Yibo estaba esperándome cuando salimos del aula. Jhonny se marchó sin decir nada y se dirigió a su próxima clase.
La lluvia caía fuera del pasillo, pero Yibo caminó por la parte exterior de todos modos, sin importarle estarse mojando. Tan pronto como estuvimos fuera del alcance del oído del resto, no pude guardar la pregunta que me había estado dando nauseas desde álgebra. Dirigí la vista hacia él.
–Así que, saliste con April el año pasado, ¿verdad?
La contenida expresión de Yibo se transformó en indignación. –No usaría exactamente la palabra “salir”.
Así que Jhonny estaba en lo cierto.–Asqueroso –murmuré.
–No fue tan horrible –dijo.
Quise golpearme la cabeza contra el arco de ladrillo. –No quiero oír eso, Yibo.
–Bueno, ¿Qué es lo que quieres oír?
–Que en realidad no te gustó estar con ella.
Yibo encogió un hombro. –Ella simplemente se pegó a mí el año pasado, sufrí por su horrible carácter, y mi inhabilidad para traducir su estúpido lenguaje fueron demasiado.
Aún era demasiado pronto para celebrarlo. –Ella dijo que eras un amante increíble –dije, fingiendo interés en el chorro de agua que corría por el borde de la cuneta. Mi cara me delataría si me viera.–Bueno, eso es cierto –dijo él.
Encantador.
–Pero ella no podría saberlo por experiencia personal. –En ese momento, Yibo tomó mi barbilla para que lo enfrentara. –Por qué, Xiao Zhan.
Me mordí el labio y miré hacia abajo. –¿Qué?
–No lo creo –dijo con incredulidad.
–¿Qué?
–Estás celoso. –Oí la sonrisa en su voz.
–No. –mentí.
–Lo estás. Te aseguro que no hay nada de qué preocuparse, pero creo que me gusta esto.
–No estoy celoso. –insistí, mi cara ardía bajo el toque de sus dedos. Me volteé para quedar frente a mi casillero.
Yibo levantó una ceja. –Entonces, ¿Por qué te importa?
–No me importa. Ella es tan… tan maloliente –dije, todavía mirando al suelo.
Finalmente, reuní el valor de mirar hacia él. Él no estaba sonriendo. –¿Por qué dejas que diga que durmió contigo?
–Porque yo nunca beso y lo cuento luego –dijo, agachándose un poco para mirarme a los ojos.
Me aparté de él y abrí la puerta del casillero. –Entonces, cualquiera puede decir que ha hecho cualquier cosa contigo. –dije, dentro del oscuro espacio.
–¿Eso hiere tus sentimientos? –habló en voz baja desde detrás de mis hombros.
–No tengo sentimientos –dije, mi cara aun enterrada en mi casillero.
Puso su mano en el casillero junto a mí y sentí que se inclinaba hacia mi espalda. El aire estaba cargado con nuestra electricidad.
–Bésame –dijo simplemente.
–¿Qué? –Me di la vuelta y me encontré a pocos centímetros de él. Mi sangre se agolpó bajo mi piel.
–Me escuchaste –dijo.
Sentía las miradas de los otros estudiantes. En mi visión periférica, los vi amontonados bajo el camino techado, a la espera de que la lluvia cediera. Se quedaron boquiabiertos ante la figura de Yibo inclinada sobre la mía, su mano presionando el acero sobre mi oreja. Él no se acercó ni un centímetro, estaba esperando que yo hiciera el siguiente movimiento. Pero mientras mi cara ardía con el sentimiento de sus ojos y los otros ojos puestos en mí, los otros estudiantes empezaron a desaparecer uno por uno. Y no me refiero a que se alejaron. Desaparecieron.
–No me gusta besar –solté, mis ojos se encontraron de nuevo con los suyos.
La boca de Yibo formó la más pequeña de las sonrisas. –Ah, ¿no?
Tragué saliva pesadamente, y asentí con la cabeza. –Es una estupidez –dije, comprobando la multitud una vez presente. Nada. Desaparecieron. –Alguien metiendo su lengua en la boca de otro es una estupidez. Y es asqueroso. –Vaya manera de emplear mi amplio vocabulario.
Los ojos de Yibo se arrugaron en las esquinas, pero él no se reía de mí. Se pasó la mano libre por su cabello, girándolo mientras, pero unos gruesos filamentos cayeron sobre su frente de todos modos. Él no se movió. Estaba tan cerca. Respiré de él, lluvia, sal y humo.
–¿Has besado a muchos chicos antes? –preguntó en voz baja.
Su pregunta trajo mi mente de nuevo al foco. Levanté una ceja. –¿Chicos? Eso es una suposición.
Yibo se rió, un sonido bajo y ronco. –¿Chicas, entonces?
–No.
–¿No muchas chicas? ¿O no a muchos chicos?
–Ninguno –dije. Dejando que hiciera con eso lo que pudiera.
–¿Cuántos?
–¿Por qué…?
–Yo estoy haciendo las preguntas. Ya pasaste tu turno. ¿Cuántos?
Mis mejillas llameaban, pero mi voz fue firme cuando le respondí. –Uno.
A este punto, él se inclinó imposiblemente más cerca. Yo estaba embriagado con su proximidad y era legítimamente consciente que mi corazón podría estallar. Quizá Yibo no estaba pidiendo permiso. Tal vez no me importaba. Cerré los ojos y sentí sus cinco dedos acariciar mi mejilla, y el más leve susurro de sus labios en mi oído.
–Él lo hacía mal.
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DESPERTAR • [YIZHAN | PRIMERA PARTE] (COMPLETA)
FanfictionXiao Zhan cree que la vida no puede hacerse más extraña que despertar en un hospital sin recordar cómo llegó allí. Y esta seguro de que después de todo lo que ha pasado, no podrá enamorarse. Esta equivocado. La historia de un Xiao Zhan adolescente c...