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Patear

Las últimas dos semanas se habían vuelto insoportables a lado de Donnie.
El tiempo pasaba tan rápido que con cada minuto que pasaba en aquella casa encerrado, sentía que pasaban eternidades, Donnie siempre permanecía en la casa a lado de Mikey. Acabaría volviendose loco por culpa del tiempo. Siempre pasaba tan rápido.

Ni siquiera el mismo se conocía, así como no conocía la fuerza que provino de el cuando vio a su novio, tenía un poco de sangre escurriendole de la boca, lo cual lo hizo ver cómo una verdadera víctima de un asesino en serie.
Recordaba como se retorcía en el suelo, el verdadero Donnatello odiaba ver a su novio sufrir pero a su amigo le gustaba. Le gustaba demasiado. Sentía como su voz se esparcía por todo su cuerpo manipulando cada parte.

Se encontraba viendo la televisión mientras su novio tenía la escoba entre las manos, los pelos sedosos de la escoba no paraban de hacer ese monótono sonido, mientras se doblaban al ser empujadas todas en el suelo, transportaban la arena y todas las demás cosas sucias que había en la casa de un lugar a otro.

«Oye, tu, ¡Tráeme otra cerveza!», le había dicho Donnie en el sillón volteandose un poco lo suficiente como para poder sacudirsela frente en su cara.

Mikey con el caparazón encorvado y los pies descalzos sintiendo el frío del suelo que se extendió rápidamente a través de todo su cuerpo, examino la cerveza que se sacudía frente a el. Cómo si no se lo pudiera creer.

«Mi amor, ¿No ves que estoy barriendo? —Replico Mikey en un tono que pretendía ser dulce al igual que su rostro, su rostro de zorra estúpida como le decía Donnie— Sabes que puedes levantarte y traerla, cariño.»

«Claro, y tú sabes que puedes mover el culo más fuerte y rápido mi amor. —Replico Donnie en un tono casi furioso— Porque eres una puta mi amor, y las puras como tú deben mover más rápido el culo para barrer, ¿No?»

«Pero es que mi amor...», Mikey no pudo añadir nada más cuando de repente sintió las manos de Donnie, una la tomo del hombro y otra la tomo empujando su caparazón, las manos hicieron presión en el para hacerlo colapsar al suelo. El sonido de el cayendo al suelo fue sordo. Solo pudo arrastrarse por el suelo, porque el suplicaba por su vida, pensaba que iba a morir de verdad.

Después, Donnie sintió la cólera apoderarse de él. Antes de comenzarle a causar dolores que Mikey jamás iba a olvidar, le gritó:

«Eres una zorra inútil, primero no haces lo que yo te pido en la cama “por que tú no quieres”, tampoco me sirves la comida en el momento exacto en que yo la quiero ¡Y AHORA ESTO! ¡¿AHORA QUE SIGUE?! ¡¡¡QUE ME PONGAS EL PUTO CUERNO CON TU PADRE!!!»

Cuando Mikey había hecho el mayor esfuerzo por levantarse inclinándose hacia delante mientras su mano sostenía el suelo esperando a que esté no se moviera, Donnie alzo el pie lo más rápido y lo más fuerte como para que el menor sintiera como su mejilla derecha ardía de dolor.

Cuando este se llevó la amamos acariciando su mejilla intentando calmar su dolor, Donnatello volvió a atacar, esta vez ya no con palabras sino con patadas que dañaron gravemente su abdomen.

Mientras se retorcía en el suelo suplicando en su mente, las patadas de su novio parecían matarlo —literalmente— sentía como las patadas abrían pedazos de su carne de las cuales brotaban hilillos de sangre, se sentían fríos.

Donnatello en algún punto de su mente pedía a gritos que se detuviera, después aquellos gritos se convertían en llantos haciéndole cerrar los ojos.

Le echaba la culpa al tiempo. Porque tal vez era culpa del tiempo.

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Hola queridos lectores:

Como ven a veces estaré publicando capítulos diarios, aunque puede que los últimos capítulos sean entre más largos y otros más cortos. Me gustaría añadirle más capítulos pero hay que respetar el violentometro. Solo publicaré y escribiré los capítulos según el violentometro, fin de la historia.

Eran las ocho de la mañana en mi país cuando publique este capítulo por eso saque lo mejor de mi.

Nos vemos en la próxima.

P.D.

(Todas las cosas buenas)