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Mentir, Engañar

El estudio de Mikey tenía las paredes pintadas de un color anaranjado pálido.

Mikey encendió su ordenador y se colocó los cascos. Rápidamente planto su trasero en su nueva silla gaming, la había conseguido en una página de internet.

Subió el cierre de su suéter y se puedo la capucha rápidamente mientras la cuenta regresiva empezaba desde 10. A los nueve segundos Mikey había corrido al interruptor a apagar la luz, a los ocho segundos, Mikey había cerrado todas las persianas evitando que el más mínimo rayo de luz entrará a la habitación. A los siete, se había vuelto a plantar en su silla gamer. Y entonces estuvo listo.

—¡Mikey! —Exclamo Donnie provocando que esté se sobresaltara un poco desde el segundo piso. Sabía que la voz de su novio ahora estaba en las escaleras.

La cámara había empezado a grabar, pero Mikey ya no estaba ahí. Sino que se encontraba en las escaleras con su novio.

—Voy a salir mi amor, ¿Quieres algo de ahí afuera? —Pregunto Donnie. De había cambiado la ropa, tenia unos pantalones púrpura muy ajustados qué resaltaba sus enormes muslos, tenia una playera blanca sin mangas pero iba acompañada con una chaqueta de color púrpura con la capucha bordada de peluche.

—Me gustarían unos Cheetos amor. —Miney tenia la mirada de un niño inocente.

Donnie le plantó un beso en la frente. Se dirigió hacia la puerta principal y la abrio en un estruendoso sonido, ¿tanto era urgente salir? Y ni siquiera se le había ocurrido preguntar para que iba a ir a la calle.

Sin más, Mikey giro sobre sus talones y se dirigió con rapidez al estudio, recordó qué había dejado el ordenador encendido y además la cámara ya había empezado a grabar. Al entrar a la habitación, Mikey noto que el foco de REC de la cámara estaba encendido, eso significaba qué ya había empezado a transmitir. Cuando se asomo a la pantalla del ordenador extendiendo su cuello, encontró el contador de espectadores en seis millones, había empezado a transmitir hace unos nueve minutos. La ventana de los comentarios estaba abierta, los comentarios contenian preguntas como «¿Donde esta ese muchacho?» «Mike, ¡¿Estas ahí?!» o «Verga gueyy».

Cuando todos notaron qué Mikey ya estaba en su respectivo asiento con una sonrisa plantada en su rostro, el tono de los comentarios comenzaron a cambiar de preguntas desesperadas a saludos y preguntas acerca del videojuego qué iba a jugar.

«Dxh108: Hoooola Mike. Qué juego jugaras hoy UwU????»

—¡Qué Bueno que lo preguntas Dxh! —Mikey respondió con esa alegría contagiosa qué le transmitía a sus espectadores. —¡Hoy jugaremos un videojuego de terror qué esta vez me han estado recomendado mucho ustedes, se titula Outlast!

Sin más, Mikey arrastró el cursor hasta una carpeta llamada Juegos UwU, y abrió el juego mencionado.

Donnie se encontraba cerca de un restaurante, de esos baratos donde la comida suele costar tan solo tres o cuatro dolares. Donnie echa un vistazo por ambos lados de la calle se encontraba en la esquina, ya era de noche y mientras el directo de su novio seguía, el decidió qué lo mejor era esperar a que su cita prometida llegase.

—Hola, tu debes ser Donnie. —Dijo la voz de aquella mujer humana que se encontraba frente a ella. Tenia una cara de prostituta porque lo era y Donnie lo había contratado para un trabajo muy importante según el.

Tres minutos después, después de que la prostituta hubiese concluido su trabajo, Donnie, con la Verga de fuera y sentado en el auto de aquella prostituta la qué sé encontraba a su lado, sintió algo que jamás pensaría qué sentiría: Vergüenza.

Por haberle engañado a Mikey, por haberle hecho creer que solo tendría algo especial con el. Lo bueno que solo fue una vez.