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Empujar/Jalonear

Actualidad.

—A ver a qué horas sirven de comer en esta pinche casa pa’ la verga. —Dijo Donnie en una voz que parecía más un aullido que una voz normal.

Mikey se encontraba en calzoncillos blancos, con un delantal que cubria el frente de su cuerpo.

Donnie observaba sus nalgas, sus lindas nalgas. Las nalgas que tanto quería agarrar en la cama, pero sabía que Mikey no querría tener sexo por segunda vez en su relación, no habían vuelto a hacer el amor desde que se mudaron.

Su mano dio la ilusión de masturbarse, pero solo estaba ocultando su erección. Su enorme erección, quería demostrarle a Mikey que el no tenía una disfunción eréctil. Aunque a lo mejor este ni siquiera supiera de enfermedades sexuales.
Pero su hambre crecía y crecía más que su pene.

—Oye vieja. —Ese nuevo apodo sonaba más ofensivo. Aunque mientras no fuera un apodo más fuerte como «Prostituta» todo estaría bien. —¿A qué horas pues vieja?

Para su sorpresa, Mikey solo respondió con un «Mmh», aquella respuesta le había resultado muy incomoda a Donn, no toleraba respuestas asi y cuando no toleraba algo, el se ponía peor, mucho peor.

Donnie se levantó de su asiento y en calzoncillos, sus dedos alargados pellizcaron la carne delicada de su nuca, en respuesta Mikey no respondió nada. Sus dedos se cerraron de nuevo en torno a la carne de la nuca de este y después Donnie se hizo a un lado y aún extendiendo su mano para jalonearlo. Pues jalonearlo fue lo que hizo.

Mikey dio pasos desprevenidos hacia atrás hasta que se tumbó. Con el culo en la alfombra de la cocina, noto la expresión molesta en su marido quien solo usaba el hambre como excusa.

Mientras gotas de aceite pequeñas saltaban dentro del mismo sartén, Mikey no tuvo más que quedarse ahí.

Donnie se acercaba. Y sabía que no era para algo bueno.