Capitulo 59

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Felix miró a la doctora Rivwell, quien estaba sentada a través del escritorio mientras observaba sus estudios.

-Todo parece bien, no hay traumatismos y todas las áreas parecen saludables-Ella alzó sus lentes por el puente de su nariz-Si es un chequeo rutinario, todo está bien y no hay que preocuparse.

El corazón de Felix comenzó a agitarse, no sabía que decir o como actuar. Se había hecho una resonancia magnética, pero todo estaba bien No sabía que sentir además de desesperación.

Sabía que algo pasaba, algo no estaba bien en su cabeza y las cosas que escuchaban iban más allá que cualquier enfermedad. Entonces era aún más difícil de detectar algo que no quería ser detectado.

-Si supongo-Murmuró. Se puso de pie rápidamente y tomó los papeles-Muchas gracias por su atención doctora. Debo irme.

La doctora Rivwell lo miró ceñuda mientras observaba al adolescente salir del consultorio.

Felix abrió la puerta de su auto, entrando con brusquedad y respirando con dificultad. Apoyó su cabeza contra el volante y cerró sus ojos.

-¿Qué pasó?

La voz de Marinette lo devolvió por un instante a tierra firme. Ella lo miró con preocupación, a medida que ponía una mano sobre su hombro. Felix aspiró con fuerza y luego dijo:

-Absolutamente nada, eso pasó.

Marinette frunció un poco el ceño.

-Bueno no se si eso es algo bueno o algo malo en este momento.

Felix se despegó del asiento, echando su cuerpo hacía atrás. Su rostro se contorsionó en una mueca de frustración.

-Todo está normal, lo que vuelve las cosas un poco más difíciles-Masculló, por lo bajo-¿Qué tal si realmente todo esto es producto de mi cabeza y mis trastornos? Tal vez todo lo estamos imaginando.

Marinette juntó aire, sentía una leve presión en el corazón al verlo tan frustrado consigo mismo. Un remolino de culpa se formó en su estómago, estaba por decir todo. En ese mismo momento.

-Escúchame, yo...

El celular de Felix comenzó a sonar con más fuerza de lo usual. Felix miró el dispositivo con curiosidad al ver el número desconocido, Marinette se congeló.

Felix llevó el teléfono a su oído, apretando el teléfono con más fuerza de lo común.

-¿Sí?

(...) (...) (...)

Felix probablemente se había ganado más de una infracción de tránsito, se saltaba los semáforos y excedió el límite de velocidad. Estacionó de una forma poco correcta al llegar a su casa.

-¡Felix!-Exclamó Marinette, sacándose el cinturón de seguridad.

Él había bajado del auto, con rapidez y euforia, ni siquiera se había molestado en cerrar la puerta o bloquear el auto.

Felix empujó con tanta fuerza la puerta que está impactó contra un cuadro que cayó al suelo rompiéndose en miles de pedazos. Subió a grandes zancadas las escaleras hasta llegar al segundo piso.

Abrió la puerta de la habitación de Adrien de una patada, su hermano estaba en su escritorio utilizando su laptop y con auriculares puestos. Al ver a su hermano, sonrió y sacó uno de su oído.

-Hola allí-Saludó, con una sonrisa simpática-¿Recibiste las buenas noticias?

Si Felix hubiese sido una bomba, Adrien hubiera sido el detonador que lo hubiese hecho explotar en ese mismo instante.

저주받은 쌍둥이  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora