Capitulo 49*

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Alaric ajustó su traje y miró peculiarmente la habitación que lo rodeaba, entró a la habitación de Chester Black, un hombre mayor que se ganaba la vida vendiendo elementos de caza para personas de alto rango.

Pero el adorable y viejo Chester, ocultaba un negocio que le traía aun más ganancias.

-Alaric, hace mucho tiempo que no venías-Dijo el anciano Chester, ajustando su gruesos lentes sobre el puente de su nariz-¿Vida ocupada?

Alaric obserrvó las cabezas de animales puestas en la pared, un oso, un ciervo, un oso polar... peculiar. Pero asquerosamente poco higiénico en su opinión tener un animal colgado de esa forma, bueno, solo sus cabezas.

-Ya sabes, compromisos sociales, laborales y amorosos-Murmuró Alaric, poniendo ambas manos detrás de su espalda.

Estaba vestido de una forma elegante, su cabello color castaño claro peinado hacia atrás con perfección, sus ojos grandes y claros brillaban con una frialdad hipnotizante.

Chester sonrió un poco, como si él supiera un secreto.

-Me enteré de las noticias, enhorabuena para ti y la señorita Agreste-El anciano cruzó sus manos sobre el mostrador-¿Un niño?

-Dos, gemelos.

Chester asintió con aprobación.

-Pero apuesto a que no estás aquí para consejos paternales.

Él sonrió de costado.

Alaric miró con disgusto el perro de la mansión Agreste, el can no dejaba de ladrar y refregarse contra sus piernas buscando afecto que nunca recibiría de él.

A él le gustaban los animales, a la distancia y muy lejos de él.

Emilie Agreste acarició su prominente barriga de embarazo, sonriendo nerviosamente hacia su padre cuando el hombre mayor miró con cierta sospecha hacia Alaric.

El padre de su futura esposa no confiaba en él, Alaric era una persona que sabía mentir, engañar y manipular con tan solo su apariencia. Pero su suegro era demasiado inteligente cuestionando cada palabra que él diría, observando cada acción de él buscando algo que sea de otro mundo.

-¿Así que pensaron en algunos nombres?-Preguntó la madre de Emilie, la agradable Sarah Agreste.

Emilie limpió cuidadosamente la comisura de sus labios con una servilleta, luego sonrió con orgullo.

-Alaric pensó en algunos muy bonitos-Comentó Emilie, con anhelo-Adrien y Felix.

Su padre hizo un ruido de desaprobación, en la punta de la mesa, un hombre de la misma edad de Alaric, con rizos y ojos verdes rió un poco. Era Gabriel Agreste, la persona que Alaric más odiaba en el mundo.

De tan solo escuchar su risa, el único pensamiento que rodeaba la mente de Alaric desde que conoció a ese chico apareció nuevamente.

Mátalo, mátalo, mátalo.

-¿Qué piensas sobre esos nombres, Gabriel?-Preguntó el padre de Emilie con cierta burla.

-Bueno, hay casos peores.

Alaric apretó sus dientes con fuerza, forzando una sonrisa. Emilie miró con preocupación hacia su futuro marido, agarrando su mano y acariciando su piel con suavidad.

-Oh lo sé, tú eres un claro ejemplo-Alaric tomó un trago de su vino-Estoy bastante seguro que su autoestima subirá cuando escuchen tu nombre.

저주받은 쌍둥이  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora