Capitulo Extra

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Un breve capitulo que explica que sucedió con el pequeño Mikey y su padre, el fuerte Rafael.
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—¡Papá! —Exclamó Mikey con una sábana de franela protegiéndolo del frío sibilante del viento. Su padre lo miraba desde hace un minuto con una enfática y dolorosa concentración.

Aguantando las lágrimas, Mikey sonrió y extendió los brazos hacia su padre, su padre le transmitió el calor de su sudoroso y musculoso cuerpo.

Ambos no pudieron contener las lágrimas más cuando el cálido halito de Rafael golpeó el cuello de su hijo.

—No sabes lo mucho que me tenías preocupado. —Susurro Rafael dejando escapar un torrente de lágrimas por sus ojos. —Pero me alegra de que todo haya terminado.
Abrió los ojos, con las retinas aún envueltas de aquella capa lustrosa transparente.
El sol salió por completo, el parabrisas de aquella ambulancia era refulgente ante la luz del sol. El cielo grisáceo, pero en una parte comenzaba a iluminarse por aquel fulgor que celebraba junto con Mikey la victoria.
Se separó del abrazo, las rodillas de Rafael se separaron de aquel reluciente claxon trasero en las que las piernas de Mikey estaban apoyadas, con vendas que cubrían sus heridas cortadas en tajos de diagonal. Rafael y Mikey intercambiaron una sonrisa.
Pero de repente la sonrisa de Mikey fue cortada cuando oyó el último y por última vez, las palabras de Donnie:
«¿Sabes que fue lo que le había dicho a aquel hombre que te había intentado violar? —Dijo Donnatello sonriendo levemente, pero había algo malicioso en esa sonrisa— Te mataría»
Pero no lo hizo. Porque Mikey era más fuerte que todo.

Un año después
Julio
Halveston, Texas


Acariciaba por tercera vez aquella diagonal la cuál alguna vez estaba enrojecida por la sangre derramada la noche en la que el cielo estaba más oscuro que nunca, ardía silenciosamente.
El estruendoso ruido rápido y desconcertante de la campana sonó en el pasillo penetrando en cada uno de los salones de clases de aquella universidad. Acarició por última vez aquella herida provocando un ligero cosquilleo. Sonrió y lo miro con una concentración refulgente y cálida.

—¡Nos vemos mañana! —Dijo el maestro de aquel aula en un tono que se encargo de ser elevado, un hombre de tres veces diezciocho. Las personas de su alrededor salían felices de sus asientos mientras se dirigían hacia la salida. Su segunda oportunidad ya estaba allí.
Salió de su asiento con la mirada fulgorosa baja, el maestro lo pillo antes de que este alcanzará la salida.
—¡Feliz inicio de clases Miguel Ángel! —Le dijo el maestro sonriendo.

Llegó a la salida, su padre se encontraba en las afueras de aquella enorme universidad. Bajó los cristales y miro a su hijo con una cálida concentración.
—Hola. —Saludo su padre sin apartar sus manos del volante.
—Hola. —Respondio Miguel Ángel, pero antes de cruzar la puerta de aquel automóvil, un chico de cabello rubio corto, cejas acentuadas y piel blanca le toca el hombro con un dedo.

Mikey se gira.

—Hola. —Dice aquel chico. Sonriendo.
—Hola. —Responde Miguel Ángel.
—Solo quería decirte que gracias por haberme ayudado en el pasillo cuando se me cayeron mis libros.
—De nada.
—...
—Bueno, supongo que me tengo que ir. Adi... —La sonrisa del chico se desvanece pero antes de que Mikey desapareciera de su vista en cuestión de segundos el chico le dice:

—¡Quería decirte que si podíamos hablar! No sé, ¿Telegram? ¿Facebook? ¿WhatsApp?
—Whatsapp me parece perfecto. —Susurro Mikey con una acentuada sonrisa.
—Entonces te doy mi número...
—Claro.

El chico había sacado su celular. Mikey le dictó su número. Una vez que el chico presionó «Guardar», Mikey saco su celular y esté le pidió al otro chico que se lo dictará. Una vez que Mikey presionó en «Guardar», sonrió ligeramente mientras el viento silbante había hecho que Mikey preguntara algo antes de que el otro se fuera.
—Oye, ¿Puedo saber tu nombre?
—Me llamo Christian. —Sonrió el otro. Y se fue. Al igual que Miguel Ángel, no sin antes haberse despedido con un cálido intercambio de miradas.

Ya en el auto, Rafael solo pudo preguntarle a su hijo:
—¿Cómo te fue en tu primer día de medicina?
—Bien, creo que este será un gran comienzo.

Mikey sonrió mientras notaba como el viento silbaba fuera meciendo de manera tranquilizadora las ramas de los árboles.

Escrito el Jueves 3 de Septiembre del 2020

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