Capitulo 11

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Adrien estaba frustrado al llegar a su casa, su madre ya debía estar en la cama luego de sus pastillas. Las ganas de pasar la noche con Marinette se esfumaron por alguna razón, él ni siquiera miraba película.  Pero que le diría a la chica ¿Oye te gustaría salir a matar conmigo? Porque ese es mi pasatiempo favorito.

No.

No le gustaba esforzarse por las cosas, sabía que tenía un talento natural para conseguirlas, pero encontraba levemente excitante tratar de conseguir a Marinette. Con pasos lentos se dirigió al segundo piso, Felix probablemente ya había salido en busca de enfermedades sexuales.

Cuando Adrien estuvo a punto de doblar al pasillo, se detuvo en seco al escuchar voces.

-Te dije que fueras a la derecha.

Adrien sabía que Marinette no parecía del todo cuerda, pero no tanto para hablar sola.

-Tal vez si no me hubieras insultado, niña. Esto no habría pasado.

Era la voz de su hermano, por supuesto. Adrien rodó sus ojos, pellizcando el puente de su nariz. Le había dado una advertencia a Felix. No que se alejará de Marinette, realmente no le importaba con quien ella gastaba su tiempo. Pero sabía que se acercaba a ella por las mismas intenciones que él.

Las cosas no se quedarían de estar forma. No quería que Felix la tocara, con sus sucias manos cubiertas de fluidos pegados. Con gérmenes desconocidos de otras personas.

Adrien se fue silenciosamente, no enojado con su hermano o Marinette. Si no consigo mismo, no podía volver a permitir que alguien este por delante de él.

Salió silenciosamente de la casa para abrir la cochera, localizando la segunda moto de Felix. La más preciada y definitivamente más atractiva de las dos. No la usaba muy seguido, no quería que se ensuciara o arruinara.

Adrien se acercó, agarrando las llaves. Miró la moto y sonrió.

-¡No toques eso!-Exclamó Marinette, pegándole en la palma de la mano a Felix.

Felix la observó con el ceño fruncido, dejando la lata en forma de corazón sobre la cómoda del cuarto de Marinette.

-Me lo debes, lo único que puedes dejarme hacer ahora es mirar lo que me plazca-Él la apunta.

Marinette soltó un exagerado suspiro, dejándose caer en la cama y mirando el techo. Haberle tirado el plato de sopa a Felix fue una mala idea, ella solo quería molestarlo un poco.

Solo un poco.

''Felix abrió la puerta de Marinette, la vio echada sobre su cama con los ojos cerrados, la cama nublada en sus facciones hasta que escuchó la puerta abrirse. Miró en dirección a la puerta, al verlo parado soltó un gemido de fastidio.

-¿Qué crees que haces?-La azabache se incorporó, parándose de la cama.

Felix recorrió la habitación con sus ojos, como si estuviera buscando algo en particular. Marinette alzó una de sus cejas,

-¿Y? No puedes entrar a la habitación de las personas como un rarito.

-Solo quería comprobar si lo que decía era verdad, ya veo que no.

Marinette rodó sus ojos cuando Felix sonrió con diversión.

-¿Qué esperabas ver? ¿Algún juguete sexual como un pene de plástico?-Preguntó incrédula, avanzando hacia él.

Felix no podía evitar poner esa imagen en su cabeza, hacerla enojar era entretenido para él. Sus mejillas se tornaban rojas.

Había cancelado la cita con su aburrida compañera. Tenía algo más interesante para ver, como Marinette. Molestar a Marinette. Fastidiar a Marinette.

-Eso es exactamente lo que me imaginé-Apuntó, caminando hacia la cómoda para ver los objetos sobre el.

A Marinette no le gustaba que la gente husmeara en sus cosas, mucho menos que sean tocadas por manos que no conocía- Una razón que lo hizo odiar a Adrien Agreste.

Ahora, Felix iba por el mismo camino.

-Los hombres y su estúpida costumbre de pensar que una mujer necesita su miembro para sentir placer-Murmuró, rodando sus ojos.

Al ver que Felix seguía abriendo pequeñas cajas sobre la cómoda, incluso revisando su maquillaje. Marinette decidió actuar.  Camino hacia la puerta para agarrar el plato de sopa.

Estaba frío, se percató de eso hundiendo uno de sus dedos en el líquido. Caminó devuelta hacia el gemelo malvado que no se había dado cuenta de la hazaña de Marinette''

-Vuelve a ponerte la camiseta si piensas que ver tus abdominales me está haciendo mojar o algo por el estilo-Dijo, volviendo a su cama para tenderse boca arriba. Hundió su cara en la almohada-No lo hace.

Felix apretó sus labios viéndola, ella le había tirado un plato de sopa en su ropa nueva y ahora estaba tirada como si eso no fuera nada.

No tenía ganas de oler a verduras, así que se había sacado la playera. Dejando su pecho al aire.

Marinette le había dado una rápida mirada cuando lo hizo, pero luego su interés se basó en echarlo de su habitación. Felix se negaba a irse de la habitación hasta cobrar su venganza.

-Si piensas que puedes tirarme sopa y no recibir nada a cambio por ello, estás equivocada-Advirtió él, desenvolviendo un dulce que encontró entre las cosas de Marinette.

Algo se apretó en su pecho al volver a entrar en esa habitación, no lo había hecho en años y estaba completamente distinta a como la recordaba.

-Te lo merecías, no puedes invadir los espacios de la gente de esa forma.

Felix aprovechó que Marinette no podía mirarlo para recorrer la habitación. Se sintió devuelta como un niño de cinco años al estar ahí, vulnerable y roto. Tragó saliva mientras miraba a través de la ventana.

-Yo pienso que es al revés-Él murmuró, en voz baja.

Marinette levantó un poco la cabeza para mirarlo, él parecía en algún estado de hipnosis con una expresión de melancolía.

-Te invitaría a comprobar lo que querías ver cuando entraste pero no quiero que tu ego me aplaste-Marinette giró sobre su cuerpo, mirando el techo-Ya tengo suficiente con el mío.

Felix sonrió, cruzando los brazos sobre su amplio pecho. Dio unos pasos cerca de la cama, saliendo de su estado memorial. Ella no se inmutó, se quedó mirando el techo sin prestarle atención.

-No tengo ego, solo asumo como soy y como me ven las mujeres.

-¿Estás asumiendo que eres un imbécil?-Ella arqueó su ceja-Porque de esa forma te ve...

Marinette fue interrumpida por unos fríos labios sobre los suyos.

저주받은 쌍둥이  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora