La última etapa: Asesinar (Parte 1)

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Iba a recordar para toda su vida como gemia, como jadeaba mientras no había hecho esfuerzos por sacárselo de encima.
«¡¿Por qué mierdas esta adentro?!», Pensó Mikey mientras una cara ruborizada se proyectaba sobre el. Por un momento creyó que era un chiste. Pero ese pensamiento tan sólo lo había creado para reírse, reírse y no llorar mientras aquel cabron lo violaba. Metía su enorme verga en su entrada, metía y sacaba, metía y sacaba, metía y sacaba, metía y sacaba pero con total fuerza que fue suficiente para dejar a Mikey solo en el baño, llorando internamente mientras por fuera estaba a punto de colapsarse. Miró de reojo aquella sangre —combinada con semen— que estaba siendo llevada por la corriente, pronto Mikey se puso a imaginar a dónde iría aquel trozo de carne con sangre y semen. Obviamente se imagino que iba al mar directamente —Intacto— y los peces (de muchas especies) nadaban alrededor de aquella porquería levitando en medio del agua. Mientras que... ¡Demonios! ¡Qué asco! ¡Qué horror!
Nunca había imaginado que...

—Oye, —Susurro Donnie (o más bien el demonio de púrpura) tocando la puerta con sus nudillos. Ese sonido fue suficiente para hacer disipar en el aire caluroso aquella nube de imaginaciones tóxicas. Entonces frunció el ceño cuando vio a Donnie bajandose los calzoncillos, los cuales tenían una enorme mancha amarillenta en la parte de la punta del pene— No te lo pediré dos veces, ¿Eh? ¿Me oíste perra?

Y entonces echo a andar por el lado contrario del pasillo, mientras su cabeza palpitaba levemente de dolor, Mikey contuvo su llanto, pues estaba a punto de enfrentarlo.

[...]

El estaba ahí. Sentado, con una ereccion presente en su zona genital. Aunque su rostro se mostraba inexpresivo, se formó una sonrisa forzada. Sabia que Donnie solo lo follaria cuando Mikey lo ordenara, eso si, después de casarse.

—Hasta que llegas. —Dijo Donnie y un roce de tela de sus calzoncillos con las sábanas de la cama responden lo fuerte que le chuparian la pija a Donnie hasta que las sábanas se le metieran hasta el culo.

«Ay no», Pensó Mikey, «Otra vez no». Y entonces, detrás de él, la salida de emergencia ante aquella situación se cierra dejándolo en la oscuridad junto con ese monstruo que le quitaría su dignidad a la fuerza.

—Es hora de que experimentes el placer pequeñín. —Susurro y antes de que pudiera dejar escapar un desesperado jadeo, fue sumergido inmediatamente en aquella masa negra de oscuridad, horrible. Quería escapar lo más pronto posible.
Pero tendría que poner a prueba su plan.

Violentometro [ ✓ ] [ ROTTMNT ] (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora