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Chantajear

Habían pasado ya cinco meses desde que pasó aquello que había inquietado a Mikey. Esa broma había sido hiriente, siempre recordaría como lo había dicho Donnie, con ese tono sombrío.

Se encontraba viendo una película en Netflix, el título era de terror sobrenatural. De esas películas que eran consideradas las mejores del año cuando su contenido puede ser aburrido y lento para algunos espectadores. Tenía todas las ventanas cerradas, las persianas púrpura —casi toda la casa estaba llena de ellas, Mikey quería que algunas persianas fuesen de color anaranjado pero Donnie no estuvo de acuerdo del todo— cerradas. Tenía el aire acondicionado de la sala encendido, era tan frío que tuvo que usar algunas sábanas para cubrir su debilucho cuerpo.

Donnie se encontraba escribiendo de nuevo su novela, así era, Donnie era un escritor, pero sus novelas siempre eran vendidas como pan caliente. El dinero que esté había ahorrado para la casa lo había obtenido de la venta de sus novelas.

Sus novelas siempre eran del género de Ciencia ficción, la novela en este caso, no contaba con título pero si contaba con una trama atrapante.

Mientras Mikey, era un Blogger. Si, como lo oyeron, un Blogger exitoso que se dedicaba a jugar videojuegos, la mayoría títulos que eran recomendados por suscriptores. En la mayoria los títulos más jugados y con mayor número de vistas eran Resident Evil o Minecraft.
Mikey era amante de los videojuegos y eso todo el mundo lo sabía. Pues ese videoblog contaba con más de ocho millones de seguidores. Tan solo con esfuerzos, había conseguido ocho millones de seguidores. Los cuales cada día se triplicaba la cantidad.
Podría grabar un Gameplay  pero no se sintió con la fuerza necesaria para hacerlo. O más bien estaba agotado. Justo ayer había grabado uno.
Estaba botado en la sala en calzoncillos cuando de repente apagó la televisión, después de extendió en todo el sofá y finalmente le dijo a su novio:

—Amor, estoy aburrido. ¿Podemos salir a la calle? —Susurro Mike rodeando con los brazos su cuello.

Donnie tomo uno de sus brazos y lo besó con falso cariño. Sin despegar los ojos de la pantalla, llevaba más de siete mil palabras en un capítulo.

—¿Ahorita? ¿Es urgente? —Pregunto Donnie con una mueca de molestia.

—Si, mi amor quiero salir. —Respondio Mikey como una perra desesperada.

—No te puedo dejar salir.

Esas palabras impresionaron al menor, ¿Estaba jugando como lo hizo aquella vez en el auto? ¿O estaba hablando en serio esta vez?

—¿Por qué?
—Porque no Mikey entiende lo.
—Pero si puedo cuidarme yo solo, además volveré antes de que oscurezca.

Donnie finalmente exhaló un suspiro rabioso, golpeando sus puños contra la mesa y con la mirada gacha, grito:

—¡¡¡No!!!

Cuando se tranquilizó, Donnie añadió:

—Hazlo, pero ten en cuenta que si sales, me voy a sentir muy mal.

—Donnie, por favor, no seas tan chantajista.

—Callate, ¡¿Por qué no mejor te largas a la calle?! ¡¿Eh?!

El menor quiso atacarlo de nuevo con las palabras, pero esta vez no se le ocurrió nada. Solo iba a salir y ya.

—Ok, me voy.

—Ok, perra, vete, solo recuerda que me voy a sentir muy mal.

Antes de girar el picaporte de la puerta, Mikey decidió que lo mejor era retirar la mano y retroceder. Aquel chantaje había puesto a prueba la cordura de Mikey.

Con un suspiro lúgubre, dijo finalmente:

—Mejor no voy a salir, no quiero verte mal.

Donnie no despegó los ojos de la pantalla. Y solo dijo:

—Que bueno que al fin tomaste una decisión.

Por un momento Donnie pensó: «No cabe duda, es una zorra de mierda»

Mikey estaba aburrido. Pero de todas formas, se hizo una duda que se intensificó por unos segundos: ¿Qué se encontraría ahí afuera? De todas formas, tenía que empezar a grabar ese Gameplay que le había prometido a sus seguidores. Ese pensamiento le trajo un nuevo rostro de alegría al máximo. Era una de sus cosas favoritas el jugar videojuegos. Sin más, se dirigió a su estudio.