El maestro se quedó a unos metros de distancia. –No estoy bromeando, Wang. No me importa hijo de quién seas, irás a la oficina del Dr. Han.
Yibo se giró levemente hacia atrás y buscó mi cara. –¿Vas a estar bien?
Asentí. Sus ojos se quedaron mirándome por un momento más antes de besar mi frente y alejarse.
Después de un atónito momento, reaccioné y caminé sólo a través las penetrantes miradas. Llegué a inglés justo antes de que la Sra. Leib comenzara la lectura de asistencia. Ella nos estaba comentando sus expectativas en los ensayos, pero yo era el único que tenía la atención en la clase. Me dirigían miradas furtivas sobre los hombros mientras notas eran pasadas entre los escritorios en una cadena, y yo me hundía en mi asiento. Pensé en Yibo en la oficina del director, respondiendo por lo que acababa de pasar. Fuera lo que fuese, me gustaba. Por mucho que odiara admitirlo.
Él apareció a la mitad de la clase de inglés, y una ridícula sonrisa transformó mi rostro al segundo que lo vi. Cuando la clase terminó, tomé mi mochila y me la eché al hombro mientras caminábamos hacia la puerta.
–¿Y qué pasó en la oficina del Dr. Han? –le pregunté.
–Sólo me senté allí y lo miré fijamente durante cinco minutos, y él se sentó y me devolvió la mirada durante cinco minutos. Luego me dijo que tratara de aprender a comportarme bien con los demás durante mis dos días de suspensión, y me echó.
Mi cara se cayó. –¿Estás suspendido?
–Después de los exámenes –dijo, despreocupado. Luego sonrió. –Eso es lo que me pasa por defender tu honor.
Me eché a reír. –Eso no fue por mí. Eso fue para marcar tu territorio –dije, y entonces él abrió la boca para decir algo, pero lo interrumpí antes de que pudiera hacerlo –Por así decirlo –terminé.
Él sonrió. –No voy a confirmar ni negar tu afirmación.
–No tenías que hacerlo, lo sabes.
Se encogió de hombros y miró perezosamente hacia delante. –Quería hacerlo.
–¿Afectará tu expediente académico o algo así?–¿Con mis perfectas calificaciones? Lo dudo.
Me volví hacia él lentamente, justo cuando llegábamos a la puerta de mi clase de álgebra.
–¿Perfectas?
Él sonrió. –Y tú pensabas que yo era sólo una cara bonita.
Increíble.
–No lo entiendo. Nunca tomas notas, nunca tiene tus libros contigo.
Se encogió de hombros. –Tengo buena memoria –dijo cuándo Jhonny apareció en su camino hacia Álgebra. –Hey –saludó Yibo.
–Hola –respondió Jhonny, y me disparó una mirada mientras pasaba por delante de nosotros.
Si Yibo notó la reacción de Jhonny, no lo mencionó. –¿Te veré después? me preguntó.
La idea me entusiasmaba. –Sí. –Sonreí, y entré a la clase.
Jhonny ya estaba en su escritorio y me senté junto a él, dejando caer mi mochila en el suelo.
–Muchas cosas han cambiado desde la última vez que te vi –dijo, sin mirarme.
Decidí ponérselo difícil. –Lo sé –dije con un dramático y exasperado suspiro. –Ni siquiera puedo decirte lo mucho que estoy temiendo los exámenes.
–Ni hablar de eso, yo también.
–¿Por qué estás todo malhumorado esta mañana?
–¿Por qué estás evitando el tema principal? –preguntó, arrancando una hoja cuadriculada de su libreta para dibujar una extraña imagen de un dragón que escupía fuego con un brazo humano.
–No lo estoy evitando, es solo que no hay nada que decir.
–¿Nada que decir?. El solitario chico nuevo está repentinamente saliendo con el patán más sexy de Carden, y tu cuaderno de dibujo lleno de pornografía de Wang representa esta improbable relación. “Nada que decir”, pamplinas –dijo Jhonny, todavía negándose a hacer contacto visual.
Me incliné y le susurré: –No hay dibujos porno. Fue un engaño.
Finalmente, Jhonny me miró y levantó una ceja. –¿Todo es una farsa?
Pasé mi lengua por mis labios, luego los mordí y dije: –Mmm, bueno…no exactamente. –No estaba seguro de cómo explicar lo que había sucedido ayer entre Yibo y yo, y ni siquiera estaba seguro de querer hacerlo.Jhonny volvió a su papel cuadriculado. –Bueno, en algún momento esto terminara y sabrás que siempre tuve razón.
April interrumpió el hilo de mis pensamientos antes de que pudiera responderle a Jhonny.
–¿Cuánto tiempo les das, Adrien?
Adrien pretendió estudiarme mientras le contestaba. –El fin de esta semana, si él lo deja. –dijo mirándome con desprecio y luego añadió –De lo contrario, podría durar un par más.
–¿Muy celosa? –le pregunté con calma a April, aunque por dentro estaba furioso.
–¿De lo que va a pasar una vez que Yibo haya terminado contigo? –dijo April con su pequeña boca remilgada curvada en una sonrisa maliciosa. –Por favor. Se inclinó hacia mi –Pero es un amante increíble –me dijo en un susurro. –Así que disfrútalo mientras puedas.
April se sentó cuando el Sr. Walsh entró en el salón de clases, y yo hervía tranquilamente en mi asiento, apretando el lápiz en mi cuaderno de notas muy, muy fuerte. Mi estómago se revolvió ante el pensamiento de cómo April adquirió esa pieza particular de información sobre Yibo. Jhonny me dijo que habían salido, pero eso no tenía por qué significar…
Si era cierto, no quería saber detalles.
Cuando sonó la campana, me levanté de mi asiento y otra chica de la clase, Jennifer, me dio un codazo mientras pasaba.
¿Cuál es su problema?
El brazo me dolió y me lo froté antes de recoger mis libros y mi cuaderno del escritorio. Cuando me dirigía a la puerta, alguien los botó de mis manos. Me di la vuelta, pero nadie a mí alrededor parecía particularmente culpable.
–¿Qué demonios? –murmuré en voz baja mientras me inclinaba a recoger mis cosas.
Jhonny se agachó conmigo. –Estás desenmarañando la estructura de la sociedad de Carden.
–¿De qué estás hablando? –Metí mis cosas en mi mochila con excesiva fuerza.
–Wang te trajo hoy a la escuela.
–¿Y qué?
–Él no lleva a nadie a la escuela.
–¿Y qué? –le pregunté, cada vez más frustrado.–Él está actuando como tu novio. Lo que pone a las chicas que él trató como condones y luego rechazó un poco celosas.
–¿Condones? –pregunté, confundido.
–Se utilizan una vez y luego se botan.
–Asqueroso.
–Él lo es.
Ignoré eso, sabiendo que no haría ningún avance en este tema en particular. –Entonces, ¿Qué estás diciendo? ¿Que antes era invisible, pero ahora soy un objetivo?.
Jhonny inclinó la cabeza y se rió. –Oh, nunca fuiste invisible.
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DESPERTAR • [YIZHAN | PRIMERA PARTE] (COMPLETA)
Fiksi PenggemarXiao Zhan cree que la vida no puede hacerse más extraña que despertar en un hospital sin recordar cómo llegó allí. Y esta seguro de que después de todo lo que ha pasado, no podrá enamorarse. Esta equivocado. La historia de un Xiao Zhan adolescente c...