Capitulo 18

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El día siguiente era el que cualquier adolescente le gustaría evitar, el primer día de clases de último año. Adrien había preparado sus discursos, la lista de posibles candidatos al cuerpo estudiantil, del cual era presidente y preparó su mejor ropa, una combinación diferente para cada día de la semana.

Felix a regañadientes y con su mal humor, tuvo que sacarle el polvo a su auto, él que odiaba conducir e incluso mirar. Pero tanto Emilie como Adrien dijeron que las motos llamaban demasiado la atención.

Además, tenía que comenzar a peinarse y arreglar su cabello para parecer decente.

Marinette había atado su cabello con una cinta de seda negra, se vistió de la forma más sencilla que pudo para no llamar la atención y pasar desapercibida. Quería un día tranquilo y relajado. Mientras depositaba el labial rosado sobre sus labios, la voz de Adrien flotó sobre su hombro.

-¿Necesitas que te lleve?

Marinette hubiera considerado la oferta, pero cuando un jeep se estacionó, el rostro de Felix apareció a través de la ventana y deslizó sus lentes negros hacia la punta de su nariz,

-Hey, Marinette-Sonrió con simpatía-¿Subes?

Marinette se cruzó de brazos, mirando a los dos con creciente enojo. Adrien le dio una mirada fulminante a su hermano, Felix mantuvo su sonrisa.

-No me subiría al auto de una persona que usa lentes de sol en los días nublados para empezar-La sonrisa de Felix se borró, Marinette se dirigió a Adrien-Deberías darte un baño, apestas a testoterona. Ambos deberían conseguir un masajista y relajarse.

Marinette se adentró a la casa, buscando a Emilie. Adrien se volvió con el ceño fruncido hacia su hermano.

-¿Qué quiso decir con eso?-Preguntó-Yo jamás dejaría que un desconocido me de masajes. Es asqueroso.

Felix se encogió de hombros, sin darle importancia. Subió sus lentes hasta el tope de su nariz y comenzó a conducir. Adrien a pasos refunfuñantes se subió a su auto e hizo lo mismo que su hermano.

Marinette no estaba enfadada, pero si disgustada. Sentía que ni uno de los dos tenía el derecho para ponerla en esa posición, ella nunca entraría en ese juego. En algún otro momento hubiera sido divertido pero no estaba en sus planes tener a dos personas idénticas haciendo sus decisiones imposibles.

Emilie no tuvo problemas en llevarla, no preguntó la razón por la cual no había ido con uno de sus hijos.

-Sabes puedo llevarte en cualquier momento que necesites, solo debes decirlo. Aveces soy muy despistada por el trabajo, los casos de mis clientes no se resuelven solos.

Marinette sonrió con amabilidad.

-Gracias-Dijo-Si no molesta que pregunté ¿De que trabaja?

-Para nada, soy abogada. Trato de trabajar desde casa, si tuviera que viajar por cada que me toca. Mis hijos no tendrían una madre.-Explicó Emilie. Su cabello estaba recogido en un moño perfecto-Lamento ser un poco agobiante aveces. No recuerdo la última vez que hubo una presencia femenina ideal que nuestra casa además de mí. Es una pena que la tragedia de ea chica haya sido tan cerca de tu llegada.

-No se preocupe, me gusta la atención en realidad-Afirmó Marinette, mirando a través de su ventana-¿No pensó en tener más hijos?

Pasaron largos segundos antes de que una repuesta llegara.

-Bueno siempre dije que no se trata del número, si no de que tipo de hijos tienes. Pueden ser muy calmados o pueden poner tu mundo para arriba-Emilie le dio una breve sonrisa antes de enfocarse en el camino-Créeme, Adrien y Felix desde que nacieron equivalen como a tener más de dos hijos.

Marinette se rió, ella le daba la razón en eso. Pero Emilie no era una mujer descuidada, tenía el cabello de un color rubio chocolate y profundos ojos verdosos. Un rostro delicado y una amplia sonrisa.

No tenía ni un parecido con sus hijo, en ningún sentido. Marinette pensó que el parecido físico de los gemelos probablemente fue por parte de su padre. Pero no se atrevió a preguntar respecto al tema. Cuando el auto se aparcó frente a la secundaria, Marinette tenía ganas de retroceder a estar en su cama ese mismo día.

La escuela contaba con un solo edificio que abarcaba una manzana entera, era como todo en Sparrow apagado y con colores sin vida. Emilie insistió con que la contactara si algo malo pasaba.

Marinette aspiró con fuerza, acomodó los mechones de cabello que enmarcaban su rostro y sonrió mientras empujaba las puertas. Como lo esperó la mayor parte de atención se centró en ella, como si tuviera algún mono colgado de su cabeza.

Una mujer afroamericana vestida con pantalones negros y blazer se acercó hacia Marinette con una planilla entre sus manos.

-Hola Marinette, soy Patrika, la directora de la escuela-Se presentó, poniendo sus lentes sobre su cabeza-Espero que tengas un buen comienzo de clases.

-Trataré de hacerlo-Agradeció Marinette. Una leve preocupación cruzó su rostro-¿Mis papeles están completos, verdad?

Patrika asintió con paciencia.

-Tu tutor o padres presentaron los formularios en perfecto estado, una vez a la semana será evaluado tu proceso académico-Explicó-¿Necesitas un guía para que te enseñé las instalaciones?

Marinette sabía que llegar tarde a alguna de sus clases sería incorrecto el primer día, descubrir las cosas por su cuenta como le hubiera gustado no parecía ser la mejor idea.

-Eso sería genial, gracias.

-Ven conmigo.

Marinette siguió a Patrika a través de una puerta, en la habitación había un gran mostrador y muchos asientos en frente. Vio más puertas detrás de la secretaria.

-Toma asiento, te traeré al mejor alumno que tenemos.

Hizo exactamente lo que pidió, poniendo su bolso sobre su regazo. Miró a su alrededor, había un chico a metros suyo cabizbajo, su cabello oscuro cubría por completo su rostro y vestía de negro. Una mochila con manchas extraña estaba entre sus pies.

No levantó la cabeza, Marinette se inclinó para ver su rostro pero él se quedó tan estático como una piedra.

Una anciana, con unos lentes y hojas en sus manos salió detrás de una puerta que decía ''Psicología''

-¿Lechien Kim?

El chico levanto su cabeza con desgano, Marinette lo observó  era tan pálido que parecía un fantasma, grandes círculos oscuros descansaba debajo de sus ojos color marrones. Había un pequeño corte sobre su ceja izquierda.

Lechien Kim se puso de pie, caminando sin ganas mientras su mirada desorbitada estaba pegado al suelo y arrastrando su mochila como si fuese a saltar de la plancha, no noto la presencia de Marinette al pasar por su lado.

Qué chico tan extraño, pensó Marinette. Ahora ella tenía ganas de saber quien era.

Patrika volvió con una amplia sonrisa, cuando Marinette reconoció la cabellera rubia que venía detrás de la mujer. Quiso hundir su cara dentro de su bolso y no tener que volver a ver la cara de Adrien por el resto del día.

-Marinette, Adrien es el mejor estudiante y una de las personas más capacitadas para ayudarte con lo que necesites.

저주받은 쌍둥이  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora