -¿Qué haces Malfoy?-preguntaba alarmada y sonrojada Hermione
-Agradece que no me quito los pantalones-dijo Draco , dejando que la castaña vea su torso bien definido y haciendo que la castaña se pusiese tan roja como el pelo de Ron.-Bueno. ¿vienes?-decía mientras estaba se acostaba en la cama.
Hermione caminaba sonrojada a la cama, mientras apagaba la luz y se acostaba al lado del rubio, el cual se encontraba con los ojos cerrados y su rostro era iluminado por la luz de la luna. Tenía un aspecto angelical.
-Draco Malfoy…¿Qué me has hecho? Antes te odiaba y ahora te quiero…te quiero mi hurón, mi rubio, mi Draco-decía acariciando la cara del rubio y depositando un beso en su mejilla, mientras lo abrazaba.
Cuando Hermione se entregó a los brazos de Morfeo, el rubio no pudo evitar sonreir; había escuchado todo lo que le había dicho su esposa y ahora más que nunca estaba convencido de querer pedirle ayuda a Lucius para poder conquistar a Hermione, aunque más que conquistar, quería ver feliz a su castaña, quería que sus ojos reflejasen esa luz que había antes de que hubiese esa guerra mágica en la que él había participado, arrepintiéndose de haber estado en el bando enemigo.
-Espero poder volver a ver tu gran sonrisa y tus ojos brillar como estrellas; te quiero Hermione-dijo depositando un pequeño beso en los labios de la leona
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Cásate conmigo, Granger. (EN EDICIÓN)
RomanceDraco Malfoy ha acabado su último curso en Hogwarts,ahora por tener mayoria de edad puede ser juzgado por el ministerio de magia por haber sido seguidor de Lord Voldemort,pero...¿irá a Azkaban o se librará?Hermione Granger tambien ha acabado sus e...