Capitulo 10

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-Sin ánimos de ofender, Emilie. Pero no terminó de entender que es esto.

Marinette había probado la receta más extraña de la historia, era una especia de pizza rellena que parecía una tarta. Sin embargo, Marinette ya iba por su quinta porción cuando Emilie le comentó que era una receta inventada.

-¿No tiene un sabor apetecible?-Preguntó la mujer mayor, desconcertada.

Marinette pasó una servilleta por la comisura de sus labios y sonrió.

-Está delicioso-La halago, sin mentir.

-Cuando termines de comer-Emilie puso un plato de sopa frente a ella, con una mirada de suplica-¿Podría llevarle esto a Felix? Él casi nunca sale de su cuarto.

Marinette vacila mirando el plato de comida, si fuese otra persona quien se lo pida e negaría y volvería a la cama. Pero era la señora Agreste, ella hacía todo para que su estadía sea la más cómoda posible. Marinette apreciaba eso.

Finalmente asintió.

-Puedo hacerlo ahora, no quisiera que por mi culpa se muera de hambre-Tiró la silla hacía atrás, poniéndose de pie-Gracias por todo Emilie.

-De nada. Su habitación está al lado de la tuya, gracia otra vez.

Marinette caminó hacia el segundo piso, sabía exactamente cual era la habitación del chico. Por qué estaba pintada completamente de negro, además de que prácticamente estaba pegada a la suya. Pero en eso dos días él no había prestado atención.

La puerta se abrió luego de unos largos minutos de espera que lograron molestar a Marinette, a través del marco de la puerta se reveló al segundo gemelo. Alto, con una mirada de mal humor y su cabello desordenado, Felix Agreste alzó una ceja viendo a Marinette, luego su mirada se dirigió al plato en sus pequeñas manos.

-No pedí servicio al cuarto, dile a mi madre que ya comí.

Marinette le dio una rápida mirada, él llevaba puesta una playera blanca y una chaqueta negra. Como si estuviera listo para salir.

-Tuve que tocar con mi cabeza, te recomiendo que agarres el plato-Acercó un poco el plato de comida frente a su rostro-Antes de que termine en tu cabeza.

Felix arrugó su nariz, observando la comida. El olor a las verduras orgánicas le provocó ganas de vomitar.

-Saldré a comer afuera, niña-Se recostó contra el marco de la puerta, cruzándose de brazos-Pero puedes devolverle el plato, ahora dime. ¿Qué hay de postre?

-Lo lamento, creí haberte escuchado mal-Marinette se rió con modestia-¿Piensas que soy tu sirvienta?

Para suerte de ella, Felix estaba de buen humor como para molestarla un poco. Tenía una cita con Kagami Tsurugi, pero su compañera de curso podía espera mientras su buen estado de ánimo, si así podía llamarle, se fortalecía fastidiando a la invitada.

-Bueno, pensé que eso eras-Chasqueó su lengua con diversión-¿Para qué viniste entonces?

-En realidad, tienes razón. Decidí ser tu sirvienta a pedido de tu madre, porque el gran bebé grande no puede traerse la comida por sí solo-Marinette hizo un puchero burlón-Entonces una chica centímetros más baja debe traerla por él.

El comentario provocó que Felix achique su mirada hacia ella, sin dejar de sonreír. Otra vez ella aparecía frente a él por voluntad propia, sabía que más tarde Adrien estaría furioso por eso. Cuando haga que se entere.

Felix planeaba hacer que eso pasará.

-Ten cuidado con lo que dices, niña-Le advirtió dándole una rápida lamida a sus labios.

저주받은 쌍둥이  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora