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Violar (Parte 1)

Había sido encaminado hasta el sofá. Uno enfrente del otro, que conveniente diría una amiga que el tiene el YouTube la cual es de Argentina.

Al sentarse en el sofá, completamente desnudo, Donnie aún no se había sentado cuando tomo su revólver y lo puso en la cabeza de este, amenazándolo.

—¿Qué quieres ahora? —Cuestiono Mikey un poco molesto aunque trataba de ocultar aquella expresión.

Su expresión de sorpresa fue mental cuando noto que el otro le quitó su bandana de color naranja y después le puso una que albergaba un olor más fuerte que inundó sus cavidades nasales, era el aroma masculino de Donnie, la bandana era de las que usaba Donnie de las que cubría la mitad de la cabeza y de color púrpura.

Mikey se giro viéndose en el espejo a lado de el y observo por un momento su nueva ya asquerosa bandana de un color que solo su novio amaba —O más bien su abusador amaba—.

El otro se sentó cautelosamente en su asiento mientras mantenia extendido su brazo apuntandolo con aquel arma que le hizo sacar a Mikey un pensamiento que consistía en pedir auxilio a cualquier persona capaz de leer mentes de otras personas a distancias, tal vez estuvieran dormidas pero el eco mental que resonaria en su cabeza los haría despertar de inmediato.

Su abusador se encontraba ahí, apuntandolo con aquel arma de fuego vieja.

Un silencio incómodo tomo lugar en aquella «conversacion» durante tres minutos aproximadamente.

«Bueno —Pensó Mikey— Pensé que esto iba a ser más violento»

—¿Sabes? —La mirada de Donnie quedó plantada hacia el suelo, cuando sintió la cálida mirada de su novio sobre el prosiguió—: Cuando mis padres murieron en aquel accidente automovilístico en el que tuve que vivir con unos padres adoptivos... —Hizo una breve pausa y después echo un suspiro avido y prosiguió—: ... ¿Te acuerdas cuando te conté que mi padre adoptivo siempre me golpeaba? —Cuestiono Donnie volteandole la mirada al menor. El menor tan solo asintio levemente— Yo lo maté. ¿Recuerdas ese titular que te había mostrado desde hace mucho tiempo? Pues había sido yo el asesino de mi padre. —La confesión de un asesino en persona jamás había sido tan escalofriante. —Recuerdo a el cuando se retorcía en la cama en la que lo había cubierto con cinta adhesiva, estaba totalmente cubierto de eso, estaba dormido pero el filo de aquel machete al pasar por su cuello había sido suficiente para despertarlo. Abrió los ojos de repente y lo último que vio fue a su hijo adoptivo sosteniendo un machete. Tenía sangre en la hoja. Lo recuerdo bien, al igual que la expresión de horror de mi mamá adoptiva cuando entro a la habitación y vio el cuerpo de mi padre...

Ante aquella revelación Mikey quedó atónito, pero solo en su mente, su cara se mostraba casi inexpresiva mientras que una voz en su mente no paraba de gritar de horror. Sabía que tenía razón, ¿Por qué mentir cuando sabía que Donnie estaba considerado cien por cierto como psicópata?

Entonces, sintió su corazón comenzó a palpitar a mil por hora. Sabía que acabaría como aquel padre adoptivo si no se defendia. No le tenía miedo a la muerte pero aún así iba a luchar por su vida.
Sus pensamientos pasaron tan rápido que casi perdió la noción de la realidad.

Escuchó el sonido metálico de la revólver recargandose, parpadeo despertando y volviendo a aquella amarga realidad que tanto odiaba, aún tenía el revólver apuntando hacia su cabeza.

De repente hizo un gesto de confusión, alzando los hombros ligeramente y levantando las palmas de las manos.

—Dime algo de tu pasado. —Aclaro el otro con una rabieta y un tono frío.

—¿Qué? —El menor demostró confusión.

—Ay Vamos Mikey. —Dijo Donnie y entonces soltó una carcajada incrédula—No te hagas el inocente que no sabe de que estoy hablando, es obvio que me estás ocultando algo.

—N-N-No es cierto mi amor, te juro que n-no es cierto. —Dijo Mikey el quien su mirada se mostraba aterrorizada en ese momento, cada segundo que pasaba sentía el gritó en su mente haciendose más fuerte hasta el grado que llega a palpitarle la cabeza del dolor.

—¿Ves? —Dice Donnie— Hasta estás tartamudeando. Cuando tienes miedo siempre lo haces, ¿O acaso es una mentira?

Mikey soltó un ahogado suspiro entre toda esa marea de miedo y angustia, para finalmente empezar con aquel relato de un pasado traumático. Un pasado que Mikey ocultaba desde hace mucho tiempo y que está vez era hora de revelar.
Tenía nervios, era notable. Su respiración entrecortada interrumpida con jadeos mentales era suficiente prueba.

—Cuando era un niño, no todo fue felicidad con mi papá... —Y aclaro su voz para un triste relato.