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Ignorar, Ley Del Hielo

El directo de Mikey había durado por lo menos tres horas y un minuto, cuando finalizó tenia ya la frente sudada y los nervios a flor de piel. Todo el mundo sabia que aquel juego qué había jugado era uno de los más perturbadores qué podrías encontrarte en Internet. Por lo que decían las críticas.

Sabía que aún su novio no había llegado a casa. Por lo que decidió bajar, aún estando en calcetines y ropa interior. Pero por lo menos, el suéter había cubrido una parte de su cuerpo que captaba la cámara.

Echo un vistazo en la cocina y efectivamente, aún había café. Así que encendió la cafetera.

Mientras miraba las casas frente a la suya mientras bebía su taza de café, Mikey pensó que tal vez debería escribir un libro. Era demasiado pronto, pero la mayoría de los Youtubers lo hacían. No podría ser una mala idea. Tal vez ayude a Donnie a conseguir algo de dinero para conseguirle un nuevo ordenador. ¿Y por qué no? Se compraría una consola de videojuegos y dejaría atrás el PC.

Grabaría sus gameplays con la consola, pero de todos modos no podría echar el PC. Eso le serviría para editar y subir.

Habian pasado muchas horas desde que Donnie había dejado la casa. Pensó que a lo mejor estaba consiguiendo la cena en algún restaurante de comida rápida. Mando todo al carajo y abrió la puerta de una de sus fantasías favoritas: conocer a sus seguidores.

Se estaba abrochando la chaqueta, ¿Cómo le iba a explicar a su novio lo de la mancha de saliva en la parte baja de su pantalón? ¿Cómo le iba a explicar que tuvo sexo con una prostituta? Obviamente solo un estupido iría y diría la verdad. Cuando diviso unas cuantas casas «aburridas» a ambos lados. En medio de todas esas, se hallaba la suya. Las luces del porche estaban encendidas y pudo distinguir un silueta verdad portando una bandana de color naranja. Estaba mirando hacia la nada en cuanto se dio cuenta.

En cuanto Mikey despertó de aquella fantasía, percibió un aire algo calido pasando a su lado, cuando giro lo más rápido que pudo, la taza de café resbaló de su mano desapareciendo entre los arbustos que rodeaban su casa.

—Bebe, ¿Dónde estabas? —Susurro Mikey algo aliviado.

La mirada de Donnie miraba hacia nada, parecía pálida.

Mikey se atrevió a bajar la mirada hasta su parte baja, noto una enorme mancha, parecía de semen. Eso pensó el. No se atrevió a decirle nada pues sabía que Donnie era su «macho» y si intentaba algo en contra de el, lo cortaría de una manera muy humillante y muy hiriente, el no quería eso. Quería tener a un hombre a su lado siempre. Lo necesitaba.

—Donnie, ¡Respóndeme por favor, di algo!—Mikey lo tomo del brazo y lo agitó con desesperación algo leve.

Donnie de un tirón, sin perder la vista hacia la nada, logro zafarse de su novio. Entonces se dirigió hacia la habitación donde ambos dormían. Mikey venía detrás de él. En cuanto el menor estaba a punto de dar un paso más y entrar, la puerta de cerró de un portazo ante su cálida mirada, quería llorar. Pero no lo hizo.

Cuando giro el picaporte de la puerta, algo le impedía girarla por completo y empujar la puerta. Donnie le había puesto el pestillo a la puerta.

Mientras tanto, Donnie sentado a un costado de la cama, con las cortinas de las ventanas abiertas, se quedó pensativo.

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Si lo sé. Merezco que me linchen porque no actualice ayer (bueno, la verdad no me acuerdo si actualice ayer). También (y tal vez) merezco que tomen un bate y me golpeen bien duro (ok, creo que me estoy pasando)

Me estaba tomando un pequeño descanso debido a que son muchas las obras en las que estoy trabajando. Muchas que casi las ideas se me agotan.

¿Les gustó la portada que le hice a la historia? La verdad es que quería agregarle más cosas pero la verdad no tuve el dinero suficiente para pagarlas, así que use todo lo que encontré gratuito en la app.

Quería también decirles que la sección «Ask me Anything» («Preguntame lo que sea») queda abierta. Pueden preguntarme lo que ustedes quieran, ya sea acerca de mis obras o no lo sé de lo que sea.

Bueno eso era todo lo que les quería decir.

Adiós (y no olvides lavarte las manos siempre).