Bromas Hirientes

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Era una noche calurosa en un marzo del año 2017.

Mikey había encendido un ventilador, pues estaba en la sala viendo una película de esas cliché que se encontraría cualquiera persona en Netflix.

Le dolía el culo, pues su novio lo había follado como a el le gustaba. Si creía que la mudanza había sido suficiente para cansarlo, Donnie había recordado hacerle el delicioso a su novio hasta esa hora cuando habían terminado de desempacar.

Donnie fue el quien desempacó las cosas. Mikey solo limpio y acomodo.

Hizo el doble del trabajo aún sin saber porque.

¿Tal vez por la sorpresa que su novio con el quien había mantenido relaciones durante alrededor de seis meses quería darle?

Mikey dio un suspiro de aire fúnebre, decidio dejar la película para mañana, extendió el control remoto y oprimió el botón de OFF y salió al porche de la casa. Su novio no estaba en casa, apenas se había ido. Dijo que había ido a uno de esos restaurantes de comida rápida a comprar la cena. Pero Mikey sabía que esos quedaban a dos horas del vecindario, pues la ciudad en la que vivían era demasiado grande, grande que cualquier turista podría perderse. Del bolsillo trasero de su pantalón anaranjado, saco una caja de cigarrillos Marlboro. Abrió la tapita de cartón de la caja y saco un cigarrillo con un gesto que indicaba ansiedad. Cerro la cajetilla y rápidamente volvió a guardarsela en su bolsillo trasero. Del otro bolsillo trasero saco un mechero Zippo, de esos que pueden caber hasta en los bolsillos más pequeños del mundo.

Lo encendió con agilidad, aunque le temblaban un poco las manos, acercó lentamente el mechero al cigarrillo que esperaba en sus labios y finalmente se encendió, por aquellos pensamientos que se habían cruzado por su mente en aquellos momentos; pensaba en Donnie, en qué podría haberle sucedido, pues se había ido hace poco de tres horas. Le había marcado a su celular, pero este solo respondía que estaba de camino a una de esas tiendas de autoservicios de marcas reconocidas que te hacen esperar entre la fila de autos (como una hora más o menos) hasta que preparen tu comida. Sobre todo esas en donde los cajeros son unos engreídos que solo buscan robarte unos dólares de más con ofertas estúpidas, como esas que te ofrecen una pizza y unos panecillos con ajo. Por solo el doble del precio de una pizza.

Observando el panorama urbano de muchas casas ante sus ojos, la mayoría con las luces apagadas —Sabia que ya sus vecinos, la mayoría se encontraba durmiendo debido a las horas—. La mayoría casas del mismo color, la misma forma, los mismos pisos, los mismos metros cuadrados.

«Mierda», se le ocurrió pensar a Mikey. Tendría que acostumbrarse junto con Donnie a esa «normalidad» tan frustrante.

Dio una melancólica calada al cigarrillo que tenía en sus labios y se atrevió a sacar de su bolsillo lateral izquierdo su celular. Reviso la hora por segunda vez, la hora seguía siendo la misma: 23:09.

La luz de la lámpara que había comprado Mikey alejaba a toda aquel amenaza que emergiera de la oscuridad y le daba a Mikey un ambiente pequeño pero seguro para andar. Solo, observando la oscuridad. Sin nada más que hacer, desbloqueo su celular y decidió entrar a la app Llamadas.

Al entrar, presionó en el contacto Papá.

En el tercer pitido, su padre accedió a contestar.

—Hijo... ¿Cómo estás? . —Contesto aquella afable y masculina voz a través de los bits de su teléfono.

—Bien papi, ¿Y tú? ¿Y mi otro papi? —Pregunto con algo de esperanza dibujado en su rostro en ese instante.

—Bien, tu otro padre también está bien. —Aclaro la voz de aquella tortuga de aspecto musculoso que siempre se le veía usando una máscara de color rojo.—¿Quieres hablar con el?

Violentometro [ ✓ ] [ ROTTMNT ] (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora