La ultima etapa: Asesinar (Parte 3)

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Aquel destello cargado de recuerdos exploto en su mente. Cada suspiro, venia un recuerdo.

Podía verse a si mismo, caminando en el parque, mientras la luz del atardecer cubría por completo sus cuerpos, el tomando la mano de su padre, la luz de aquel atardecer acariciaba las dulces mejillas de Mikey. No paraba de sonreír cuando sentía el calor de su corpulento pecho, sus enormes y musculosas manos acariciando su áspera cabeza cuando este se sentía desconsolado, esas cosas que pasaron mucho antes de aquella violación.

Aquellos dulces besos que recibía por parte de sus padres, cuando caminaban tomados de las manos, como una feliz familia, y eso sobre todo aquella vez que Mikey había regresado del colegio, tenia la mochila cargando de una mano, mientras sollozaba entre lagrimas de dolor y vergüenza, su ruborizado rostro cuando sus padres se acercaron preocupados a el examinando aquellos moratones. Habia recibido muchos besos y abrazos aquel dia, en el que el cielo sollozaba en un tono grisáceo entre descargas que se producían entre distancias lejanas, pero algo en Mikey había cambiado desde entonces, cuando escucho esas palabras que lo hicieron sonreir.

—No dejes que los demás te hagan sentir como una mierda...—Lo que mas le había impresionado es que a pesar de su corta edad, ya había escuchado una mala palabra— ¡Mándalos al carajo! —Eran dos.

—Eres muy fuerte Mikey. Siempre lo serás. —Y ante el, una chispa de alegría se encendío en el.

Abrio los ojos, las pupilas estaban bordeadas por un rojizo y amenazante color rojo delgado, entre jadeos de desesperación y ansiedad, Mikey extendió su mano completamente mientras mental y brevemente examinaba aquel cuchillo del mango rugoso, aquella perturbadora escena iluminada ante una luz cálida —la cual pronto iluminaria la casa de adentro hacia afuera—, Donnie se encontraba jadeando al igual que el, pero su tono era mucho mas... Mikey de espaldas tendido en el suelo, mientras Donnie le hacia presión en el abdomen manteniéndolo en el piso, Donnie no paraba de complacerse con su propio cuerpo, metio su enorme pene por la entrada de Mikey, la cual ahora había dejado un exagerado manojo de manchas de sangre las cuales ya se habían secado, hizo un esfuerzo por abalanzarse hacia el cuchillo, luchaba contra el peso de su propio y el de su violador que había ignorado por completo aquellas heridas sangrantes que goteaban, solo se preocupaba por evitar mas victimas de aquel violador. No quería que nadie mas sufiera por culpa de aquel hijo de puta. Se encargaría de el ahora mismo.

Las bisagras de la puerta de la cocina (Escamadas de herrumbre) dispararon a unos centímetros de distancia un polvo marrón oscuro que hizo a Mikey forzar una tos.

En un esfuerzo desesperado, sus tres dedos lograron alcanzar aquel cuchillo. Pero de repente, Donnie sujeto su cintura con ambas manos con un aire de ira de nivel menor.

—No te vas a escapar de... —Pero en un destello rojo en medio de la negrura de su mente.

El cuchillo finalmente cayó, al áspero suelo mientras una seca capa de sangre cubría la parte de la punta.

—¡¡¡MALDITA PUTA PENDEJA!!! —Aulló Donnie llevándose las manos a la zona sangrante de su genital. —¡¡¡Me Has cortado el pene!!! —Exclamó entre afonicos alaridos de dolor, ensordecedores. Llevándose ambas manos hacia su parte íntima sangrante. La sangre salia a chorros, un torrente de sangre más bien. —¡¡¡TE VOY A ROMPER EL CUELLO MALDITA ZORRA PENDEJA!!! ¡¡¡COMEMIERDA!!! —Aullo Donnie, unas lagrimas de dolor recorrieron rápidamente sus mejillas cayendo de una en una mezclándose con el charco de sangre que habia crecido debajo de él.

De rodillas finalmente cayó al suelo su mano apretaba su parte baja sangrante. Pudo notar algunos fragmentos de algo que parecía ser carne, pero humedecido por la sangre.

—Eres una maldita zorra sinvergüenza. —Susurro Donnie en un tono que obligo a Mikey a forzar su oído. —Te mataré.

Pero por una fracción de segundo, Mikey, con las rodillas enmarcadas de sangre que ni siquiera era de el, el noto como unas pupilas de tono azul grisáceo se asomaban por las retinas de sus fúnebres ojos.

Mikey giro en redondo y en el suelo hayo aquella revólver. Flexiono levemente sus rodillas y extendió su mano hacia ella, se sentía ligera y pesada al mismo tiempo, reluciente ante la debil luz del foco ante esa capa lustrosa de plata pintada.

—Se acabó. —Susurró Mikey, arqueando las cejas en gesto de atrevimiento.

Donnie enarco una ceja y dijo:

—Hazlo.

Y en ese entonces, Mikey solo pudo cerrar los ojos con todas sus fuerzas. Seria el fin. Sabia que sin pelotas, no tendria nada por lo que vivir. Pero algo en su tono de voz en lo que habia dicho se notaba diferente, pues su tono de voz era más débil, no era firme como Jordan.
Tenia que acabar con su sufrimiento de una vez por todas. Y de pronto, el mundo nocturno que rodeaba a Mikey, se llevo a cabo una interrupción estruendosa cuando un ensordecedor impacto...

Abrió los ojos y lo vio, entre lagrimas, la bala le habia atravesado la sien izquierda. Entonces lo único que pudo hacer a parte de llorar fue esbozar, entre lagrimas de frustración, una sonrisa leve.

Violentometro [ ✓ ] [ ROTTMNT ] (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora