Capitulo 15

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3ºPersona P.O.V.

La voz de Narcissa Malfoy llamó la atención de los cuatro varones que se encontraban. Los cuatro hombres giraron para verla y pudieron ver a una hermosa mujer, vestida elegantemente; sus facciones eran serias y sus azulados ojos tenían un brillo especial fruto de la esperanza de poder volver a ver a Nicolás; aquel brillo no pasó desapercibido para Lucius; nunca había visto sus ojos con aquel color especial; el único brillo que él había presenciado era el del amor que trasmitía una madre a su hijo. Por un momento volvió el Lucius egoísta y deseó que Nicolás no apareciera, porque aunque no lo parecía, él si amaba a Narcissa y como no hacerlo si era como una diosa; se conservaba muy bien a pesar de los años, además que después de la guerra la había visto más hermosa que nunca, más joven, más alegre y menos estresada.

-¿Mamá?¿  Vas a ayudarnos?- preguntó Draco incrédulo; aunque después lo pensó mejor- Es por él, por Nicolás ¿quieres verle verdad?

Narcissa no contestaba; ¿quería verle? Si claro que sí; pero lo que más quería comprobar era saber que sentiría al verle, quería  saber si sentía lo mismo de  antes, recordaba que cada vez que le veía su corazón comenzaba a latir con fuerza y que esos ojos color chocolate eran apetitosos como aquellos carnosos labios rojos que la besaban con dulzura y pasión.

Ante aquella pregunta de su hijo, Narcissa no pudo evitar sonrojarse y al escuchar su nombre el corazón volvió a latirle con fuerza.

-Yo…

-Tú no vienes Narcissa- le dijo Lucius viendo las reacciones de su esposa.

-No me lo vas a prohibir Lucius Malfoy-le respondió ella alzando la cabeza.-Voy a ir, quiero ayudar a que mi hijo sea feliz.

Lucius sabía que eso era verdad, pero que por otra parte sabía que ella quería ver a Nicolás, se había percatado de sus mejillas sonrojadas y al notar la reacción de su esposa sintió un pequeño fuego nacer en su interior y deseaba cada vez con más  fuerza que Nicolás no apareciese; pero sabía que tenía que hacerlo porque quería que Draco también fuese feliz con Hermione.

-Narcissa no me contradigas delante de los chicos.

-No te contradeciría si no me dijeses lo que tengo o no que hacer, ¿Por qué no puedo ir?- preguntaba- Me da igual enfrentarme a lo que sea; solo quiero ver a Draco feliz; además seguro que con mi ayuda Nicolás os ayudará.

Draco, Harry y Ron se sentían incómodos al presenciar aquella discusión, pero sobre todo Draco que no comprendía la actitud de su padre; él sabía que Narcissa era muy poderosa y muy valiente por lo que su seguridad no era lo que le importaba tanto. Entonces; ¿Qué era?

-Narcissa Malfoy Black no iras; ya está decidido-sentenció.

-Haré lo que me dé la gana Lucius Malfoy quieras o no-le contradijo ella.

-¿No lo entiendes no? No quiero que vuelvas a ver a Nicolás, no puedo permitir que vuelvas a sus brazos y me abandones, después de todo lo que hemos vivido…¡Narcissa yo te amo!-terminó de decir Lucius, aunque no pudo evitar decirlo en alto.

Aquella declaración dejó a todos con la boca abierta, los muggles que se encontraban en la cafetería miraban como a aquel rubio de pelo largo se le declaraba a aquella exótica mujer, mientras que Harry y Ron miraban la escena atónitos la escena Lucius acercándose a Narcissa y esta con un rubor en las mejillas que la hacía ver adorable y como una chica de 16 años enamorada. Draco por su parte estaba asombrado, en su familia nunca se habían dado esas muestras de cariño y su padre había roto con aquello.

Lucius caminaba hacía Narcissa y al tenerla a centímetros la cogió por la cintura y la besó como nunca la había besado, pero como siempre había deseaba hacerlo. La mujer le correspondió el beso y sintió nuevas cosas que no había sentido ni con el mismísimo Nicolás; ella estaba segura de que sentía un gran cariño y respeto a Lucius, pero ¿amor?; tal vez siempre estuvo ese sentimiento en su interior, pero nunca había despertado, hasta aquel momento. Se separaron por la falta de respiración.

-¿Estás celoso Malfoy?-le preguntó Narcissa, aquella frase tenía un significado para ambos. Esa frase era la que le había dirigido Narcissa a Lucius la primera vez que sus azulados ojos conectaron con sus fríos ojos color mercurio.  Fue aquella vez en la que Lucius descubrió a Nicolás y a su ahora esposa besándose en un pasillo de Hogwarts. Aquella vez Lucius se dio cuenta de cuan hermosa era la chica y de que seguramente no era la primera ni la última vez que la veía.

-Un Malfoy no es celoso, un Malfoy es protector con aquello que ama, eso es todo-decía Lucius poniendo esa sonrisa de lado que había heredado Draco y que hacía suspirar a las chicas.

Draco en aquel momento quiso tener a su castaña así mirándolo con ojos de amor, amándose día a día, así que después de abrazar a sus padres, se desapareció en su casa y corrió hacia la biblioteca de su casa que era donde Hermione se encontraba.

-Malfoy me has asustado-decía Hermione que estaba inmersa en la lectura. Draco le quitó el libro con cuidado y la levantó con suavidad.

-Granger, mi preciosa Hermione, mi leona; te dije que te iba a conquistar y voy a hacerlo, porque te amo-y antes de que la gryffindor pudiese decir nada, la besó y ella le correspondió el beso encantada con las palabras de la serpiente.

¿Qué les pareció? Espero que os haya gustado. Comentad.

Saludos y besos

Cásate conmigo, Granger. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora