Capitulo 27

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Era fin de semana.

Marinette hizo un globo con su goma de mascar de color tan rosado como sus mejillas. Estaba tirada en el sillón, sus piernas colgaban en el reposabrazos y pantuflas en forma de conejo colgaban de sus pies. La señora Agreste hacía yoga en su habitación, Felix había estado la mitad del día en su habitación con Kaga.

Su risa infantil llegó a los oídos de Adrien cuando llegó con un cuaderno en su mano al igual que una pluma. Le dio un vistazo a la televisión, que tenía un exceso de volumen alto. Puso sus ojos en blanco y se sentó casi cerca de Marinette.

-¿Qué está haciendo?-Preguntó ella, sin despegar sus ojos de la pantalla.

Marinette le dio una mirada de reojo, el rubio estaba con pantalones sueltos y una playera blanca. Muy a su pesar, debía admitir que Adrien era demasiado atractivo en cualquier circunstancia pero cada palabra que podría salir siempre lograba arruinarlo.

-Cosas productivas-Respondió el rubio, escribiendo cada palabra con letra cursiva-¿Qué estás haciendo tú?

Últimamente Marinette notaba una cosa, a comparación de como se había mostrado Adrien la primera vez, a pesar de seguir siendo engreído, educado y con un increíble peinado definitivamente su fachada de una compostura de perfección y remilgado a la que cada vez Marinette le encontraba más fallas.

Mantenía su compostura pero ella podía notar que desmoronaba algunas veces, a pesar de haber escuchado a más de una chica en los pasillos de la secundaria la belleza de Adrien, él no parecía interesarse en nadie de esa manera. Tampoco opinaba sobre que personas le parecía atractivas o no.

Habían muchas personas en el mundo, pero justo la persona que realmente parecía no interesarse en si mismo logró interesarse en ella.

-Cosas productivas.

-Las caricaturas no son productivas, quiero recordarte que llevas viendo esa pantalla desde la una-Adrien señaló-Si tus ojos no se están friendo su cerebro lo hará.

Marinette ignoró el comentario.

De repente, el canal cambió a un partido de fútbol, la chica se enderezó en el sillón y miró mal al rubio. Adrien estaba con el mando en el aire, pero su atención permanecía en su cuaderno.

-¡Oye!-Se quejó Marinette-Estaba viendo eso.

Adrien negó con la cabeza, chasqueando la lengua.

-Ya no más.

Marinette refunfuñó, haciendo un puchero para si misma. Trató de encontrarle algo divertido al partido, pero todo era tan aburrido para ella. Le traía malos recuerdos.

-¿Por favoooooor?

-No.

-¿Poooor favor?

-No-Repitió Adrien lentamente, arqueando su ceja.

Marinette había tomado una decisión, ella suspiró y decidió ponerse de pie. Adrien desvió lentamente sus ojos del papel hacia la chica que se ponía frente a la televisión. Cuando descubrió que las acciones de Marinette tenían como intención cambiar los canales directo del aparato, él puso sus ojos hacia arriba y los mantuvo.

Marinette se detuvo en un canal en particular cuando un nombre que conocía se hizo presente.

Era Tent.

Solamente que estaba muerto, Marinette observó la pantalla con detenimiento. Una fotografía de Tent estaba en el noticiero, sonriente como siempre. Una muerte natural. Marinette se sentó en el suelo, cruzando sus piernas como indio y poniendo su mentón sobre la palma de su mano.

Adrien esperó algún comentario o palabras de Marinette sobre el tema. No podía ver su rostro, pero ella se mantuvo tan estática como una piedra.

-¿Sorprendida?-Decidió preguntar, conforme los segundos pasaban.

-No realmente-Respondió, con calma-La gente muere todo el tiempo, no es algo nuevo.

-Pero no es algo de lo que las personas no tengan que preocuparse.

-Por supuesto que no es algo de lo que haya de que preocuparse-Se puso de pie, caminó hacía él y lo observó con astucia-Debería preocuparse que provoca su muerte. O quien.

Adrien respondió a su mirada, ambos se quedaron en silencio por unos largos segundos. Finalmente ella sonrió, alejándose y caminando en dirección a la cocina.

Adrien se quedó en su lugar, evaluando cada detalle de lo que acababa de pasar. Si la conociera, él pensaría que ella sabía sobre lo que hizo con Tent. Pero no había modo, aunque la interacción había sido tan extraña para él.

Su sospecha se incrementó. Si entendiera un poco a las personas, él diría que a pesar de que no sean vínculos, la muerte era algo que traía tanta pesadumbre a las personas que era inevitable no ser arrastrado por una de esas sensaciones.

Ya sea tristeza, pena por la víctima, lástima por sus familiares. Algo. Pero Adrien tenía dos sospechas, o Marinette era demasiado buena ocultando las cosas que sentía. A tal punto de ni siquiera un gesto revele lo que podía estar sintiendo. O ella realmente no sentía nada.

Él iba más por la segunda opción, reconocía a los de su tipo cuando los veía.

Marinette entró a su habitación, ignorando las risas que se escuchaban en la habitación de al lado. Se agachó a la cama y sacó su maleta, aún había algunas cosas que no sacó ni planeaba hacerlo. Abrió la maleta y sacó una pequeña caja en forma de corazón.

La fotografía era su pasatiempo preferido, o al menos su escape. Tenía decenas de polaroids, amaba cada una de ellas. Su favorita era la de una granja, donde solía vivir cuando era muy pequeña llamada Berkley.

Otra fotografía era de un cementerio, aunque fuera una fotografía. Marinette podía sentir la sensación de desolación que podía transmitirle.

Había una que solía ser su favorita, pero cuando la sacó lo único que pudo sentir fue algo como rechazo. Tomó un rotulador negro y comenzó a hacer líneas sobre el rostro de la persona hasta que desapareció por completo y sus facciones eran irreconocibles.

Puso todo en su lugar, guardando las fotos y empujando la maleta tan profundo como las punzadas a su corazón.

Se sentó en la cama, presionando la palma de sus manos contra sus ojos mientras las lágrimas luchaban por librarse.

저주받은 쌍둥이  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora