Capitulo 54

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-¿Quieres probarlo?

-No estoy segura, es decir, se manejar motocicletas y autos. Pero esto es diferente.

-No será diferente si ya sabes hacerlo.

Adrien cerró su libro con fuerza, apretando sus labios y masajeando sus sienes con fuerza. La suave risa de Marinette llegó a sus oídos, él se puso de pie y caminó hacia la ventana de su habitación. 

Afuera, Felix le mostraba-Lo que Adrien consideraba chatarra y algo repugnante-Su motocicleta. Adrien rodó sus ojos ante la vista de su hermano y la azabache.

No estaba enfadado, ni tampoco sentía envidia hacia la aparente relación que ambos habían cultivado. Adrien estaba levemente entretenido cada vez que los veía.

Porque en su retorcida cabeza, él sabía que su relación no era más que una basura. Él creía que para estar con alguien debía conocer a fondo a esa persona, mediante eso definía sus sentimientos y lo que quería.

Pero él sabía que ni Marinette conocía realmente a su gemelo, ni Felix conocía realmente a Marinette.

En cambio él, no estaba enamorado de ella. Ni mucho menos la amaba. Pero sabía que merecía la atención de Marinette más que su hermano. No iba a pelear por ello, tenía dignidad.

Pero no se iba a quedar con los brazos cruzados, viendo como su familiar más directo se robaba los sentimientos de la única persona que había logrado cautivarlo por segunda vez en su vida.

La primera persona que lo cautivó fue él mismo.

Adrien se apartó de la ventana, caminó hasta su cama y se agachó para sacar algo debajo del colchón. Era un cuaderno de tapa dura, de un color azul oscuro y con grabado en color dorado que decía ''Adrien Agreste''

¿En la primera página?

''Si estás leyendo esto y no eres yo, devuélvelo a su lugar o clavaré un hacha en tu cabeza. Primero, por entrar a mi habitación, segundo, por leer esto.

Con atención y respeto, que tú no lograste tener. Adrien.''

Su caligrafía más que perfecta, completamente prolija y con curvas elegantes.

En realidad nunca lo quiso considerar con el término diario. Más bien como hojas privadas en donde podía escribir sus pensamientos que algún día mostraría a las respectivas personas sobre las cuales escribió.

Tenía cada hoja dedicada a todas las personas que pasaron por su vida. Estaba listo para escribir la de Marinette.

Antes de que él finalmente terminara con ella de una vez por todas.

(...) (...) (...)

Felix condujo a través de la carretera, sintiendo los brazos de Marinette en su cintura. Podía sentir la risa de la azabache en su espalda.

-¿Estás bien?-Exclamó con fuerza, hablando sobre el viento.

Marinette asintió. Ambos llegaron a uno de los lugares favoritos de Felix, era a muchos kilómetros de su casa. En medio del bosque, había un gran círculo donde solo había pasto, daba la vista a un lago triste y solitario.

Felix se bajó, mirando a los alrededores y luego ayudando a Marinette a bajarse.

-Wow-Ella dijo, sacudiendo su propio cabello-Que vieja, quiero conducir a la vuelta. Solo para que veas que puedo conducir sobre los bultos de barro.

-No somos puercos, bebé-Rió Felix. Mirándola con una sonrisa-¿Por qué eso es divertido para ti?

Marinette se encogió de hombros, suspirando.

저주받은 쌍둥이  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora